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Susana Díaz tiene un problema serio: Chaves y Griñán o su investidura
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inicia la ronda de contactos tras las elecciones

Susana Díaz tiene un problema serio: Chaves y Griñán o su investidura

Podemos pone tres condiciones muy claras a la socialista para darle su apoyo, mientras que Ciudadanos reclama la dimisión de los ex presidentes para empezar a hablar

Foto: Susana Díaz toma posesión de su cargo como presidenta de la Junta de Andalucía, en presencia de los dos presidentes anteriores, José Antonio Griñán (i), y Manuel Chaves. (EFE)
Susana Díaz toma posesión de su cargo como presidenta de la Junta de Andalucía, en presencia de los dos presidentes anteriores, José Antonio Griñán (i), y Manuel Chaves. (EFE)

No se lo van a poner nada fácil. Se avecina un mes largo y una negociación dura. Si no hay acuerdo, los andaluces tendrán que ser de nuevo llamados a las urnas el próximo mes de septiembre. De momento, Podemos y Ciudadanos ya han puesto precio a la investidura de la socialista como presidenta de la Junta. Ambos exigen, diga lo que diga el Supremo, la dimisión de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, con actas de diputado y senador respectivamente. El PP también tiene su oferta, quieren un pacto que afecte a los ayuntamientos y garantice el gobierno a la lista más votada en las próximas municipales.

"Medidas de sentido común" y con "coste cero". El único partido que ha acudido con propuestas concretas a la reunión con Susana Díaz en la ronda abierta para intentar salvar su investidura ha sido Podemos. Exigen la dimisión de Chaves y Griñán más allá de lo que diga el Tribunal Supremo por "responsabilidad política". Quieren que el PSOE asuma la responsabilidad patrimonial de todos los fondos desviados en casos de corrupción. Los desahucios en primera vivienda, al menos aquellos en manos de los bancos que trabajen con el Gobierno andaluz, tienen que frenarse. Y por último, reclaman un recorte de altos cargos y asesores en el próximo Gobierno y que se contrate personal en sanidad, educación y servicios sociales. Si Susana Díaz acepta estas condiciones y se ponen en marcha, Podemos está dispuesto a apoyarla en su investidura como presidenta de la Junta. Si no, se mantendrán en el no, por lo que no se descartan nuevas elecciones andaluzas en septiembre.

"La pelota está ahora en su tejado", aseguró la candidata Teresa Rodríguez, que asumió que es necesario el diálogo y que sería incomprensible una nueva convocatoria electoral. Al término de la reunión, un grupo de funcionarios esperaban para conocerla y darle su apoyo. Fue la única que tuvo público. El voto de Podemos, con 15 diputados, es clave si el PP se mantiene en su posición de votar en contra de Díaz. El presidente de este partido ha supeditado el apoyo a la socialista a un pacto global que garantice que en las próximas municipales también se deje gobernar a la lista más votada.

Rodríguez se mostró conciliadora y dispuesta al diálogo, pero también firme en sus reclamaciones. Llevaba un collar que le había prestado una conocida sindicalista de Cádiz, trabajadora de la limpieza, convencida de que le iba a dar suerte para afrontar un trance en el que este partido, recién llegado al Parlamento andaluz, también se juega mucho. La entrevista con Díaz dice que fue "agradable".

Por el despacho de Susana Díaz han pasado los candidatos de los partidos que han obtenido representación parlamentaria el pasado 22 de marzo. Ciudadanos se ha mostrado rotundo: "No votaremos afirmativamente en la investidura de Susana Díaz", ha asegurado su candidato, Juan Marín. Este partido también exige las dimisiones de Chaves y Griñán como líneas rojas para empezar a negociar. Para cambiar su voto en una segunda vuelta reclaman una "novedad, gesto o noticia" en materia de corrupción y medidas de reactivación económica. Otras elecciones en septiembre, admiten, es una posibilidad que no quieren ninguno de los partidos, pero todos miran a Díaz.

Ahora empieza un mes largo de negociaciones. Izquierda Unida, que acudía a la entrevista con la presidenta en funciones en sesión de tarde, tampoco ha despejado con rotundidad su voto. Se inclina por la abstención, pero sus cinco diputados han dejado ya de ser definitivos. Podemos y Ciudadanos aún no han designado a sus interlocutores para la mesa de trabajo que afrontará el diálogo hasta finales de abril, fecha en la que deberá celebrarse la primera votación para elegir quien ocupa la presidencia de la Junta. Ninguno de estos partidos tiene todavía designada su cúpula regional y desde ambos admiten que la dirección de Madrid tendrá la última palabra. Un factor que añade dificultades a un horizonte político ya de por si muy complicado. La decisión afectará a la carrera política de los líderes nacionales, Pablo Iglesias y Albert Rivera.

Desde el equipo de Díaz llaman a la "responsabilidad" y advierten de que los ciudadanos no comprenderían unas nuevas elecciones. Se muestran optimistas y convencidos de que habrá acuerdo, según el consejero de la Presidencia, Manuel Jiménez Barrios. No será fácil. En conversaciones informales todos los partidos frente al PSOE se admiran de lo "sobrada" que se muestra Díaz cuando tiene ante sí una situación tan difícil.

Fue llamativo que las reuniones se celebraran en el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, y no en el Parlamento, y que la socialista actuara como presidenta en funciones y no como candidata socialista. La puesta en escena podría ser algo secundario pero en este caso no lo es. PP, Podemos, Ciudadanos e IU advierten de que los socialistas tienen que cambiarse el chip y aprender a ceder y negociar, acostumbrados a mayorías absolutas o cómodas coaliciones de gobierno. Los interlocutores de Díaz señalan que estuvo muy cordial y correcta, pero se temen que sea solo una pose.

No se lo van a poner nada fácil. Se avecina un mes largo y una negociación dura. Si no hay acuerdo, los andaluces tendrán que ser de nuevo llamados a las urnas el próximo mes de septiembre. De momento, Podemos y Ciudadanos ya han puesto precio a la investidura de la socialista como presidenta de la Junta. Ambos exigen, diga lo que diga el Supremo, la dimisión de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, con actas de diputado y senador respectivamente. El PP también tiene su oferta, quieren un pacto que afecte a los ayuntamientos y garantice el gobierno a la lista más votada en las próximas municipales.

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