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Rivera, atrapado entre la abstención y la presión de PP y PSOE para un cambio de voto
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SÁNCHEZ DEVUELVE LA PRESIÓN AL DE CENTRO

Rivera, atrapado entre la abstención y la presión de PP y PSOE para un cambio de voto

La abstención de los 32 diputados de C's no surtió efecto, y Pedro Sánchez volvió a dejar la pelota en el tejado naranja. Para desbloquear la situación, Rivera debería dar el sí a Rajoy

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa posterior a la reunión mantenida con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa posterior a la reunión mantenida con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. (EFE)

La situación política española, lejos de divisar alguna luz al final del túnel, se complica por momentos. Lo mismo sucede en el partido que lidera Albert Rivera, aunque sus votos pueden pasar a tener un papel protagonista. La ejecutiva nacional de Ciudadanos acordó abstenerse en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy para contribuir a que “el país se ponga en marcha”. Y lo hará sin pedir nada a cambio. “Esto lo hacemos por desbloquear la situación”, explicaron el propio Rivera y otros miembros de la cúpula naranja. Una verdad a medias o con ‘truco’, porque la abstención de los 32 diputados de centro no garantiza que haya un Gobierno en minoría ni consigue desbloquear nada. Solo apoyos directos con un sí al candidato popular podrían garantizar que el PSOE moviera ficha y que la investidura saliera adelante.

Rivera justificó el paso del no a Rajoy -defendido tanto en campaña como tras conocer los resultados de las elecciones- a la abstención, anunciada el martes y ratificada el miércoles, como un “mal menor”. Por contra, el mal mayor sería la celebración de unas terceras elecciones en noviembre. Sin embargo, lejos de trasladar la presión a Pedro Sánchez, como pretendía el dirigente barcelonés con su estrategia, la pelota está ahora más que nunca en el tejado de los de centro. El socialista consiguió sacudirse la imposición de facilitar la investidura de Rajoy fácilmente, justificando que, en realidad, el conservador no ha conseguido sumar ni un solo escaño a sus 137 diputados.

Ciudadanos decide ahora que se abstendrá para dejar gobernar a Rajoy

En ese sentido, el líder de Ciudadanos se encuentra atrapado en la presión que ahora le trasladarán desde el PP y el PSOE en un intento de que haya un cambio en el sentido de su voto. El jefe de Ferraz, que mantuvo firme su no a Rajoy, instó una vez más al presidente en funciones a obtener apoyos que le acerquen a la mayoría absoluta, si pretende contar con la abstención de los socialistas. Fuentes de los conservadores explicaron también en el Congreso de los Diputados que “lo deseable” sería, en efecto, sumar los 32 apoyos del partido de centro.

Pero, en todo caso, la ronda de reuniones que finalizó ayer con la cita entre Rajoy y Sánchez fue una primera toma de contacto. Ahora, con las cartas encima de la mesa, empezará la verdadera negociación. El presidente en funciones confirmó en la tarde de este miércoles, en una charla informal mantenida con la prensa tras finalizar una larga comida con ‘pesos pesados’ de la formación, como José Luis Ayllón, María Dolores de Cospedal y Carlos Floriano, que los contactos que se produzcan de ahora en adelante deberán ser “discretos”.

Y si la abstención anunciada por la ejecutiva nacional naranja salió ‘barata’, puesto que no pidieron nada a cambio con el único ánimo de poner todo de su parte para desencallar el bloqueo político existente, un hipotético cambio en el sentido del voto conllevaría otras muchas cuestiones. Para empezar, porque Albert Rivera afirmó en la sede de su partido situada en la calle Alcalá de Madrid que su partido “ni apoya, ni apoyará” el Gobierno de Mariano Rajoy porque su partido no estará en un Ejecutivo continuista que mantenga el mismo candidato.

Lo que queda por resolver es qué actitud tomará a partir de ahora el jefe de Génova y si en las negociaciones que, como se prevé, comiencen en los próximos días, se abordarán los temas realmente importantes para el ideario naranja. La negativa de Rivera a apoyar a Rajoy como candidato fue taxativa en los últimos meses -pese a evitar el término 'veto'- y solo la suavizó tras el 26-J, cuando el presidente del PP salió notablemente reforzado. Ciudadanos, sin embargo, mantuvo sus exigencias clave: “Cambio de equipos y cambio de políticas”. En cuanto a lo primero, el liderazgo de Rajoy parece no estar en duda ya, pero en el “cambio de equipo” que demandan los de centro podría haber muchas variables, empezando por los miembros de su actual Ejecutivo.

En cuanto al “cambio de políticas”, Ciudadanos siempre se ha manifestado en aquellos parlamentos autonómicos en los que ha tenido que intervenir para dar su apoyo a una investidura con una hoja de ruta llena de reformas, entre las que priman todas aquellas medidas de regeneración democrática y lucha contra la corrupción. En el caso de la Comunidad de Madrid -uno de los ejemplos más utilizados por Rivera-, se produjeron ambas cosas: cambio de equipos, porque Cristina Cifuentes encabezó la candidatura, y la firma de un documento que recogía más de 70 condiciones elaboradas por el partido de centro.

Lo que parece claro de las palabras desprendidas por Mariano Rajoy cuando aseguró que a partir de ahora los contactos no serán públicos sino “discretos”, es que sí mantendrá conversaciones y negociaciones muy concretas en aras de lograr apoyos para resultar investido presidente del Gobierno.

La situación política española, lejos de divisar alguna luz al final del túnel, se complica por momentos. Lo mismo sucede en el partido que lidera Albert Rivera, aunque sus votos pueden pasar a tener un papel protagonista. La ejecutiva nacional de Ciudadanos acordó abstenerse en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy para contribuir a que “el país se ponga en marcha”. Y lo hará sin pedir nada a cambio. “Esto lo hacemos por desbloquear la situación”, explicaron el propio Rivera y otros miembros de la cúpula naranja. Una verdad a medias o con ‘truco’, porque la abstención de los 32 diputados de centro no garantiza que haya un Gobierno en minoría ni consigue desbloquear nada. Solo apoyos directos con un sí al candidato popular podrían garantizar que el PSOE moviera ficha y que la investidura saliera adelante.

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