Dimite el presidente de la Corporación Mondragón, Txema Gisasola

El presidente de la Corporación Mondragón (MCC), Txema Gisasola, ha presentado su dimisión "por motivos personales", ha informado el grupo cooperativo vasco, que será dirigido por una comisión gestora hasta la elección del nuevo presidente. La designación del nuevo presidente del Consejo General se realizará una vez que concluya la definición del nuevo proyecto marco para Mondragón.

A partir de este momento, la dimisión del actual presidente se solventará con la creación de una Comisión Gestora, en el seno del Consejo General, "garantizando el funcionamiento operativo de los servicios de la corporación y asentando las bases sobre las que todos los socios de todas las cooperativas asociadas podrán decidir cómo será el Mondragón del futuro".

En un comunicado, Mondragón ha indicado que las cooperativas asociadas en la corporación han decidido abrir una etapa de "análisis y reflexión" para diseñar el marco general de su actuación en los próximos años.En este sentido, ha precisado que, como primer paso, un equipo integrado por responsables de diferentes cooperativas y áreas de la corporación será el encargado de realizar "una valoración de la situación de partida, identificar las líneas de actuación clave y dibujar la hoja de ruta a seguir en los próximos años".

El cese de Txema Gisasola como presidente de la Corporación Mondragón, cargo que ejerce desde julio de 2012, culmina un año de graves dificultades del primer grupo empresarial vasco, que ha visto cómo su cooperativa más emblemática, Fagor Electrodomésticos, ha entrado en concurso de acreedores. Gisasola intentó de manera infructuosa convencer a los socios más poderosos del grupo cooperativo Mondragón para que echasen el resto de cara al rescate del fabricante de Arrasate. Sin embargo, ni Kutxa Laboral, como brazo financiero del grupo, ni el fabricante de ascensores Orona apostaron por la viabilidad de Fagor.

Desde entonces, Gisasola se ha quedado solo ante el peligro en Mondragón con el agravante de que el incendio de Fagor amenaza con propagarse a otras marcas emblemáticas del grupo, como el caso deEroski.

Esta empresa logró ayerun acuerdo de intenciones con la banca para proponer a los titulares de sus aportaciones financieras subordinadas una quita del 30% de su valor nominal. El resto lo pagaría con un 15% en efectivo y el55% restante con un bono a su mismo valor nominala un plazo de 12 años y con una remuneración anual de 300 puntos básicos sobre el euribor (12 meses). Los particulares atrapados en Eroski con las citadas AFS, una especie de participaciones preferentes, rondan los 30.000 inversores.

El acuerdo de intenciones de Eroski queda sujeto a que llegue a los acuerdos necesarios con sus acreedores financieros y a la autorizaciónde la CNMV. A partir de esta reestructuración financiera con los preferentistas, la entidad cooperativa negociará una refinanciación de su deuda con las grandes entidades bancarias, que se sitúa en torno a los 2.500 millones de euros.