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Benjumea da un golpe de Estado y pone aún más en riesgo el futuro de Abengoa
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Antonio fornieles, nuevo presidente

Benjumea da un golpe de Estado y pone aún más en riesgo el futuro de Abengoa

Felipe Benjumea, el destituido presidente de Abengoa, ha echado a su vez a José Domínguez Abascal para intentar proteger la fortuna familiar de los acreedores

Foto: El expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea junto con el ex consejero delegado, Manuel Sánchez. (EFE)
El expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea junto con el ex consejero delegado, Manuel Sánchez. (EFE)

Felipe Benjumea, el destituido presidente de Abengoa, dio anoche un golpe de Estado en el consejo de administración de la compañía para proteger la fortuna familiar. Apenas 24 horas después de la celebración de otro consejo para aprobar unas pérdidas históricas, el empresario sevillano convocó una reunión de urgencia para destituir a José Domínguez Abascal, que apenas llevaba cinco meses en el cargo.

Según el comunicado oficial de Abengoa, el relevo del primero ejecutivo, que ha sido reemplazado por Antonio Fornieles, tiene como fin “facilitar un acuerdo de reestructuración con los acreedores financieros de la sociedad y contribuir a potenciar la independencia de la misma del que a día de hoy es su principal accionista, Inversión Corporativa IC, S.A”.

Pese a los conocimientos financieros de Fornieles, bajo el mandato de Benjumea, Abengoa entró en barrena al tiempo que firmaba bonus millonarios

Sin embargo, Fornieles, un exejecutivo de KPMG, era un hombre de Benjumea, quien lo nombró hace un año como consejero independiente, consejero coordinador, vicepresidente segundo y miembro del comité de auditoría y de la comisión de nombramiento y retribuciones. Pese a sus conocimientos financieros, bajo su mandato Abengoa entró en barrena al tiempo que firmaba de su puño y letra bonus millonarios para el propio expresidente y los dos exconsejeros delegados, Manuel Sánchez Ortega y Santiago Seage.

Otras fuentes indican que la destitución de Domínguez Abascal se debe a que el ya ex primer ejecutivo había aceptado la propuesta de los bonistas y de la banca de reducir prácticamente a cero la participación de los Benjumea y del resto de familias históricas, actualmente del 60% de los derechos políticos y del 30% de los económicos. Pero, como adelantó El Confidencial, los aún dueños habían exigido quedarse con entre el 10 y el 15% del capital, además de una prima adicional a cuatro años de hasta el 20% del accionariado si se cumplía el plan de viabilidad.

Fortuna personal en juego

Para las familias es vital mantener un porcentaje destacado del capital de la nueva Abengoa en el caso de que se alcance un acuerdo de reestructuración y se canjeen unos 6.000 de los 9.500 millones de deuda por acciones. De lo contrario, serán embargados por la banca ya que su paquete actual está financiado con préstamos cuyas garantías son los propios títulos de la empresa. De hecho, la banca ya les ejecutó parcialmente el pasado mes de diciembre.

Domínguez Abascal contaba con el favor de los bonistas y la banca, que en las últimas semanas echaban pestes de Benjumea. Sobre todo porque pese a haber sido cesado en noviembre de sus funciones seguía dirigiendo las negociaciones para el plan de rescate y cobrando un millón de euros al año tras llevarse más de 11 millones como indemnización.

La compañía tiene apenas dos semanas para encontrar un punto de encuentro con los acreedores para evitar entrar en concurso de acreedores

Anoche anunció que renunciaba a ese sueldo como asesor, al tiempo que nombraba, con la oposición de tres de los once miembros del consejo a Joaquín Fernández de Pérola como consejero delegado. Domínguez se mantiene como consejero externo.

Tras este nuevo terremoto, la compañía tiene apenas dos semanas para encontrar un punto de encuentro con los acreedores para evitar entrar en concurso de acreedores y acabar liquidada al por mayor. El próximo 27 de marzo vence el plazo mientras la plantilla se moviliza ante el impago de las nóminas. Fuentes próximas a las negociaciones sentencian que si las partes han sido incapaces de ponerse de acuerdo para un préstamo de 165 millones para pagar a los empleados, difícilmente lo harán para poner los 1.700 millones -1.000 en forma de préstamo extraordinario y 700 en avales- que Abengoa necesita para sobrevivir este año.

Felipe Benjumea, el destituido presidente de Abengoa, dio anoche un golpe de Estado en el consejo de administración de la compañía para proteger la fortuna familiar. Apenas 24 horas después de la celebración de otro consejo para aprobar unas pérdidas históricas, el empresario sevillano convocó una reunión de urgencia para destituir a José Domínguez Abascal, que apenas llevaba cinco meses en el cargo.

Felipe Benjumea Concurso de acreedores KPMG
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