BBVA pierde a uno de los directivos clave para alumbrar la nueva BBVA digital

El verano es proclive a los movimientos en el mundo del deporte. Fichajes, contrataciones, cesiones y despidos es lo habitual en el fútbol y en el baloncesto, dos actividades que BBVA patrocina como primer esponsor de la liga española y como partner de la NBA estadounidense. Pero también es un periodo en el que las estructuras de las grandes entidades sufren cambios.

Una prueba de ello es la segunda revolución que ha adoptado Ana Botín en Banco Santander. Otra, y menos usual, es la marcha de uno de los directivos que había sido contratado a golpe de talonario para hacer de la entidad financiera vasca uno de los grandes referentes mundiales en la banca digital. Se trata de Mark Jamison, que el pasado 4 de mayo fue nombrado máximo responsable de costumer solutions o adaptación de productos a las nuevas necesidades tecnológicas de los clientes.

Según fuentes internas de BBVA, Jamison era uno de los seis grandes directivos en los que el nuevo consejero delegado, Carlos Torres, iba a poner en práctica la transformación del banco tradicional a la nueva realidad virtual. Pero apenas ha durado dos meses en el cargo porque el responsable de crear nuevos productos globales ha decidido volver a Estados Unidos.

Oficialmente, su inesperada salida se debe a los habituales “motivos personales”. Otras fuentes indican que la relación con Torres, del que dependía directamente, y con Francisco González, el presidente y verdadero impulsor del cambio interno, no eran las mejores. Sea como fuere, su insesperada salida deja un vacío que BBVA tendrá que cubrir.

Desde la entidad se sostiene que, más allá, de las personas, la propuesta digital del banco sigue adelante y sin opción de marcha atrás. Pero internamente ha supuesto un revés importante al discurso americano de González, que se había rodeado de ejecutivos con perfiles procedentes de empresas estadounidenses para la nueva etapa tecnológica.

Procedente de One Capital Bank, Jamison y otros directivos como Jeff Dennes, Donna DeAngelis y Teppo Paavola, habían instalado en la sede operativa de BBVA en Madrid, sita todavía en pleno Paseo de la Castellana hasta su próximo traslado al norte de la capital, la nueva cultura americana. Sin corbatas, con vaqueros, portátil en mano y un café XL tamaño Starbucks era el perfil habitual del ya ex directivo, nada que ver con los tradicionales trajes y corbata azul de los viejos del lugar.