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CNMV permitió los cortos en Popular para evitar que los pequeños se quedaran pillados
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A DIFERENCIA DE LIBERBANK

CNMV permitió los cortos en Popular para evitar que los pequeños se quedaran pillados

También se planteó la prohibición de las posiciones bajistas en el valor, pero la CNMV se negó para no alentar un rebote que diera falsas esperanzas a los pequeños accionistas

Foto: El presidente de la CNMV, Sebastián Albella. (EFE)
El presidente de la CNMV, Sebastián Albella. (EFE)

La prohibición de las posiciones cortas (bajistas) en Liberbank tras su desplome de la semana pasada sorprendió ayer a todo el mundo por el agravio comparativo que supone con el Banco Popular, donde no se tomó una medida similar pese a perder más de la mitad de su valor en bolsa en apenas una semana. Según fuentes conocedoras de la situación, el consejo que presidía Emilio Saracho consultó —a través de abogados— esta posibilidad a la CNMV, pero esta la descartó porque sí parecía haber razones para los descensos y quería facilitar las ventas de los pequeños accionistas, consciente de las altas probabilidades de una resolución del banco. Y dicha prohibición habría podido provocar un rebote de la acción que habría generado vanas esperanzas y habría evitado que muchos inversores salvaran algo de su patrimonio antes de la catástrofe.

Un portavoz de la CNMV aseguró que "ni el último consejo ni el anterior del Popular solicitaron a la CNMV la prohibición de los cortos". El supervisor del mercado achacó ayer la medida adoptada en Liberbank a "que no hay informaciones negativas difundidas por la entidad ni pendientes de difundir", lo cual es una diferencia notable con el Popular.

Para empezar, esta entidad "reexpresó sus cuentas", lo que provocó la dimisión de su CEO. Posteriormente, fue reconociendo, en sus sucesivos 'desmentidos', que había puesto en marcha una subasta del banco y que el BCE le había inspeccionado y había comprobado su inviabilidad, como adelantó en ambos casos El Confidencial. Algún accionista de postín abandonó el consejo y el propio Mecanismo Único de Resolución desmintió/confirmó que contemplara su resolución, cosa que al final ocurrió y se completó con la venta al Santander. A eso hay que añadir las sucesivas bajadas de 'rating'. Es decir, que en ese caso sí que hubo informaciones relevantes que justificaban las caídas en bolsa.

Evitar un rebote que generara falsa confianza

Las fuentes consultadas explican que, dado que en el caso del Popular sí existían todas estas informaciones —y rebajas de recomendación por parte de los analistas— y unas expectativas más que razonables de que acabara vendido a un precio simbólico o en resolución. Por tanto, no se justificaba la prohibición de los cortos. Pero, además, el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, consideró que prohibir las posiciones bajistas podría provocar una recuperación artificial de la cotización —lo cual ya era motivo para no intervenir—, que además evitara que los pequeños accionistas se salieran del valor mientras quedaba tiempo, confiados en que todo quedaría en un susto. O peor aún, que algunos compraran fiándose de esa recuperación.

Entonces, la pregunta sería: ¿por qué ese exceso de celo en Liberbank? Es dudoso que competa a la CNMV salir en defensa de la solvencia de una entidad, labor más propia del Banco de España o del BCE; y también es dudoso que deba intervenir en el mercado en este caso y no en otros de subidas o descensos aparentemente inexplicables: sin ir más lejos, el alza del 180% de ayer de Pescanova. Según otra de las fuentes, lo que ha pretendido hacer es cortar de raíz el pánico en el sector bancario, puesto que después de Liberbank podrían ir Sabadell, CaixaBank, etc. De hecho, el comunicado del supervisor cita como motivo "la muy probable relación de dicha evolución [de Liberbank en bolsa] con la actuación de resolución decidida por la Junta Única de Resolución el 7 de junio de 2017 con respecto a Banco Popular".

Los cortos no provocaron las caídas

En realidad, estas medidas tienen un mayor componente de imagen que de eficacia. En el caso del Popular, los cortos habían superado el 12% del capital, pero en el desplome bursátil final disminuyeron hasta el 9,77%. Esto significa que no solo no se incrementaron las posiciones bajistas, sino que estos inversores deshicieron una parte para tomar beneficios con el desplome. En el caso de Liberbank, se mantienen en un reducido 1,39% del accionariado desde el 26 de mayo. Por tanto, en ninguno de los dos casos los derrumbes en bolsa se debieron a un incremento de los cortos, sino a una salida precipitada de inversores alcistas presas del pánico.

La CNMV prohíbe especular con Liberbank

De hecho, en Liberbank vendieron la semana pasada muchos fondos de inversión que se habían quedado atrapados en la resolución del Popular, para evitar cualquier riesgo de que la historia se pudiera repetir. Y, ayer, el fuerte rebote del 41,18% hasta 0,96 euros (que fue continuación de otro del 32% el viernes desde los mínimos del día) se explica más por la inundación de recomendaciones positivas que argumentaban que Liberbank no es Popular y que el castigo era injustificado, que por la prohibición de los cortos.

La prohibición de las posiciones cortas (bajistas) en Liberbank tras su desplome de la semana pasada sorprendió ayer a todo el mundo por el agravio comparativo que supone con el Banco Popular, donde no se tomó una medida similar pese a perder más de la mitad de su valor en bolsa en apenas una semana. Según fuentes conocedoras de la situación, el consejo que presidía Emilio Saracho consultó —a través de abogados— esta posibilidad a la CNMV, pero esta la descartó porque sí parecía haber razones para los descensos y quería facilitar las ventas de los pequeños accionistas, consciente de las altas probabilidades de una resolución del banco. Y dicha prohibición habría podido provocar un rebote de la acción que habría generado vanas esperanzas y habría evitado que muchos inversores salvaran algo de su patrimonio antes de la catástrofe.

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