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Los mineros jubilados vuelven a las calles para exigir a Endesa su electricidad gratis
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GARANTIZADA DE POR VIDA SEGÚN SU CONVENIO

Los mineros jubilados vuelven a las calles para exigir a Endesa su electricidad gratis

Hace décadas montaron violentas barricadas y sonadas marchas para defender la minería. Ahora, ya jubilados, se organizan una última vez para exigir lo que Endesa les prometió

Foto: La plantilla de Endesa se manifiesta en la central de As Pontes, A Coruña. (EFE)
La plantilla de Endesa se manifiesta en la central de As Pontes, A Coruña. (EFE)

Endesa ha dicho basta y, como avanzó este periódico, dejará de pagar la luz a sus antiguos trabajadores. A partir de finales de diciembre, la eléctrica ha comenzado a enviar cartas a sus jubilados y prejubilados advirtiéndoles de que disponen de seis meses para cambiar de distribuidor o empezar a pagar la electricidad al mismo precio que todo el mundo.

Desde que las cartas empezaron a llegar a sus buzones, casi dos centenares de afectados se están reuniendo cada lunes por la mañana en la sede de Endesa, ubicada a las afueras de Córdoba. Lo mismo está ocurriendo en diferentes lugares del país donde la eléctrica tiene o ha tenido minas o centrales térmicas: Andorra en Teruel, Asturias, Sevilla, Madrid, Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria o As Pontes en Coruña, que el pasado viernes 11 organizó una multitudinaria manifestación bloqueando la carretera de acceso a la central.

Como en los viejos tiempos.

Foto: Fotografía facilitada por Endesa de su presidente, José Bogas (d), junto al vicepresidente, Borja Prado (c), y el consejero delegado de Enel, Francesco Starace. (EFE)

Algunos de ellos eran trabajadores de las centrales térmicas, otros se empleaban en las oficinas de la propia Endesa y otros muchos eran mineros, que hoy, en muchas de estas ciudades, son quienes encabezan junto a antiguos sindicalistas las movilizaciones para no perder lo que consideran un legítimo "pago en especie".

Los lunes al sol

La concentración está fijada a las 11:30. Al principio solo se congregan una treintena de personas, son los trabajadores activos de Endesa. Pero poco a poco, comienzan a aparecer de todas partes cabezas grises, ralas y plateadas, todas radiantes bajo el sol cordobés. Comienza a oler de forma notable a humo de tabaco negro.

Los jubilados y prejubilados de Endesa pronto quintuplican a los activos y los manifestantes iniciales devienen en una masa imposible de precisar a un golpe de vista. Esperan a los líderes de la plataforma que los ha convocado a través de WhatsApp.

Muchos llevaban años sin verse, desde que se jubilaron. Se abrazan y golpean con sonoros palmetazos sus chaquetones de plumón. "Ahora habrá una asamblea y nos van a marcar las pautas", dice con voz gutural un antiguo empleado de Endesa en Córdoba. Los líderes de este grupo son antiguos líderes de CCOO y UGT, ya fuera de la actividad sindical.

Los mineros de la antigua Encasur (Empresa Nacional Carbonífera del Sur, adquirida por Endesa) no pueden creer que una vez jubilados tengan que salir de nuevo a las calles a defender lo que creen legítimamente suyo. Pero ahí están, junto a todos los demás, en el aparcamiento de la empresa para la que trabajaron durante décadas.

placeholder Asamblea de jubilados de Endesa el pasado lunes (A.V)
Asamblea de jubilados de Endesa el pasado lunes (A.V)

"¿Pero qué hacemos aquí?", pregunta en voz alta Isabel Jurado, prejubilada de Encasur. "¡Vamos a cortar la rotonda! ¡Esta gente no sabe movilizarse!".

De fondo, también late un conflicto con los sindicatos. Este año habrá elecciones sindicales en la compañía hoy propiedad de Enel, y los jubilados temen que puedan ser usados como moneda de cambio, dejando caer sus privilegios adquiridos a cambio de alguna limosna para los empleados activos en el próximo convenio.

"Algunos gastan más luz que una fábrica"

Según distintas versiones, en primera instancia Endesa ofreció costear a todos sus empleados y jubilados 2.500 kw/h. al año, el correspondiente al consumo medio de una familia española. Con esta medida quieren limitar el abuso que, según la eléctrica, se produce en estos momentos: "Un empleado de Endesa consume una media de 9.000 kw/h. al año, cuatro veces más que una familia normal. De hecho son cifras más propias de un bar. ¿Por qué? Porque suele comprar calefacción, acumuladores, coches eléctricos… se consume a saco, sin control", dicen desde la compañía. “Pero hemos detectado casos en los que se consumen hasta 30.000 y 40.000 kw/h., como en una fábrica. No son la mayoría, pero suceden, y en su mayoría son jubilados. Jubilados que, por otra parte, no son mileuristas ni nada que se le parezca, están muy bien cubiertos. Ten en cuenta que en ese grupo están ex consejeros delegados y altos cargos".

Endesa está comprando a la opinión pública a través de la publicidad en los medios

Endesa sostiene que está dispuesta a ofrecer "compensaciones" a sus trabajadores y jubilados hasta los 9.000 kw/h., e incluso a negociar un poco por encima, pero no en las cifras que han planteado los sindicatos: "Nos han pedido 30.000 kw/h. para todos, como si fueran ArcelorMittal. Queremos llegar a un acuerdo, pero con propuestas serias y no con majaderías como estas. Y, además, no negociaremos hasta que se dejen de insultarnos como están haciendo en las últimas comunicaciones", remachan.

"¿Insultar? Si por insultar entienden decirles que son unos ladrones que se quieren llevar todo el dinero de los jubilados a Italia pues sí, lo hemos dicho", dice Jesús Crespo, responsable de Energía en Comisiones Obreras. "Ellos tienen 780 millones de euros dedicados a cumplir las obligaciones con sus trabajadores y están rompiendo el acuerdo. Sinceramente, demasiado poco estamos diciendo", continúan desde el sindicato. Crespo rechaza también la teoría del consumo excesivo: "Ellos creen que todos los trabajadores y jubilados hacen un uso de la electricidad como el de los directivos de Endesa… y no quiero seguir hablando de este argumento, que obviamente se utiliza para desprestigiar a los trabajadores, como siempre".

Comisiones Obreras y UGT ya no ven margen para más negociación. Las posturas están demasiado alejadas y ya solo se contempla una macrodemanda contra Endesa que seguramente llevaría Enrique Lillo, el abogado estrella de CCOO que ha anulado algunos ERE tan importantes como el de Coca-Cola o El Corte Inglés. UGT, por su parte, ha llamado a todos los afectados, en torno a 27.000, a abstenerse de demandar a Endesa individualmente: "Os ruego que os dirijáis a nosotros para coordinarlo. Presentaremos una demanda colectiva por la tarifa eléctrica y luego una por cada uno de los derechos que se nos quiere quitar", dice el sindicato en un comunicado del viernes.

Entre las huestes sindicales preocupa, y mucho, el papel de la opinión pública, que se debate entre dos conceptos separados por matices semánticos: privilegios y derechos adquiridos. Para unos, los jubilados son unos caraduras que se benefician de un privilegio (abonar únicamente el IVA correspondiente al suministro, pero nada del consumo) mientras que otros los toman como lo que son, derechos que esos trabajadores han conseguido negociar con su ex empresa. "Muchos miembros de la prensa me están diciendo que no pueden escribir la versión de los trabajadores, que Endesa es una empresa muy grande y que eso repercute en la publicidad de sus medios. Estamos seguros de que Endesa está comprando la opinión pública para culpabilizar, una vez más, al trabajador, que es siempre el que paga el pato", afirma Jesús Crespo.

Luego están los que no se fían de la empresa ni de los sindicatos. Rafael Romero, antiguo directivo de la empresa de Encasur y que estuvo presente en la firma de aquel convenio hace más de quince años, reconoce a El Confidencial que la constitución de estas plataformas virtuales era el último recurso que les quedaba: "Estamos aquí porque no nos fiamos de los sindicatos", explica este economista prejubilado, "tenemos que defender nuestros intereses".

Los afectados, unas 27.000 personas, se están organizando de una forma a medio camino entre los 'chalecos amarillos' y los yayoflautas

En el mundo post-sindical y 'uberizado' en que vivimos, resulta impactante ver a todas estas personas improvisar a su edad una asamblea sindical cada lunes, cada vez con más adeptos y con más armas legales. Pero también deja un regusto amargo, puede que por la nostalgia, puede que por la impotencia.

El papel de WhatsApp

En distintos puntos de España, los afectados, unas 27.000 personas entre prejubilados y jubilados, se están organizando de una forma a medio camino entre los Chalecos Amarillos y los yayoflautas, de forma en principio no estructurada pero que poco a poco va confluyendo.

placeholder Uno de los grupos de WhatsApp donde los pasivos de Endesa se organizan
Uno de los grupos de WhatsApp donde los pasivos de Endesa se organizan

En Córdoba empezaron llamándose Zona Azul, por el color corporativo de la eléctrica y luego pasaron a Plataforma Endesa. Este grupo de WhatsApp tiene ya 600 miembros que aportan documentación, ordenanzas laborales, jurisprudencia o cartas de respuesta a la compañía redactadas por abogados.

Estos días preparan la confluencia con otros grupos de jubilados de Sevilla o Almería en lo que próximamente se denominará Plataforma Sur. Los grupos están muy atomizados y a veces es difícil encontrar cuáles son los perfiles que tiran del carro y organizan a las masas en cada sitio.

"Quiero que quede más claro aquí que en el WhatsApp, porque luego no quiero responder a las mismas preguntas", explica Manuel Juan Ortiz, uno de los líderes de esta plataforma que esa mañana porta un chándal Nike. Las referencias a la app de mensajería son continuas.

"La carta de respuesta a Endesa pedídsela a los administradores, ¡que estamos infestando el grupo de tonterías!", dice el portavoz. "Vamos a usar el grupo para lo que interesa, por favor". En un momento dado, uno de los asistentes confiesa: "¿Y los que no tenemos WhatsApp qué hacemos?". Se forma un murmullo ensordecedor y los líderes piden silencio. "El que no tenga WhatsApp que no le pida peras al olmo y que se venga a las asambleas", replica Ortiz.

El conflicto colectivo

Para la próxima asamblea, el objetivo es constituir una asociación jurídicamente válida para presentar la demanda contra Endesa. "Ahora no somos más que un grupo de amigos", explica Ortiz, sin megáfono ni nada, a la multitud congregada. "Además necesitamos defender a aquellos que están en su casa, que tienen 80 años y no pueden venir".

placeholder Trabajadores de la central térmica de Endesa en As Pontes (A Coruña) se han movilizado por un nuevo convenio colectivo. (EFE)
Trabajadores de la central térmica de Endesa en As Pontes (A Coruña) se han movilizado por un nuevo convenio colectivo. (EFE)

"Pensamos que la empresa puede ser muy malintencionada, y al enemigo ni agua", dice, "la Audiencia Nacional puede ir dentro de tres años y decir que todos los representados por los sindicatos ganan la partida, pero nosotros estamos en el limbo y tendríamos que empezar otra vez".

Cada vez que intentan comunicar algo complejo se trunca la comunicación: "¡No se oye! ¡Más alto compañero! ¡Vamos a poner 50 céntimos cada uno para comprar un megáfono!".

Toma la palabra a su lado Manuel Mañero, antiguo comercial en Endesa y dotado de un chorro de voz más apropiado para la ocasión. "No queremos joder a los sindicatos pero no podemos dejar ni un flanco descubierto", dice. "Cuando vas a un juzgado puedes salir con abrigo de visón o en pelotas". En alguna asamblea anterior, Mañero fue designado interlocutor con los sindicatos. "Los servicios jurídicos de todas las organizaciones sindicales tienen claro que ese conflicto colectivo lo tienen ganado", dice.

El fin de los convenios infinitos

Uno de los aspectos menos llamativos de la reforma laboral de Rajoy en 2012 es el de la limitación de la ultraactividad de los convenios colectivos a un año. Antes, si un convenio colectivo no se lograba negociar, se seguía aplicando indefinidamente. Pero desde el 1 de enero de este año, si no se logra un acuerdo entre trabajadores y empresa, el convenio "perderá, salvo pacto en contrario, vigencia", según reza el nuevo artículo 86.3 del Estatuto de los Trabajadores.

En resumen, si a la empresa no le interesa jugar el partido, solo tiene que dejar pasar el tiempo.

placeholder Carta enviada a uno de los antiguos trabajadores de Endesa hace unos días.
Carta enviada a uno de los antiguos trabajadores de Endesa hace unos días.

Y este 'impasse' es el que ha llevado a estos miles de jubilados en toda España a conformar silenciosos grupos donde la principal fuerza motriz es la desconfianza. No creen en la empresa. No creen en los sindicatos. No creen en los políticos ni en los medios de comunicación. Solo confían en sus propias capacidades.

"En España muchos juicios que estaban en el filo de la navaja se han ganado desde la calle", dice Ortiz a la masa agrupada a las afueras de Córdoba el pasado lunes. "¿Cuándo se ha ganado un convenio colectivo con las manos en los bolsillos? ¡Acordaos de cuando éramos mozos y parábamos una central térmica, bloqueábamos la Borbolla, asustábamos a este y le abollábamos el coche al otro!".

Aquí son en persona y en WhatsApp en forma de 'emoji' pero los aplausos son unánimes. Se constituirán en asociación y se enfrentarán a Goliat.

"¿Qué tenemos que perder nosotros con esto? ¡Todo! ¿Y la empresa? ¡Nada!".

Endesa ha dicho basta y, como avanzó este periódico, dejará de pagar la luz a sus antiguos trabajadores. A partir de finales de diciembre, la eléctrica ha comenzado a enviar cartas a sus jubilados y prejubilados advirtiéndoles de que disponen de seis meses para cambiar de distribuidor o empezar a pagar la electricidad al mismo precio que todo el mundo.

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