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Las fusiones de cajas buscan el dinero de los ricos locales para evitar la nacionalización
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GALLEGAS Y CASTELLANAS, AL BORDE DEL ABISMO

Las fusiones de cajas buscan el dinero de los ricos locales para evitar la nacionalización

Si hay entidades en las que se ha desatado el pánico a la nacionalización por el nuevo plan del Gobierno, ésas son las fusiones puras de

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Las fusiones de cajas buscan el dinero de los ricos locales para evitar la nacionalización

Si hay entidades en las que se ha desatado el pánico a la nacionalización por el nuevo plan del Gobierno, ésas son las fusiones puras de cajas. Las operaciones más favorecidas por el Banco de España se han convertido de pronto en las más perjudicadas por el decreto: lo tienen casi imposible para alcanzar el requisito de core capital. Ante lo cual, los políticos quieren echar mano de las fortunas regionales en un movimiento desesperado para atraer el capital privado necesario para salvarlas.

Los dos grupos que lo tienen más difícil son el gallego y el de Castilla y León: NovaCaixaGalicia (fusión de Caixa galicia y Caixanova) y el llamado Espiga (Caja Duero y España). Ambos han recibido dinero del FROB y han acometido un duro proceso de reestructuración y de provisiones, tal como les había pedido el supervisor. Y ahora se encuentran con que eso no ha servido de nada y que deberían haber guardado esos recursos en sus fondos propios, que es lo único que cuenta para evitar la nacionalización. Además, al no contar con un banco como los SIP, tienen muy difícil salir a bolsa antes de septiembre.

Ante esta situación, los Gobiernos regionales no tienen más remedio que pedir auxilio a las grandes fortunas locales para que entren en el capital de las entidades. No para salvarlas ellos solos (sólo en el caso gallego se necesitan unos 1.500 millones), sino para que actúen como reclamo para atraer a otros inversores nacionales e internacionales.

"No es lo mismo que te venga a pedir dinero una caja en solitario, que ahora mismo son los apestados del mercado, que lo haga con el respaldo de un Amancio Ortega, por ejemplo", señalan en un banco de inversión. Ortega es uno de las grandes fortunas gallegas que van a ser tocadas por Alberto Núñez-Feijóo, el presidente de la Xunta, junto a su ex mujer, Rosalía Mera, o los inmobiliarios Manuel Jove y Jacinto Rey.

En Castilla y León el proceso va más retrasado, pero las intenciones de la Junta son las mismas. Entre los 'tocables' se encuentran las primeras fortunas de la región, de los sectores agroalimentario, carbón e inmobiliario. Según los últimos datos disponibles, el core capital de NovaCaixaGalicia se sitúa en el 6% y el de CajaDuero-España, en el 7,1%.

Pero muy grande tiene que ser la presión para que estas fortunas accedan a las pretensiones de los políticos, ya que no tendrán capacidad de gestión -las cajas siguen muy politizadas- y desconocen el estado real de las entidades, por lo que preferirán esperar a que entre el dinero público. La solución de compromiso sería poner una cantidad casi simbólica que permita a las cajas usar su nombre como estrategia de marketing. Pero será difícil que eso baste para atraer el capital necesario.

Feijóo se rebela contra el decreto

En ambas comunidades, los Gobiernos regionales han tenido que enfrentarse a una dura oposición de las ciudades que se resistían a perder 'su caja' y a 'entregársela' al vecino. El caso de en Galicia es extremo, puesto que, aparte de poner de acuerdo a vigueses y coruñeses, ha tenido que hacer un auténtico encaje de bolillos para el reparto de poder en la caja fusionada; incluso tuvo que ceder en sus pretensiones iniciales para conceder el mando a Julio Fernández Gayoso (Caixanova) en detrimento de José Luis Méndez (Caixa Galicia).

"Feijóo está que se sube por las paredes y está presionando para que el PP inicie una campaña contra el plan del Gobierno, que Génova ve con buenos ojos", afirma una fuente cercana a la Xunta. Esta presión ya ha empezado a dar sus frutos: el propio Rajoy pidió el viernes al Gobierno que rectifique sus intenciones por el "peligro" que suponen, y añadió que "penalizan a aquellas entidades financieras que se hayan saneado o quieran sanear sus balances", como las gallegas y las castellanas.

Y en línea con lo solicitado por Feijóo, el presidente del PP avisó de que "nosotros hemos apoyado hasta ahora las reformas que ha planteado el Gobierno en este ámbito, pero lo que está haciendo ahora no nos gusta y no le gusta a nadie".

La situación de estas dos fusiones también se da en Cataluña con CatalunyaCaixa y Unnim, aunque allí Artur Mas prefiere solucionar el problema con una segunda ronda de integraciones que fusionaría a la primera con Banco Sabadell. Operación que también se enfrenta a graves obstáculos, en especial la exigencia de garantías contra pérdidas en el balance de la caja.

Si hay entidades en las que se ha desatado el pánico a la nacionalización por el nuevo plan del Gobierno, ésas son las fusiones puras de cajas. Las operaciones más favorecidas por el Banco de España se han convertido de pronto en las más perjudicadas por el decreto: lo tienen casi imposible para alcanzar el requisito de core capital. Ante lo cual, los políticos quieren echar mano de las fortunas regionales en un movimiento desesperado para atraer el capital privado necesario para salvarlas.

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