Huesca, el Ohio español, decide quién llega a La Moncloa con el permiso de Ciudadanos

Desde las primeras elecciones democráticas (1977), el partido que gana los comicios en la circunscripción de Huesca se hace con el Gobierno. Así ha sido sin falta en las 11 convocatorias legislativas que ha habido en España desde la Transición: primero fue la UCD de Adolfo Suárez (1977 y 1979), luego el PSOE con Felipe González (1982, 1986, 1989 y 1993), después el PP con José María Aznar (1996 y 2000), otra vez el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero (2004 y 2008) y en 2011 de nuevo el PP con Mariano Rajoy. Huesca es a España lo que Ohio a los Estados Unidos, donde desde 1900 en solo dos ocasiones no ha coincidido el triunfador en las presidenciales con los resultados en ese estado.

El reparto en escaños en la provincia oscense siempre ha sido de 2-1 a repartir según quién quedara primero, el centro derecha o los socialistas. Ahora, la incertidumbre también ha llegado al norte de Aragón: el último sondeo del CIS pronostica una nueva e inédita predicción, un 1-1-1 por la entrada de Ciudadanos.

El retrato electoral de Huesca se calca de tal manera con el general de toda España que el número dos de la candidatura del PP por Huesca, Manuel Mora, hace campaña por el Alto Aragón con la broma de que su futuro político está unido al de Rajoy. Si el diputado del valle de Benasque vuelve a salir elegido, el presidente del Gobierno seguirá seguro en La Moncloa. En el bando contrario, solo si la número dos de la lista del PSOE, la exconcejala de Sariñena Lorena Canales, entra en el Congreso su jefe, Pedro Sánchez, podrá optar a formar Gobierno.

Pero el macrosondeo electoral del CIS anuncia la ruptura de esa regla acuñada durante 38 años para desconcierto de los dos principales contendientes, que no se lo acaban de creer. El pronóstico de la irrupción de Ciudadanos en Huesca rompe también las previsiones de las direcciones nacionales del PP y del PSOE, convencidas de que la formación de Albert Rivera no puede entrar en el reparto de escaños de las circunscripciones más pequeñas por falta de estructura de partido y porque sus candidatos son perfectamente desconocidos o, por el contrario, 'rebotados' de otros partidos.

Los resultados de las elecciones en Huesca retratan mejor que en ninguna otra provincia las convulsiones y los movimientos del electorado español en los últimos meses. En los comicios autonómicos y municipales de mayo, el PP cayó como en el resto de España hasta obtener sus peores resultados en casi dos décadas. Los populares perdieron en las regionales, se quedaron en el 26% de los votos, y sin la alcaldía de la capital, que fue ocupada por la oposición con un pacto anti-PP. Ana Alós, la exalcaldesa, encabeza ahora la candidatura al Congreso.

La formación política entonces más de moda, Podemos, fue en Huesca la tercera fuerza en las autonómicas con un 18% de los votos, seguida por el Partido Aragonés Regionalista (9,3%) y por Ciudadanos con el 8,3%. Con esos resultados aplicados a elecciones generales, PP, PSOE y Podemos hubieran obtenido un escaño cada uno, los de Pablo Iglesias por los pelos.

Los populares concurren a los comicios del 20-D en Aragón en coalición con el PAR y dan por hecho que superarán el 30% de los votos en el peor de los casos. Se dan por seguros ganadores, y con diferencia, con el segundo partido. A partir de ahí, todo son incertidumbres. La formación ahora más de moda, Ciudadanos, aparece como tercera fuerza en las encuestas y con garantía de que su cabeza de lista, el arquitecto jubilado del ayuntamiento de la capital Jesús Tejada, sea el tercer diputado por la circunscripción. Tendría que multiplicar por 2,5 los votos de las autonómicas, adelantar a Podemos y beneficiarse de que el PSOE obtuviera los peores resultados de su historia en la provincia.

Ese reparto 1-1-1 de escaños por Huesca, con el tercero para Ciudadanos, que predice el CIS dejaría en el aire las posibilidades de Mariano Rajoy de ser presidente del Gobierno, pero también las de Pedro Sánchez de seguir como jefe de la oposición. Incluso cuando los socialistas perdían las elecciones en el conjunto de España, llegaban al 33% de los votos en la provincia, como ocurrió en 2011 con Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero PP y PSOE no tenían un tercer partido que les hiciera sombra y les disputara el segundo escaño.

Solo si Mora vuelve al Congreso Rajoy tendrá seguro seguir en La Moncloa, y solo si Lorena Canales marca distancias con Jesús Tejada el secretario general del PSOE se mantendrá en la sede de Ferraz. Antes de abrir el baile de pactos, los grandes partidos tienen que confirmarse como tales en Huesca.

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