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La vía abierta por Iglesias para confluir con IU desbarata la hoja de ruta del errejonismo
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PODEMOS SE DEBATE ENTRE DOS MODELOS DE CAmpaña

La vía abierta por Iglesias para confluir con IU desbarata la hoja de ruta del errejonismo

De consumarse la alianza entre ambas fuerzas quedaría desbaratada la hoja de ruta desarrollada por Errejón y adoptada por el partido desde su asamblea constituyente de Vistalegre

Foto: Ilustración: Raúl Arias
Ilustración: Raúl Arias

Podemos se debate entre dos modelos de campaña. Entre adoptar una nueva estrategia más rupturista, mirando al electorado netamente de izquierdas representado por IU, o mantener el esquema posibilista de la anterior campaña dirigido principalmente al electorado socialista. Un debate que, 'grosso modo', vuelve a dividir a pablistas y errejonistas. Los primeros se inclinan por explorar la vía de la confluencia con Izquierda Unida y marcar distancias con el PSOE, mientras que los segundos defienden la transversalidad para sumar no solo al electorado de izquierdas, sino “a toda la gente que viene de votar diferentes cosas”, según ha matizado Íñigo Errejón.

Las dos estrategias enfrentadas son una derivada más de las discusiones internas sobre los cambios en el modelo organizativo que se saldaron con el cese de Sergio Pascual. De repetirse elecciones el próximo 26-J, la formación emergente está obligada a acelerar el debate sobre su hoja de ruta. Durante los últimos días se han sucedido los artículos de opinión por parte de las voces más acreditadas del partido defendiendo una u otra postura o comunicados oficiales de corrientes internas. Entre estos últimos destaca Anticapitalistas, férreos defensores de la confluencia y de marcar distancias con el PSOE: “Si algo nos demuestra la experiencia real es que no hay gobierno favorable a los de abajo encabezado por el PSOE”.

Los gestos públicos de los dirigentes tampoco han faltado, como los contactos “informales” de Pablo Iglesias con Alberto Garzón para explorar la vía de la confluencia. De consumarse la alianza entre ambas fuerzas, quedaría desbaratada la hoja de ruta desarrollada por Errejón y adoptada por el partido desde su asamblea constituyente de Vistalegre. Como consecuencia, su peso en el diseño de la campaña disminuiría. Tanto que la formación no ha querido confirmar si repetirá como jefe de campaña y, de hacerlo, deberá integrar distintas sensibilidades dentro de su equipo, perdiendo parte del control que ejercía hasta ahora.

La aritmética electoral para dar el 'sorpasso' al PSOE es el fondo del debate. Si la confluencia con IU supondría la suma de los cerca de un millón de electores que apoyaron a Alberto Garzón, colocando a Podemos como segunda fuerza, o si ahuyentaría a las “mayorías sociales” no necesariamente identificadas con la izquierda. El destituido Sergio Pascual, mano derecha de Errejón, lo dejaba claro en una entrevista en RNE esta semana: “Evidentemente nos vendrían bien esos votos si hacemos una suma aritmética, pero no sé si en política esto es tan fácil. Si ese acuerdo (con IU) nos hace volver al eje izquierda-derecha que la sociedad española ya ha superado y nos impide mantener la lógica de seguir incluyendo a más gente y sumar a los que falta con el eje arriba-abajo, entonces quizá no sería buena idea”.​

Sergio Pascual: "Evidentemente nos vendrían bien esos votos (de IU) si hacemos una suma aritmética, pero no sé si en política esto es tan fácil"

Al número dos del partido, Íñigo Errejón, no le hace falta hablar para que se le escuche. Pesos pesados del partido afines al número dos han salido en tromba para alertar sobre las consecuencias de acercarse a IU. Los últimos, Jorge Lago y Germán Cano, ambos miembros del Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano de decisión entre asambleas, y responsables del 'think tank' de Podemos y del área de Cultura, respectivamente.

El director del Instituto 25-M ha criticado en una valoración remitida internamente a “los propios y extraños que piensan que lo de la transversalidad era una estrategia puntual (y más o menos electoral) para un momento excepcional (crisis económica, corrupción), pero que lo normal es y era lo de siempre: izquierda y derecha”. Lago defiende así que debe articularse, “desde la transversalidad, una identidad política nueva que aglutine a todxs aquellxs que entienden que sus anhelos y deseos no son compatibles con los partidos viejos, ni con sus modelos económicos, sociales y culturales”. Una identidad que, remata, “no es, no puede ser, la suma de las fuerzas de izquierda”.

Alberto Garzón exhorta a Podemos a que decida la estrategia a seguir lo más rápido posible

Para el responsable de área de Cultura y miembro fundador del partido, las identificaciones más allá del eje izquierda-derecha "son más urgentes" para la transformación social que "acumular fuerzas desde la izquierda". En un artículo de opinión publicado en 'El Periódico' defiende que la estrategia de Podemos debe dirigirse a “generar experiencias políticas colectivas desde otros discursos e identificaciones”.

Íñigo Errejón ha presionado públicamente para cerrar la puerta a Garzón asegurando que “tenemos una hoja de ruta muy concreta, que ha sido la única capaz de poner cinco millones de voluntades al servicio del cambio político. No ha sido agrupar a la gente por etiquetas, sino por necesidades y por el tipo de país que quieren”. El líder de IU ha calificado esta postura de “equivocación”, pero de momento exhorta a Podemos a que se decida lo más rápido posible sobre el camino a seguir. La decisión que finalmente adopte la formación marcará su futuro inmediato y testará cuál es la estrategia más acertada para el ansiado 'sorpasso' a los socialistas.

Podemos se debate entre dos modelos de campaña. Entre adoptar una nueva estrategia más rupturista, mirando al electorado netamente de izquierdas representado por IU, o mantener el esquema posibilista de la anterior campaña dirigido principalmente al electorado socialista. Un debate que, 'grosso modo', vuelve a dividir a pablistas y errejonistas. Los primeros se inclinan por explorar la vía de la confluencia con Izquierda Unida y marcar distancias con el PSOE, mientras que los segundos defienden la transversalidad para sumar no solo al electorado de izquierdas, sino “a toda la gente que viene de votar diferentes cosas”, según ha matizado Íñigo Errejón.

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