El Edificio España será un hotel Hard Rock

La cuenta atrás para arrancar el proyecto de Trinitario Casanova en Edificio España ha comenzado. El empresario, que ha llegado a un acuerdo con Wanda Group para adquirir el inmueble, ya tiene luz verde del Ayuntamiento de Madrid a sus planes para convertir el rascacielos en un hotel al más puro estilo Las Vegas.

Fue el pasado viernes cuando el área de Urbanismo que dirige José Manuel Calvo dio su conformidad a la consulta presentada por Grupo Baraka, el 'holding' del empresario levantino, informe que garantiza convertir el grueso del rascacielos en un gran hotel respetando los elementos protegidos.

Tras esta luz verde, Casanova tiene todas las bendiciones para sellar su segundo gran acuerdo: un contrato a 30 años con Hard Rock, el imperio hotelero de los indios seminola, que ha presentado una oferta en firme a Baraka para hacerse con la explotación del rascacielos madrileño.

Desde la compañía española han reconocido a El Confidencial que las conversaciones están muy avanzadas, dentro del proceso organizado por JLL, pero que todavía falta por estampar la rúbrica final, hito que llegará tras las correspondientes revisiones de los representantes legales de las dos partes.

El proyecto de Hard Rock para el Edificio España pasa por abrir un hotel de cinco estrellas y cerca de 600 habitaciones, dotado de todo tipo de ofertas complementarias de restauración y entretenimiento, con grandes suites y el aprovechamiento de la azotea.

Además, las aproximadamente 150 plazas de aparcamiento con que cuenta ya el rascacielos en su segundo sótano son suficientes para los planes del grupo norteamericano. El futuro hotel ocupará 22 plantas del inmueble, unos 67.400 metros cuadrados, ya que Baraka ha reservado las tres primeras, cerca de 15.000 metros cuadrados, para desarrollar una gran galería comercial y, actualmente, mantiene conversaciones con varios operadores interesados.

Apuesta de Hard Rock Hotel por España

Hard Rock lleva varios años buscando una ubicación en Madrid para abrir un gran establecimiento hotelero, y la opción de hacerlo en la Gran Vía es una oportunidad que no quiere dejar escapar, ya que esta arteria cuenta con todas las ofertas de ocio, historia, compras y cultura que exige el perfil de turista internacional al que se dirige la cadena.

La salida al mercado del Edificio España, además, llega en un momento especialmente sensible para la compañía norteamericana, que, tras varios años negociando con Enrique Bañuelos el desarrollo de un resort dentro del proyecto BCN World, ha visto que el Gobierno catalán ha rehecho todos los números del complejo, cuyo futuro continúa estando en el aire.

En España, Hard Rock Hotel también tiene un acuerdo de concesión con Palladium, el grupo de la familia Matutes, para sus establecimiento en las Islas Baleares y Canarias, donde el grupo del exministro popular cuenta ya con los establecimiento Hard Rock Ibiza y Hard Rock Tenerife.

Tras recibir el informe favorable del ayuntamiento, Trinitario Casanova prevé cerrar la definitiva compra del Edificio España a Wanda Group a mediados de este mes, momento a partir del cual podrán comenzar las obras de rehabilitación del inmueble, que durarán cerca de dos años.

Con este calendario sobre la mesa, el futuro Hard Rock Madrid podría abrir sus puertas a finales de 2018, fecha en la que también se espera que pueda estrenarse el Four Seasons que se instalará en Canalejas, otro de los desarrollos más esperados y polémicos de la capital, que en los próximos días espera recibir la última bendición del equipo de Manuela Carmena.

El imperio de los indios seminola

Seminole Tribe of Florida, el imperio empresarial de los indios seminola, adquirió Hard Rock International al británico Rank Group hace 10 años, tras poner sobre la mesa una oferta de 965 millones de dólares (860 millones de euros al cambio actual), con el objetivo de diversificar sus negocios, ya que hasta ese momento el 90% de sus ingresos procedía del juego.

Los seminolas presumen de ser el único pueblo de nativos americanos que nunca firmó un tratado de paz con el Gobierno de Estados Unidos, orgullo que no les ha impedido sumarse a las ventajas del más capitalista mundo occidental y beneficiarse de la benevolente normativa que se aplica al negocio del juego en las reservas indias.

Con los bolsillos llenos de dinero gracias a sus bingos y casinos, los seminolas firmaron un primer acuerdo con Hard Rock para explotar dos de sus hoteles en 2004, y dos años después se hicieron con toda la compañía, que por aquel entonces contaba con 7.000 empleados, 124 restaurantes repartidos por 45 países, siete hoteles, dos casinos y dos salas de conciertos. Una década después, cuenta con más de 20 hoteles y casinos, y ultima la apertura de otros 16.