Es noticia
BBVA paga 35 millones para deshacerse de sus directivos no digitales
  1. Empresas
por los despidos de la cúpula

BBVA paga 35 millones para deshacerse de sus directivos no digitales

El banco ha pagado millonarias indemnizaciones para relevar a gran parte de la cúpula directiva, que ha dejado paso a un nuevo equipo encargado de convertir a la entidad en pionera

Foto: El presidente del Grupo BBVA, Francisco González. (EFE)
El presidente del Grupo BBVA, Francisco González. (EFE)

Como en el fútbol, hacer un equipo nuevo cuesta mucho dinero. Despedir a la mayoría de los jugadores y fichar a nuevas figuras no suele ser barato. En banca, tampoco. Es lo que hizo Francisco González el pasado 4 de mayo cuando anunció por sorpresa una profunda reorganización de la cúpula directiva de BBVA con el objetivo de acelerar la transformación digital del banco. Ahora se ha sabido que la brusca salida del grupo de directores generales ha supuesto una factura de 35 millones de euros en compensaciones.

Según consta en el informe de resultados del primer semestre de 2015, “como consecuencia de la desvinculación del grupo de algunos miembros de la alta dirección se han satisfecho indemnizaciones por importe total conjunto de 23,438 millones de euros, que se han registrado como otros gastos de personal”. La factura no queda ahí, puesto que BBVA también realizó el pago a los beneficiarios de parte de las cantidades que la entidad tenía dotadas previamente para atender a los compromisos adquiridos contractualmente en materia de pensiones por importe de 11,45 millones.

En total, casi 35 millones de euros que se han repartido los colaboradores de Ángel Cano, el consejero delegado que dejó de forma abrupta la institución a los pocos días de celebrarse el Día del Trabajo a favor de Carlos Torres. Entre las personas que abandonaron el segundo mayor banco de España se encuentran Juan Ignacio Apoita (exresponsable de Recursos Humanos y Servicios); Ramón Monell (Tecnología) y Manuel Castro (Riesgo Global). También dejó la primera línea ejecutiva Ignacio Deschamps, el máximo responsable de toda América Latina, e Ignacio Moliner, el inexperto director general de comunicación con más de veinte años en la casa en funciones habitualmente de banca corporativa.

La entidad no especifica qué cantidad corresponde a cada uno de los prejubilados, pero fuentes próximas a BBVA aseguran que una parte muy relevante se la lleva Deschamps, uno de los hombres que en su día sonó como candidato a ser el número dos del grupo con plenos poderes. Sobre sus espaldas recaía gran parte de la cuenta de resultados del grupo. De los tradicionales solo quedaron en pie Juan Asúa, responsable de banca corporativa, Vicente Rodero, nombrado jefe máximo en todos los países, y Jaime Sáenz De Tejada, director financiero desde 2014 cuando sustituyó al defenestrado Manuel González Cid.

La vieja guardia de Paco González fue relevada por un grupo de directivos fichados por Torres, el nuevo consejero delegado. Entre ellos destacan Donna DeAngelis (Talento y cultura), Javier Escobedo, (Marketing y ventas digitales) Rafael Salinas (Riesgos globales), Ricardo Moreno (Sistemas) y Mark Jamison (Soluciones para el cliente). Sin embargo, este último apenas ha durado dos meses en el cargo, ya que ha decidido volver a Estados Unidos con su familia.

Por su parte, Cano, de 53 años de edad, ha llegado a un acuerdo con BBVA para recibir una pensión vitalicia anual por un importe anual bruto de 1,795 millones que será satisfecha en doce pagas mensuales, con deducción de las cantidades que resulten necesarias para hacer frente al pago de los impuestos que correspondan. El exconsejero delegado, al ser obligado a abandonar sus funciones, tenía derecho a una remuneración en forma de pensiones de 45,20 millones de euros, de los que 26,06 ya estaban dotados. Por tanto, BBVA ha tenido que hacer otra provisión de 19,25 millones adicionales para cumplir con sus compromisos con el ex número dos.

Al nuevo CEO ya se le ha asignado un fondo de pensiones de 12 millones, cantidad que se suma a los 51,81 millones que esperan ya a los nuevos miembros de la alta dirección. Una plantilla que tiene como objetivo ganar la Champions digital ante la amenaza de compañías no financieras como Google y Apple.

Como en el fútbol, hacer un equipo nuevo cuesta mucho dinero. Despedir a la mayoría de los jugadores y fichar a nuevas figuras no suele ser barato. En banca, tampoco. Es lo que hizo Francisco González el pasado 4 de mayo cuando anunció por sorpresa una profunda reorganización de la cúpula directiva de BBVA con el objetivo de acelerar la transformación digital del banco. Ahora se ha sabido que la brusca salida del grupo de directores generales ha supuesto una factura de 35 millones de euros en compensaciones.

Francisco González Ángel Cano Indemnizaciones
El redactor recomienda