Es noticia
Andorra oculta un agujero en BPA que ronda los 125 millones, más del 4% de su PIB
  1. Empresas
El banco es ahora una empresa pública

Andorra oculta un agujero en BPA que ronda los 125 millones, más del 4% de su PIB

Como Andorra es un país tan pequeño, estos 125 millones de desfase patrimonial en BPA suponen un 4,5% del PIB del país pirenaico y un 25% de los presupuestos del año 2019

Foto: Fachada de una de las oficinas de BPA en Andorra. (BPA)
Fachada de una de las oficinas de BPA en Andorra. (BPA)

Andorra representa siempre una anomalía en Europa. Una rareza contable y una excepcionalidad en transparencia y en buen gobierno. La última, la de BPA, la Banca Privada de Andorra, convertida ahora en un banco malo y empresa pública del Principado. BPA acumula un agujero, un déficit patrimonial, que ronda los 125 millones, según apuntan fuentes financieras andorranas. Pero en realidad la cifra concreta se desconoce porque el Gobierno de Andorra oculta los datos. Es como si en España el Ejecutivo no hiciese públicas las cuentas de la Sareb.

BPA fue segregado y los activos sanos concentrados en Vall Banc, vendidos al fondo JC Flowers. Desde 2016 no se sabe nada de la contabilidad de esta empresa pública. Los presupuestos de 2019 de Andorra preveían un déficit de 13 millones. Evidentemente, porque no se contabiliza el déficit patrimonial que acumula BPA.

Foto: Fachada de BPA en Andorra. (Reuters)

Como Andorra es un país tan pequeño, estos 125 millones suponen un 4,5% del PIB del país pirenaico. Y una cuarta parte de los presupuestos del país. Un 25% de los presupuestos andorranos sumidos en la mayor opacidad.

Según los únicos datos disponibles, BPA habría pasado de un valor neto patrimonial antes de la intervención de 196,3 millones de euros, a 182,4 millones a finales de 2015, es decir, después de la intervención y antes del traspaso de activos a Vall Banc; y de -66,2 millones de euros, una vez producido el traspaso al menos de una parte de los activos hacia Vall Banc. No se dispone de balances posteriores de BPA.

El agujero de BPA implica la suma de los 66,2 millones existentes en septiembre de 2016 y otros 57,2 millones generados por la venta de CoCos

Fuentes financieras andorranas vinculadas al sector bancario señalan que como los fondos propios de BPA son negativos, difícilmente los clientes que todavía permanecen en BPA podrán recuperar sus ahorros. Esta realidad la niega el Govern que preside Xavier Espot y que mantiene su política de migraciones de depósitos a Vall Banc, a pesar de que, a juicio de estas fuentes, dicha política carece de cualquier lógica mercantil y legal, y se debería "suspender dicha forma de proceder".

Desglose del agujero

La aproximación del agujero oculto de BPA se desglosaría del siguiente modo. Los recursos propios de BPA el 30 de septiembre de 2016, una vez producido el traspaso al menos de una parte de los activos a Vall Banc, ya eran negativos por valor de -66,2 millones de euros.

A partir del 30 de septiembre de 2016 no ha habido posibilidad de acceso a los balances de BPA. Sin embargo, al agujero existente el 30 de septiembre de 2016 se deberían añadir, como mínimo (y sin contar con eventuales actuaciones de la AREB, como administradora de BPA, que hayan podido acarrear pérdidas adicionales), otros 57,2 millones derivados de la venta a JC Flowers por 12,8 millones, que BPA había adquirido por un importe de 70 millones de euros.

Foto: la-familia-cierco-demanda-la-valoracion-economica-de-bpa-y-la-creacion-de-vall-banc

Por tanto, el agujero patrimonial actual de BPA podría ser del orden de 125 millones de euros (123,4 millones, como suma de los 66,2 millones existentes en septiembre de 2016 y otros 57,2 millones generados con posterioridad por la venta de CoCos bonos convertibles colaterales).

Opacidad de la AREB

La Agencia Estatal de Resolución de Entidades Bancarias (AREB) equivale al FROB español. Esta entidad pública es la que gestiona el naufragio de BPA, pero actuando con total opacidad. A 31 de diciembre de 2015, aún se mantenían en balance los activos inmateriales de BPA por su valor total (21,6 millones de euros) casi sin variación. Por otra parte, también se mantenía sin cambios (170,7 millones de euros) la cartera de participaciones de BPA en entidades del grupo. Y tampoco se crearon nuevos fondos de dotación. Por tanto, la única posibilidad es que las pérdidas del último trimestre procedieran de la venta de la cartera de renta fija, pero en realidad se desconoce qué ha hecho de verdad la AREB.

La falta de información impide conocer si ha habido otras actuaciones de AREB que puedan haber supuesto más pérdidas adicionales en BPA

Ni la apertura del proceso de resolución (acuerdo de AREB del 27 de abril de 2015), ni la creación de Vall Banco (acuerdo de AREB del 17 de julio de 2015) supusieron ningún ajuste en el balance de BPA, más que los presuntos resultados de la venta de títulos de renta fija.

Por una resolución de AREB del 17 de julio de 2015 se aprobó la valoración económica de los activos y pasivos de BPA, a 31 de mayo de 2015, que se situaba en las siguientes cifras: un valor económico negativo de -103,1 millones de euros y un valor liquidativo de -374,4 millones de euros, pero este último solo sería relevante para el caso de liquidación, no en el de resolución, la situación concreta en que ahora se encuentra la entidad.

La falta de información impide conocer si ha habido otras actuaciones de la AREB, como administradora de BPA, que puedan haber supuesto pérdidas adicionales.

Andorra representa siempre una anomalía en Europa. Una rareza contable y una excepcionalidad en transparencia y en buen gobierno. La última, la de BPA, la Banca Privada de Andorra, convertida ahora en un banco malo y empresa pública del Principado. BPA acumula un agujero, un déficit patrimonial, que ronda los 125 millones, según apuntan fuentes financieras andorranas. Pero en realidad la cifra concreta se desconoce porque el Gobierno de Andorra oculta los datos. Es como si en España el Ejecutivo no hiciese públicas las cuentas de la Sareb.

BPA Andorra Finanzas Banca
El redactor recomienda