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El plan de ayudas al alquiler fracasa antes de conseguir dar los primeros préstamos ICO
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Apenas un 3% está interesado

El plan de ayudas al alquiler fracasa antes de conseguir dar los primeros préstamos ICO

Casi dos meses después de aprobarse el plan de ayuda al alquiler, es casi imposible pedirlo y, lo que es peor, tampoco parece que los potenciales beneficiarios estén interesados: solo un 3%

Foto: Foto: iStock.
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El plan de ayudas al alquiler que tantos ríos de tinta hizo correr en las primeras semanas de la crisis del covid-19 se está demostrando estéril para poder abordar la avalancha que se avecina sobre este mercado. Según denunció este jueves públicamente Asval (Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler), según sus cifras, la morosidad se ha disparado del 5% al 15%; mientras que apenas un 3% de los inquilinos ha mostrado interés por acogerse a la moratoria del pago de sus alquileres.

“Estamos viendo que las ayudas no acaban de funcionar y, por otro lado, que la morosidad está repuntando de manera muy importante. Si a esto se suma que la situación económica va a ir a peor, defendemos que el problema debe abordarse de manera diferente, planteando otro tipo de ayudas directas al propietario y movilizando, de cara a 2021, una partida presupuestaria para vivienda pública”, señala Beatriz Toribio, directora general de Asval.

Foto: La morosidad en el alquiler se ha disparado y llega ya al 15%

Sus cifras coinciden con las que maneja la otra gran patronal del sector, Asipa, que estima entre el 2,6% y el 3% el número de inquilinos que ha entregado la documentación para solicitar los préstamos del ICO y que también advierte sobre el rápido y fuerte aumento de los impagos.

“La morosidad a principios de mes se ha disparado un 60%, pero muchas veces es por problemas con la transferencia, temas puntuales de liquidez... Inicialmente, se pensó que a lo largo del mes la cifra iría bajando hasta situarse en el 3,5%-4% de morosidad precovid. Pero lo que estamos viendo es que los niveles de deuda están por encima del 10%-12%”, señala Javier Rodríguez-Heredia, presidente de la comisión de arrendamientos de Asipa.

Detrás de estas dos asociaciones hay gigantes como Testa, Ares, Lazora o Albirana, pero también cientos de pequeños propietarios, dueños de una o dos viviendas, que necesitan el cobro de la renta para poder llegar a fin de mes o para hacer frente a los gastos familiares. La vulnerabilidad de estos caseros fue uno de los principales argumentos que se defendieron desde el ala más económica del Gobierno para habilitar este tipo de ayudas.

placeholder Cartel de un piso en alquiler. (EC)
Cartel de un piso en alquiler. (EC)

El problema es que los disparados niveles de morosidad también ponen en riesgo a los grandes caseros, cuyos márgenes de rentabilidad se mueven en torno al 3,8% en términos brutos, 2,5% en netos. Y si los impagos continúan esta senda alcista, la bola de nieve amenaza con ser mucho mayor.

Desde la secretaría de Estado de Vivienda, por el momento, aconsejan esperar y ver. Confían en el plan que se aprobó el pasado 11 de abril y reconocen que ha habido un tapón en las entidades financieras para poder conceder el dinero, pero que cuando este empiece a circular, la situación cambiará. Al menos, esa es la foto fija a día de hoy.

Tapón en los bancos

Como adelantó El Confidencial, a casi dos meses de que el Gobierno aprobara conceder 1.200 millones en ayudas al alquiler, el grueso del sistema financiero continuaba sin consensuar con el ICO la letra pequeña de estos préstamos. Aunque poco a poco las grandes entidades han empezado a firmar el convenio, como acaban de hacer Santander y Sabadell, y se espera repliquen CaixaBank, Bankia, Bankinter o BBVA, que todavía no lo han hecho, la realidad es que el plan va con mucho retraso.

Como reconocen desde varias entidades, aunque todas terminaran firmando el convenio entre esta semana y la próxima, desde que se adhieren hasta que se solicita el préstamo, se entrega la documentación, se aprueba y se deposita efectivamente el dinero en la cuenta de los arrendatarios (el préstamo lo pide el inquilino, pero el dinero se ingresa directamente al casero), pueden pasar otras dos o tres semanas, lo que dilata hasta la segunda quincena de junio la recepción de la ayuda. El lado positivo es que esta se ha diseñado con efecto retroactivo, es decir, que una vez se otorgue, se aplicará con efecto 1 de abril y por un periodo máximo de seis meses.

Foto: La gran banca continúa sin firmar el acuerdo marco con el ICO para ayudas al alquiler.

El problema es: si ahora que las familias todavía han podido tirar de ahorros y la crisis apenas ha empezado a asomar, solo un 3% de los potenciales beneficiarios ha mostrado interés en pedir el préstamo, ¿qué ocurrirá en otoño, cuando la situación haya ido agravándose y las seis mensualidades que contempla esta ayuda se hayan consumido? Este mismo razonamiento es el que, sospechan desde Asval y Asipa, se están haciendo muchos inquilinos, que no quieren endeudarse porque temen que su situación, lejos de mejorar, vaya a peor.

Los números y las estimaciones no ayudan. Los 3,3 millones de parados y 3,7 millones de afectados por ERTE actuales son solo el principio, a tenor de la estimación del FMI (Fondo Monetario Internacional) de que el desempleo en nuestro país va a llegar al 20% y la economía se va a contraer un 8%, negros número que, unidos a la actual protección frente a los desahucios, ayudan a comprender que muchas familias vulnerables prefieran impagar ya a endeudarse para terminar en el mismo punto de caída en la morosidad.

Si a esto se une el esperpéntico espectáculo que se dio desde el Ejecutivo, con el ala de Unidas Podemos defendiendo que su propuesta de obligar a los grandes tenedores a aceptar quitas del 95% iba a ser la norma final, se da el caldo de cultivo perfecto para que cuajen movimientos en favor de impagar masivamente el alquiler, como está ocurriendo, haciendo así más grande la bola de nieve.

El plan de ayudas al alquiler que tantos ríos de tinta hizo correr en las primeras semanas de la crisis del covid-19 se está demostrando estéril para poder abordar la avalancha que se avecina sobre este mercado. Según denunció este jueves públicamente Asval (Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler), según sus cifras, la morosidad se ha disparado del 5% al 15%; mientras que apenas un 3% de los inquilinos ha mostrado interés por acogerse a la moratoria del pago de sus alquileres.

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