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Una máquina llamada IVI: 40M en dividendos antes de fichar a Morgan para vender el 30%
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POSIBLE SOCIO PARA IMPULSAR LA EXPANSIÓN

Una máquina llamada IVI: 40M en dividendos antes de fichar a Morgan para vender el 30%

La multinacional española ha sido prolija en dividendos con la fusión con RMANJ. La entrada de un inversor serviría para acelerar la expansión en EEUU sin alterar la filosofía del proyecto

Foto: Los fundadores del IVI RMA (Remohí y Pellicer) y el CEO del grupo, Richard Scott.
Los fundadores del IVI RMA (Remohí y Pellicer) y el CEO del grupo, Richard Scott.

El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) ha sacado la oreja para escuchar los cantos de sirena de un mercado de capitales ansioso de encontrar proyectos con rentabilidades apetitosas. La multinacional española confirmó la semana pasada que ha encargado una valoración de la compañía al banco de inversión Morgan Stanley. Lo ha hecho tras detectar agitación y movimiento en el sector socio-sanitario. El objetivo es disponer de una cuantificación independiente de su precio como compañía con la intención inicial de escuchar solamente ofertas por un porcentaje no superior al 30% del capital social.

Fuentes de la enseña cofundada por los doctores José Remohí y Antonio Pellicer señalan que lo que va a ponerse a tiro de fondos de capital o posibles inversores es "una parte minoritaria de la compañía". Aunque nunca puede descartarse una venta global, los actuales accionistas pretenden no solamente mantener el control sobre la empresa sino también sobre la filosofía del proyecto. "Nuestro CEO es médico", dijeron en relación con la formación de Richard Scott, que tomó las riendas de la gestión tras la fusión con Reproductive Medicine Associates of New Jersey (RMANJ) pese a representar a la parte minoritaria. "Estamos enfocados en la investigación y el desarrollo sanitario, y esto no va a cambiar", insistieron. Desde la sede en Valencia, se traslada el mensaje de que, básicamente, la entrada de capital buscaría inyectar recursos para acelerar la expansión, en especial en Estados Unidos, sin que un nuevo accionista financiero influya para modificar lo que IVI considera que es su principal ventaja en un entorno cada vez más competitivo: ser la avanzadilla en la innovación en tratamientos de fertilidad.

placeholder Una sanitaria del IVI, en su clínica de Panamá. (EFE)
Una sanitaria del IVI, en su clínica de Panamá. (EFE)

La de la reproducción asistida es una industria sanitaria que no ha parado de crecer en los últimos años. Su evolución está muy ligada al comportamiento demográfico y a la constatación de que cada vez es mayor la demanda de profesionales de la fertilidad, tanto porque muchos hábitos de vida (estrés, tabaco, etc.) contribuyen a elevar los problemas de reproducción como porque la posibilidad de tener hijos se retrasa cada vez más por razones profesionales o porque la mayor esperanza de vida invita a demorar las decisiones. En este escenario, las clínicas de reproducción tienen un nicho amplio. La sanidad pública no es pionera en esa especialidad ni cuenta con recursos para proporcionar esta atención, y es el sector privado el que mayor empuje está mostrando. En ese universo, el IVI es la referencia tanto por experiencia como por inversión en investigación y tamaño. De ahí el interés de los fondos internacionales de capital, más cuando hay recorrido de crecimiento en Estados Unidos.

"Estamos enfocados en investigación y desarrollo sanitario, y esto no va a cambiar", señalan desde el IVI sobre la posible entrada de un nuevo socio

Con más de 60 clínicas repartidas por todo el mundo, IVI anunció en febrero de 2017 la fusión con RMANJ, un grupo de menor tamaño nacido en la costa este de EEUU y liderado por un grupo de médicos, un modelo muy similar al de la empresa española. Con Pellicer apartado voluntariamente de la gestión del día a día y Remohí centrado en aspectos médicos, el acuerdo situó al americano Scott al timón de la multinacional como consejero delegado. La empresa se ha replegado en México e India y ha enfocado principalmente su plan de negocio en crecer en Estados Unidos, tanto con una estrategia de apertura de nuevas clínicas en ciudades como Los Ángeles y Orlando como adquiriendo grupos ya existentes en Filadelfia.

Desde 2016, cuando se iniciaron las negociaciones para la fusión, hasta 2018, los socios de IVI RMA Global han recibido al menos 40 millones de euros de dividendos. Solamente en 2017, primer ejercicio de fusión, la nueva IVI-RMA distribuyó 18,5 millones de euros a cuenta del ejercicio, según refleja el balance individual. El abono de efectivo no pudo completarse al cierre del año —quedaron siete millones pendientes de pago— por las limitaciones pactadas con las entidades financieras para anticipar dividendos, pero quedó registrado en el balance como reparto anticipado de beneficios a la espera de renegociar con los bancos.

La empresa todavía no ha publicado los resultados del año pasado. Fuentes de la compañía se limitan a señalar que 2018 fue "un buen año para IVI". Un análisis de las sociedades patrimoniales de sus dos fundadores refleja que siguieron llegando dividendos millonarios por su participación en la firma de reproducción asistida. Nurolu (Pellicer) y Dapala 2014 (Remohí), como se denominan estas patrimoniales, con el 35% del capital de IVI RMA Global cada una, ingresaron 5,8 y 6,2 millones respectivamente el pasado ejercicio por instrumentos de patrimonio, principalmente dividendos de las distintas filiales del Instituto Valenciano de Infertilidad. En 2017, la cifra conjunta de recepción de beneficios fue de más de 15 millones. En 2016, justo antes de firmarse la fusión, percibieron 11,8 millones de euros cada uno.

Con unas ventas de más de 250 millones de euros al año —ejercicio 2017; la previsión era superior en 2018—, la propia compañía estima que su valoración puede superar los 1.000 millones de euros. El ratio de endeudamiento a largo plazo de la matriz sobre su patrimonio neto es de apenas el 20%. A corto plazo es aún inferior, ligeramente por encima del 10%.

El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) ha sacado la oreja para escuchar los cantos de sirena de un mercado de capitales ansioso de encontrar proyectos con rentabilidades apetitosas. La multinacional española confirmó la semana pasada que ha encargado una valoración de la compañía al banco de inversión Morgan Stanley. Lo ha hecho tras detectar agitación y movimiento en el sector socio-sanitario. El objetivo es disponer de una cuantificación independiente de su precio como compañía con la intención inicial de escuchar solamente ofertas por un porcentaje no superior al 30% del capital social.

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