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Los planes cubanos de Javier Botín y el fervor capitalista de la Revolución
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Los planes cubanos de Javier Botín y el fervor capitalista de la Revolución

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones, movimientos y desenlaces. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

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Hace tiempo que Javier Botín tiene marcado en su agenda Cuba. Sesenta años después del triunfo de la Revolución, el país enfila hacia una transición híbrida, donde el poder militar sigue controlando el aparato represor y la actual clase dirigente del partido comunista abandera una nueva oleada de concesiones al dinero exterior. En ese contexto, el financiero español vio hace algún tiempo la oportunidad para convertir la joya del Caribe, cuya belleza le ha cautivado como para tener una residencia vacacional, en una de sus primeras aventuras internacionales para invertir su fortuna familiar.

Después de meses de idas y venidas, el plan del pequeño de la saga Botín pasa por convencer a un reducido número de inversores para dar el salto a La Habana, ciudad a la que su abuelo llevó en 1947 la primera sucursal del Banco Santander en América. Según fuentes involucradas en esta iniciativa, Javier cuenta ya con la interlocución necesaria para poder hacer negocios con garantías, un aval imprescindible para cualquier interesado en poner a funcionar millones de euros. A partir de ahí, el abanico de oportunidades es casi infinito siendo Cuba un país a rehacer tras seis décadas de castrismo.

Javier Botín ha dejado pasar buenas oportunidades de inversión en España durante los años de la crisis para evitar la coletilla de ‘buitre’

Pese a su pulmón financiero, Javier Botín ha dejado pasar buenas oportunidades de inversión en España durante los años de la crisis para evitar la coletilla de ‘buitre’. Siendo quien es, conoce de primera mano los peajes (y ventajas) que implica la exposición pública, tanto por su padre como por su hermana, razón por la que tiene muy presente ese factor. Esta circunstancia es una de las razones por las que su firma de asesoramiento JB Capital ha quedado casi reducida a la condición de ‘oficina familiar’, tras abandonar varias iniciativas y áreas de negocio puestas en marcha.

Aunque resulte paradójico, mientras el dinero extranjero sigue viniendo a España al calor de las oportunidades, Javier Botín prefiere mirar afuera, donde Cuba es solo uno de los posibles destinos para probar suerte. En el caso de la isla, tiene presente la experiencia desarrollada por algunas sagas familiares españolas, como los Escarrer (Meliá), haciendo negocios pese al contexto sociopolítico. Así las cosas, ahora que el presidente Miguel Díaz-Canel pone cara a un nuevo tiempo, pese a seguir bajo la inspiración del castrismo, es la ocasión para subirse al cambio de ciclo.

Toca rematar las buenas palabras planteadas en Cuba, por las que varias compañías españolas se ofrecían a valorar inversiones en el país caribeño

De momento, esta semana estuvo en Madrid el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba. Ricardo Cabrisas ha venido a nuestro país dos meses después de la visita oficial del presidente Pedro Sánchez para restablecer relaciones con el país caribeño. A lo largo del jueves, se vio con las ministras de Energía y Economía, almorzó con el titular de Fomento y despachó con la Cámara de Comercio (Bonet y García Legaz). Toca rematar las buenas palabras planteadas en La Habana, por las que varias compañías españolas se ofrecían a valorar posibles inversiones en el país caribeño.

Evidentemente, cualquier paso de Javier Botín para desarrollar su sueño cubano estará alejado de los focos de cualquier agenda. Prefiere dejar escapar inversiones antes que retratarse en cualquier plaza pública. Tal vez fuera de la atención local pueda desenvolverse mejor, competir con menos rivales y multiplicar su dinero varias veces. En el caso de Cuba, algunos de los mejores negocios empiezan a gestarse entre los hijos de la generación todavía en el poder. Ellos tienen la ambición que no tuvieron sus progenitores y la falta de idealismo político que empeñaron sus mayores.

Naturgy, sustituto de Venezuela

placeholder Francisco Reynés. (EFE)
Francisco Reynés. (EFE)

La isla se enfrenta a un proceso de transición energética de gran calado. Sin el petróleo gratis de Venezuela, que impregna de un olor especial La Habana, toca sustituir el oro negro por otras fuentes de energía. Antes de ocupar con molinillos las costas entre Santiago y Varadero, el gas se ofrece como posible solución de mercado asumible para el régimen. Esa es la baza que podría jugar Naturgy, pero está por ver que el ingeniero Francisco Reynés, aplicado en optimizar el valor de la compañía en tiempo récord, tenga el cuerpo para aventuras geopolíticas inspiradas desde la Moncloa.

El marrón regional de Aena

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Francia consiguió hace un par de años que dos compañías galas se hicieran con el jugoso contrato para la ampliación del aeropuerto José Martí de La Habana. Ahora, de segundo plato, Cuba aspira a que la española Aena, controlada por capital público, sea la promotora de varios aeropuertos regionales dentro de la isla. Probablemente, dos millones de turistas al año no representan un volumen de pasajeros suficiente para que los números salgan de entrada. Otra cosa es que a futuro, si el giro aperturista avanza, esa red secundaria tenga sentido para los accionistas de una cotizada.

Rusia se adelantó a Renfe

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Otra necesidad perentoria que afecta a Cuba tiene que ver con su red de transporte ferroviario. También aquí han sido otros países, como Rusia y Francia, quienes se han movido antes para lograr el activo más destacado, el conocido como ‘tren francés’, la línea ferroviaria que vertebra el territorio uniendo La Habana con Santiago… y que es conocida por “salir cuando puede”. La española Renfe, dependiente de Fomento, tiene sobre la mesa la posibilidad de restaurar el equivalente a su red de cercanías, es decir, los brazos que conectan el interior de la isla con la vía principal.

Hace tiempo que Javier Botín tiene marcado en su agenda Cuba. Sesenta años después del triunfo de la Revolución, el país enfila hacia una transición híbrida, donde el poder militar sigue controlando el aparato represor y la actual clase dirigente del partido comunista abandera una nueva oleada de concesiones al dinero exterior. En ese contexto, el financiero español vio hace algún tiempo la oportunidad para convertir la joya del Caribe, cuya belleza le ha cautivado como para tener una residencia vacacional, en una de sus primeras aventuras internacionales para invertir su fortuna familiar.

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