Gestamp: "Ni Google ni Apple construirán coches, si acaso comprarán alguna fábrica"

Francisco Riberas es uno de los actores más destacados de la industria del automóvil y del tejido empresarial español. Sus 21 años al frente de Gestamp y la posición que ocupa la compañía le colocan en una posición multidisciplinar no solo para analizar la situación del sector, sino también para prever las tendencias que lo acabarán marcando.

Y en un momento en que la industria del automóvil está experimentando una serie de cambios provocados por la irrupción de las empresas tecnológicas en el sector, hemos hablado con Riberas para que nos dibuje el presente y futuro automovilístico español en el Foro de Alta Dirección Horizonte 2020, organizado por El Confidencial y PwC.

Coche autónomo: "No tendrá mucho impacto"

La industria del automóvil apunta en tres direcciones: el coche eléctrico, el autónomo y el conectado y compartido. Las tres disrupciones parecen marcar el futuro del sector, pero Riberas prefiere ser muy cauto en este sentido.

"Son disrupciones muy fuertes", asegura, "pero en 10-15 años tendrán un impacto muy reducido. Al coche autónomo, por ejemplo, hay que darle tiempo y verlo con calma: pueden quedarnos 20 o 25 años hasta que se implante, hasta que se optimice esa tecnología, hasta que cambie el marco jurídico... Y todo eso no va a llegar pronto". En su opinión, "vamos a tener que esperar mucho tiempo hasta que el coche autónomo llegue a un nivel 5, que será el que realmente cambie las reglas de juego, así que en la industria todavía tenemos que ser muy prudentes con este tipo de innovaciones".

"Antes todo el mundo hablaba del vehículo eléctrico, pero a la hora de la verdad se vendían muy pocos"

Y es que "es muy atractivo ver cómo evolucionan las disrupciones tecnológicas, pero si yo me creyese todo lo que se dice no estaría invirtiendo, porque pensaría que cada vez va a haber menos coches. No vamos a ver un cambio radical, no vamos a ver un mundo de 'robocabs' en los próximos cinco años, como todo el mundo parece esperar".

Respecto al coche conectado y compartido, Riberas también prefiere ser prudente: "Es un modelo que se está probando en varias ciudades grandes, pero habrá que ver cómo evoluciona. Porque está muy bien si su cuota es de un 2-3% del mercado, pero no si empieza a subir. No creo que eso tenga por qué suponer una caída en las ventas de coches: aunque haya menos usuarios que los compren, las empresas que los alquilan sí deberán hacerlo. Además, si los coches son usados todo el día por muchas personas acortarán su vida útil, así que habrá que fabricar más", asegura.

Lo cierto es que, a día de hoy, la única tendencia tecnológica realmente asentada es la del vehículo eléctrico, pero "su adaptación también está siendo progresiva. Llevamos años hablando del coche eléctrico y ahora las compañías sí están invirtiendo en ello, pero hasta hace poco estábamos en una situación en la que todo el mundo hablaba del vehículo eléctrico pero a la hora de la verdad se vendían muy pocos".

En su opinión, por tanto, "hay que estar pendiente de todas las evoluciones disruptivas, pero también debemos ser prudentes. No podemos pensar que la tecnología va a cambiar la industria de un día para otro. Tenemos que ver despacio cómo van evolucionando estas tendencias".

"Si Tesla no vende 5.000 coches a la semana..."

Teniendo delante a un actor principal de la industria del automóvil, es inevitable preguntarle por la irrupción de estas grandes compañías tecnológicas y, sobre todo, por la llegada de Tesla, cuyo CEO, Elon Musk, parece decidido a poner patas arriba el sector.

De nuevo, Riberas se muestra prudente: "Nadie duda de que Elon Musk es un genio, y el valor de Tesla es que ha puesto a todos a correr. Pero hablamos mucho de Tesla cuando sus competidores fabrican mucho más que ellos". De hecho, "es llamativo que Ford despidiese a su CEO por no ir rápido en la transformación digital de la compañía. Porque Tesla estaba por encima en bolsa, pero es que Tesla no vendía nada, mientras que Ford vendía más que nadie. Ahora Tesla tiene que dar un paso adelante: o se ponen a producir y vender ya 5.000 coches a la semana o habrá que ver cómo acaba".

"Hay que buscar un equilibrio: no podemos cambiar nuestros planes estratégicos por innovaciones cuya evolución aún está por ver"

Y es que "estamos viendo disrupciones todos los días pero hay que buscar un equilibrio. Las compañías no podemos cambiar totalmente nuestros planes estratégicos por innovaciones cuya evolución aún está por ver".

Riberas también prefiere ser cauto respecto a otras grandes tecnológicas: "Ni Google ni Apple se van a poner a construir coches. Si acaso comprarán alguna empresa fabricante. Van a seguir necesitando a las grandes empresas del sector del automóvil".

¿Cómo está la industria del automóvil?

El presidente ejecutivo de Gestamp, por tanto, mira con optimismo el presente y futuro de la industria automovilística: "España es el segundo mercado de fabricación de coches después de Alemania, estamos en un nivel muy alto, cuando Europa no ha llegado a los niveles de 2007".

Además, "la industria se había marcado el reto de producir tres millones de vehículos en todo 2018, y vamos a estar muy cerca. No sé si llegaremos a los tres millones, pero yo creo que la cifra estará en torno a los 2,9 millones. Estamos en un momento muy positivo".

Riberas tampoco cree que la política arancelaria de Trump necesariamente deba afectar de una manera grave al sector: "Ha habido una reacción fuerte y todos hemos caído, pero si solo se cambia la distribución y la fabricación no tiene por qué afectarnos demasiado. Si la gente dejase de comprar coches sí nos afectaría a todos, pero no creo que eso pase. La política de aranceles puede afectar a la cuenta de resultados a corto plazo, pero no creo que afecte a largo".

"España es el segundo mercado tras Alemania, estamos muy arriba, cuando Europa no ha llegado a los niveles de 2007"

Y es que "en este sector el ratio de 'outsourcing' es del 42%, pero de aquí a 2025 creemos que crecerá hasta el 50%, porque si una empresa instala una nueva fábrica no puede montar todo desde cero, seguirá necesitando externalizar parte de la producción".

En definitiva, "el presente y el futuro para los próximos años está asegurado y muy soportado por la industria de componentes, que es una baza fundamental en la competitividad de las fábricas españolas. Hay grupos de fabricación de componentes que lo están haciendo muy bien no solo en España, sino a nivel global".

"En Gestamp no nos planteamos un techo"

Mirando hacia su propia casa, Riberas no ve necesidad de marcarse una meta concreta: "Nunca nos hemos planteado un techo. Es muy duro animar y motivar a un grupo de personas si hay un techo de crecimiento. Que una empresa deje de querer seguir creciendo es la antesala de morir".

De hecho, la compañía no se fija (demasiado) en el corto plazo: "Nuestros planes estratégicos son a 5-10 años. Si haces planes a 6-12 meses nunca te vas a equivocar, pero es una aberración. Si instalas una máquina nueva es una inversión muy fuerte, invertimos en cosas que luego no puedes cambiar, así que tenemos que hacer balance entre el corto y el largo plazo".

"Nuestro plan estratégico es el crecimiento orgánico, no la entrada de inversores"

En opinión de Riberas, Gestamp se encuentra actualmente en una situación más que estable, un contexto favorecido, entre otras cosas, por la salida de Arcelor y la entrada de Mitsui en su accionariado: "A nivel accionarial ya no va a haber grandes saltos. No tenemos deuda de cabecera, Mitsui es estable. No necesitamos que venga un gran inversor". Y es que "un inversor que compre más del 3-4% nos complicaría la vida. Lo que necesitamos ahora es tener liquidez: nuestro foco de plan estratégico hoy es el crecimiento orgánico, no necesariamente la entrada de inversores".

"No se puede dudar de Telefónica"

Al hablar con Francisco Riberas no podemos olvidar la intensa actividad inversora de su familia. Y dentro de esa actividad destaca un movimiento en especial: la entrada en Telefónica, donde Riberas se ha convertido en el consejero con más acciones de la teleco. El consejero ve de manera optimista el futuro de la compañía: "Los mercados financieros y la opinión pública a veces se despistan. Telefónica es una empresa muy potente, con inversiones e instalaciones muy grandes, no se puede dudar de ella".

Y es que "si nos ponemos a pensar en los próximos cinco años, solo sabemos que el tráfico de datos se va a multiplicar por 100, y todo eso pasa por las redes, en las que Telefónica tiene un nivel de inversiones que nadie más tiene". En cualquier caso, es evidente que, "con un valor de 40.000 millones, es atacable por todas partes", pero, en su opinión, sigue siendo uno de los grandes activos empresariales a nivel mundial: "En Europa necesitamos que haya empresas muy fuertes, y Telefónica ha demostrado serlo ya no en Europa, sino en todo el mundo".