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Endesa se aleja aún más de Iberdrola en la negociación del protocolo de cierre de Enresa
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Endesa se aleja aún más de Iberdrola en la negociación del protocolo de cierre de Enresa

La compañía dirigida por José Bogas acudirá a la reunión de este miércoles convocada por el gestor de residuos para definir la hoja de ruta de los cierres de las plantas atómicas pero no la firmará aún

Foto: El consejero delegado de Endesa, José Bogas. (Reuters)
El consejero delegado de Endesa, José Bogas. (Reuters)

Endesa no está dispuesta a firmar un calendario definitivo de cierre de las centrales nucleares. Pese a que este miércoles Iberdrola, Naturgy y la propia Endesa junto con EDP están convocadas a una reunión en la sede de Enresa para definir la hoja de ruta de clausura nuclear, que sirva para definir la tasa que pagan por los residuos, la firma dirigida por José Bogas ha negado que vaya a firmar el acuerdo si este impone un calendario definitivo para los cierres.

El matiz es importante, porque Endesa señala que "sí está dispuesta a llegar a un acuerdo siempre que no se fije un cierre definitivo". "Sólo firmará en los próximos días si este es orientativo y acorde con lo que recoge el Plan de Energía y Clima remitido a Bruselas y para que sirva de referencia a la elaboración del Plan General de Residuos Radiactivos". "Nunca en caso de que este determine fechas de cierre de las centrales definitivos", sentencia.

Posteriormente a estas declaraciones, la propia Endesa ha explicado que no firmará este miércoles porque aún tiene que celebrar un consejo la semana que viene. Sin embargo, sí firmará el protocolo tras comprobar en el borrador que este no incluye ninguna referencia de cierre definitivo como tenía entendido en un primer momento.

Discrepancias entre compañías

Desde la semana pasada, las eléctricas negocian una hoja de ruta para el desmantelamiento de los siete reactores nucleares que producen en España con Enresa, la firma pública a la que el Gobierno encargó que pilote el proceso. No obstante, las discrepancias entre las dos grandes compañías propietarias de las plantas está alejando el acuerdo.

Lo que quieren tanto Iberdrola como Naturgy es que se defina ya el cierre de las plantas acorde con el calendario pactado con el Ministerio para la Transición Ecológica entre 2025 y 2035 con el objetivo de evitar costes con el pago de la tasa de Enresa destinado al desmantelamiento atómico. Con este objetivo, ambas buscaban que mañana se sellara la firma de un protocolo que sirva de guía para saber cuánto aumentará la tasa que se paga al gestor de residuos nucleares, según publicaban este martes 'Cinco Días' y 'La Información'.

Foto: Central de Almaraz (España, 1983).

Sin embargo, Endesa sostiene que acudirá a la reunión pero no firmará un acuerdo en los términos que quieren el resto de compañías. La principal diferencia, según la eléctrica dirigda por José Bogas, es el matiz de los cierres. Ellos quieren que el desmantelamiento sea "orientativo en cuanto a los plazos", algo que según dice no comparte Iberdrola y Naturgy, que quieren que ese calendario sea ya fijo. Según comentan, este calendario estimativo es sólo para calcular la tasa a pagar a Enresa de cara a definir el VII Plan General de Residuos Radiactivos, sin actualizar desde 2006. Una situación con la que quiere terminar el ministerio dirigido por Teresa Ribera.

El documento es clave de cara a conocer el agujero del fondo de Enresa que sirve para costear la gestión y desmantelamiento nuclear. Con la situaciónn actual, el cierre a 40 años abligaría a una fuerte subida, según los datos que Enresa facilitó al Grupo de Expertos que nombró Nadal. Así, con un cierre que dejé las centrales en 46, había que ver cuál es el nivel de esta tasa, que disminuiría. El cierre a 50 años permitía no tener que subirla. No obstante, a esto hay que añadir las inversiones en segudirad que dictamine el CSN, que va a ser renovado en cuatro de sus cinco miembros por decreto del Gobienro y sin acuerdo de los grupos de la oposicón en las próximas semanas.

En este sentido, el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) que el Gobierno envió a Bruselas hace una semana contempla que en 2030 aún se mantengan tres centrales abiertas (Trillo, Ascó II y Vandellós II) con una potencia acumulada de más de 3.000MW. Por el contrario Almaraz I se cerraría en 207, Almaráz II en 2028 Ascó I en 2029 y Cofrentes en 2030.

Endesa sufre más impacto

Lo que subyace es el diferente coste del apagón nuclear para las compañías. Iberdrola y Naturgy tienen contabilizado en sus balances una amortización a 40 años, mientras que Endesa realizó un cambio y extendió este periodo de amortización a 50 años. Con un cierre escalonado que deje la media de las plantas en 46 años, Endesa tendría que asumir un sobrecoste anual de 46 millones de euros, con lo que tendría un impacto en sus cuentas de darse el escenario de cierre que se pactó entre eléctricas y Gobierno hace semanas de cerca de 200 millones de euros, según expuso la propia Endesa a preguntas de los analistas en su presentación de resultados de 2018.

Foto: Central nuclear de Cofrentes, en Valencia. (EFE)

Otro problema de fondo que explica el choque entre las compañías es competencial. El cierre nuclear deja a Endesa sin una pata importante de su negocio de generación, que con el cierre masivo que se está dando en el carbón dejaría ese hueco para los ciclos combinados de gas, fundamentalmente en manos de Iberdrola y Naturgy. De esta manera, cuanto antes se cierren las nucleares antes gozarán Iberdrola y Naturgy de una parte importante del negocio de generación eléctrica en España, en detrimento de Endesa, más retrasada en la cerrara por las renovables actualmente que sus competidores.

La falta de acuerdo entre las eléctricas tiene otros problemas mucho más inminentes. El próximo día 29 de marzo las tres eléctricas más grandes de España, dueñas de Alamaraz, tiene que solicitar el nuevo permiso de explotación de la central cacereña. Si no lo hacen, se enfrentan a una multa del regulador, un escenario que ya se dio en el pasado. La ley obliga a que la decisión tenga que ser por unanimidad, con lo que si uno de los propietarios de la planta no firma la petición de la extensión de la operación esta no se hace efectiva.

Endesa no está dispuesta a firmar un calendario definitivo de cierre de las centrales nucleares. Pese a que este miércoles Iberdrola, Naturgy y la propia Endesa junto con EDP están convocadas a una reunión en la sede de Enresa para definir la hoja de ruta de clausura nuclear, que sirva para definir la tasa que pagan por los residuos, la firma dirigida por José Bogas ha negado que vaya a firmar el acuerdo si este impone un calendario definitivo para los cierres.

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