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El FROB ya recibido computará como capital básico para cumplir los requisitos del Gobierno
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LAS CAJAS CENTRAN SU OFENSIVA EN QUE SE LAS IGUALE A LOS BANCOS

El FROB ya recibido computará como capital básico para cumplir los requisitos del Gobierno

El dinero público que las cajas de ahorros ya han recibido del FROB computará como core capital (capital básico) a efectos del cálculo de esta ratio para

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El FROB ya recibido computará como capital básico para cumplir los requisitos del Gobierno

El dinero público que las cajas de ahorros ya han recibido del FROB computará como core capital (capital básico) a efectos del cálculo de esta ratio para cumplir los nuevos requisitos que va a imponer el Gobierno al sector, según confirman varias entidades. Esto reduce notablemente las necesidades de capital adicional del sector, pero teóricamente es un incumplimiento de las normas de Basilea, puesto que los fondos del FROB son participaciones preferentes, que forman parte del Tier 1 y no del core.

"El Gobierno trabaja desde el principio con la inclusión de las ayudas del FROB dentro del cálculo del capital necesario para evitar la entrada del Estado en las entidades", asegura una de las entidades consultadas. "Si no fuera así, todas las cajas que han recibido FROB estarían condenadas a la nacionalización, porque les sería imposible captar los recursos necesarios de aquí a septiembre", añade otra caja de ahorros.

Los fondos propios de las entidades financieras se componen de varias capas de acuerdo con las normas de Basilea en vigor. La de mayor calidad es el core capital, compuesto básicamente por el capital y las reservas. Por encima se sitúa el Tier 1, que añade al core las participaciones preferentes, un híbrido entre capital y deuda: son perpetuas pero el banco o caja puede rescatarlas en un plazo determinado y, además, pagan intereses como los bonos. Éste fue el baremos que se tomó para los test de estrés del verano. Luego está el Tier 2, que a estos instrumentos suma la deuda subordinada.

Pues bien, las ayudas del FROB 1 -como se ha dado en llamar para diferenciarlo de las nuevas inyecciones, el FROB 2- se plantearon con una fórmula única en el mundo: las preferentes convertibles. Es decir, inicialmente son participaciones preferentes con un tipo de interés del 7,75% que deben pagar las entidades. Si la entidad devuelve el dinero en un plazo máximo de cinco años, habrá sido un mero préstamo. Pero si no pueden devolverlas, esos títulos se convertirán en capital -inicialmente iban a ser cuotas participativas, pero serán acciones en las cajas que se están transformando en bancos-, lo que dará entrada al Estado en las entidades con derechos políticos.

Y esta fórmula supone ahora un serio problema para que estos fondos públicos se consideren core capital y computen para el requisito del 9%-10% -aún por concretar- que se va a imponer a las cajas que no salgan a cotizar. "El problema realmente es que el Gobierno haya cogido el core capital como referencia en lugar del Tier 1, que habría sido lo lógico y no plantearía ninguna dificultad para incluir el FROB", protesta otra entidad.

El argumento de las cajas es que las ayudas estatales se han considerado core capital en el resto de Europa, por lo que en España deberían tener la misma consideración o estaríamos ante un agravio comparativo incompatible con los tratados de la UE. Añaden que Basilea III permite que estas ayudas computen como core hasta 2019, por lo que no tendría sentido que no lo hicieran en España.

Eso nos lleva a la cuestión de cómo se va a calcular esta ratio en el decreto que el Ejecutivo planea aprobar este mismo viernes. Más relevante todavía que la cifra que se va a exigir es si se va a exigir con las normas actuales (Basilea II), con las nuevas de Basilea III o con una mezcla de las dos. Las nuevas reglas penalizan las participaciones industriales y financieras de las entidades, lo que puede poner a algunos bancos al filo del 8% que se les va a exigir a ellos, si dichas reglas son finalmente las utilizadas.

Las cajas claman por el 8%

Sin embargo, las cajas no están haciendo una batalla del cálculo, sino del nivel que se va a exigir. Principalmente, porque la caja más penalizada por Basilea III, La Caixa -a la sazón presidida por el presidente de la CECA, Isidre Fainé-, ya ha solucionado el problema con los trasvases de activos con el nuevo CaixaBank.

Así pues, la CECA por lo que está presionando es por equiparar el capital exigido a las cajas con el de los bancos; es decir, porque se les imponga a las cajas también el 8%. El citado Fainé y también el otro hombre fuerte de la CECA, Rodrigo Rato, así lo han pedido públicamente en las últimas semanas.

En contra, los bancos, que consideran que las cajas deben tener mayores exigencias porque su modelo ha sido más arriesgado -aparte de la falta de accionistas y de transparencia- o incluso por el desequilibrio que supone haber hecho saneamientos con dinero público y sin pasar por la cuenta de resultados -en clara alusión a Caja Madrid-, según el presidente del Banco Popular, Ángel Ron.

El dinero público que las cajas de ahorros ya han recibido del FROB computará como core capital (capital básico) a efectos del cálculo de esta ratio para cumplir los nuevos requisitos que va a imponer el Gobierno al sector, según confirman varias entidades. Esto reduce notablemente las necesidades de capital adicional del sector, pero teóricamente es un incumplimiento de las normas de Basilea, puesto que los fondos del FROB son participaciones preferentes, que forman parte del Tier 1 y no del core.

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