CLH se enzarza con la CNMC y recusa al promotor de Competencia, Antonio Maudes

Órdago a la grande. La Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) ha tirado por elevación contra la CNMC y ha reclamado a su presidente, José María Marín Quemada, la recusación del director del departamento de Promoción de la Competencia, Antonio Maudes. La petición se produjo a raíz del informe elaborado este último verano por el organismo regulador sobre el mercado de los carburantes en España. Un estudio muy controvertido y que ha puesto de los nervios a los grandes operadores del sector, que ven peligrar el negocio generado por los elevados precios que viene cobrando tradicionalmente en España la empresa heredera del antiguo monopolio de petróleos.

La antigua Campsa fue reconvertida en la actual CLH el año 1992 como colofón al proceso impulsado por la Comisión Europea para la liberalización del sector de hidrocarburos. Los tradicionales accionistas de la compañía, que son Repsol y Cepsa, han emprendido un programa de venta de sus participaciones que se ha visto acelerado en los últimos meses a raíz de la caída vertiginosa de los precios del petróleo. Las operadoras tratan de hacer su particular agosto con la desinversión pero la aparición en escena de la CNMC les ha dado donde más duele por cuanto que la valoración de CLH puede verse presionada a la baja si las tarifas del operador logístico sufren un drástico recorte en las próximas semanas.

Los precios que cobra CLH suponen dos céntimos del litro de gasolina pero el Gobierno quiere bajar tarifas y acabar con el monopolio que ejerce la antigua Campsa

Por lo pronto, el Ministerio de Industria ha recogido el guante de las autoridades de competencia y ha reclamado a la CNMC que defina una nueva metodología de la estructura tarifaria de CLH, garantizando la adecuación futura en la fijación de precios a la evolución del mercado. La solicitud del departamento que dirige José Manuel Soria ha sido tachada como un intento intervencionista del Gobierno por cuanto que va a traducirse a corto plazo en una disminución drástica de los ingresos que obtiene la compañía. De ahí que CLH no haya dudado en ponerse la venda antes de recibir el golpe que se le viene encima.

La sucesión de los acontecimientos deja muy clara la estrategia del operador logístico, para el que la mejor defensa pasa por un decidido ataque a la CNMC. No en vano, la recusación de un responsable de los servicios técnicos como es Antonio Maudes, que ya fue vocal asesor del antiguo Tribunal de Defensa de la Competencia hace más de quince años, demuestra la carga de profundidad con que CLH trata de disparar a la línea de flotación del organismo único de regulación. La reprobación se ha producido además cuatro meses después del célebre informe de la discordia, donde ya se denunciaban las importantes barreras que existen en España para la entrada de nuevos operadores en el mercado mayorista de carburantes.

La CNMC emitió su análisis inicial en julio del pasado despertando la conciencia dormida del Ministerio de Industria sobre el desenlace futuro de CLH y el temor a que la salida accionarial de las grandes petroleras españolas provocara un desequilibrio en el capital de una empresa en claro régimen de monopolio. El Gobierno recela de los nuevos accionistas financieros que van a tomar el timón de la antigua Campsa y quiere establecer contrapesos que eviten un incremento de los precios en el mercado mayorista, lo que tarde o temprano propiciaría también una sabida de los carburantes para el consumidor español. En la actualidad, las tarifas de CLH tienen una influencia relativa y sólo repercuten alrededor de dos céntimos por litro de gasolina en las estaciones de servicio.

El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, fue también recusado a principios de año por las dos grandes compañías petroleras, Repsol y Cepsa

La solicitud del ministro Soria motivó que el director de Promoción de Competencia de la CNMC realizase un requerimiento de información a CLH el pasado 26 de octubre y fue a partir de ese momento cuando realmente se desataron las hostilidades entre la empresa y el regulador. La reprobación formal se formuló el 4 de noviembre mediante la socorrida acusación de ‘enemistad manifiesta’ contra el citado responsable de los servicios técnicos y fue despachada prácticamente en acuse de recibo por José María Marín Quemada. Cabe recordar que el propio presidente del organismo supervisor sufrió en su persona una imputación equivalente cuando fue recusado a principios de año por Cepsa y Repsol dentro de un doble expediente rechazado también por el pleno de la CNMC.

El interés de CLH en bloquear la participación de Maudes en el expediente se entiende mucho mejor teniendo en cuenta la batalla interna que los directivos del área de Competencia mantienen casi de manera orgánica con sus colegas de las distintas divisiones de Regulación que forman parte de la CNMC. Si el responsable que firmó el dictamen original sobre el mercado de carburantes hubiese quedado fuera de combate, la nueva metodología de retribución del operador logístico sería ahora tarea del director de Energía, Fernando Hernández, antiguo asesor del Ministerio de Industria. El interés en asegurar la debida independencia del regulador ha motivado que Marín Quemada rompa una lanza por el jefe de Promoción de la Competencia aunque para ello haya tenido que despachar con cajas destempladas a su viejo amigo y presidente de CLH, José Luis López de Silanes.