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Tesla encuentra la horma de su zapato en los sindicatos del norte de Europa
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EN DEFENSA DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA

Tesla encuentra la horma de su zapato en los sindicatos del norte de Europa

A Elon Musk le ha salido un rival inesperado: los viejos sindicatos del norte de Europa. Su intención de quebrar el modelo de relaciones laborales y acabar con la negociación colectiva se ha encontrado con la oposición sindical

Foto: Elon Musk, CEO de Tesla. (Reuters/Gonzalo Fuentes)
Elon Musk, CEO de Tesla. (Reuters/Gonzalo Fuentes)
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Tesla, la compañía de automóviles de Elon Musk, ha encontrado un rival inesperado en Europa, y no es otro fabricante. Es algo más ideológico y, probablemente, más difícil de vencer porque no tiene nada que ver con la tecnología. Ya tuvo sus primeros encontronazos con los sindicatos en EEUU, en particular con el poderoso United Auto Worker (UAW), pero ahora son las centrales obreras de Alemania, Noruega, Suecia y Dinamarca quienes están decididas a parar los pies al modelo de relaciones laborales de Elon Musk.

Un modelo que se basa en algo muy simple: en las fábricas de Tesla los sindicatos sobran y las condiciones de trabajo se imponen de forma individual. Es decir, no hay negociación colectiva, que es el modelo de relaciones laborales instalado en Europa desde 1945, y que, además, protegen las leyes comunitarias y la propia OIT (Organización Internacional del Trabajo).

El encontronazo más reciente se ha producido en Dinamarca, donde uno de los sindicatos del metal ha anunciado que sus afiliados ya no transportarán más vehículos a Suecia, donde la compañía de Elon Musk ha encontrado la resistencia de los sindicatos en un país en el que la mayoría de los trabajadores está afiliado. En concreto, algo más de dos tercios de los trabajadores asalariados están sindicalizados en Dinamarca y Suecia, donde la cobertura de los convenios afecta a más del 80% de los asalariados.

Lo verdaderamente relevante, con todo, es que el sindicato danés, el más grande del país, ha encontrado la solidaridad de PensionDanmark, un fondo de pensiones que reúne a casi 900.000 trabajadores creado por empleados y empresarios en el marco de la negociación colectiva de ese país, y que es, precisamente, lo que aborrece Musk.

Foto: Elon Musk, fundador de Tesla.
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PensionDanmark ha anunciado que venderá sus acciones de Tesla después de que lo pidiera el presidente del sindicato 3F Transport, Jan Villadsen, si el fabricante no llega a un acuerdo con los empleados del taller de Tesla en Suecia. La participación de PensionDanmark es pequeña, unos 400 millones de coronas danesas (cerca de 54 millones de euros), pero es significativa por el valor simbólico que tiene, ya que podrían unirse otros fondos de pensiones.

El mayor sindicato de Europa

Desde el pasado 27 de octubre, los talleres de Tesla en Suecia se encuentran en huelga porque el fabricante de automóviles se niega a firmar un convenio colectivo con los trabajadores. Los empleados están representados por el sindicato sueco IF Metall, que cuenta con 300.000 afiliados en un país con algo más de 10,5 millones de habitantes.

El sindicato exige que los empleados estén cubiertos por un convenio colectivo, al igual que la mayoría de los demás talleres en Suecia. Igualmente, el mayor sindicato de Noruega, Fellesforbundet, también iniciará un boicot contra Tesla si el fabricante no ha firmado un convenio colectivo en Suecia a más tardar el 20 de diciembre. Esto es importante porque en Noruega se venden el doble de coches que en Suecia, por lo que es un mercado importante para Tesla, que tendría serias dificultades para vender sus modelos en los tres países nórdicos, donde el poder adquisitivo es más elevado.

Tesla aduce que sus condiciones laborales individualizadas son las mismas para todos los trabajadores sin tener que firmar un convenio colectivo, pero IF Metall esgrime que eso no es verdad, ya que la cobertura del seguro es inferior a la que salió de la negociación colectiva, lo que afecta tanto a la pensión como al salario. Igualmente, desaparece el apoyo integral en caso de conflicto, como tampoco se garantiza una subida anual de las nóminas para adecuarlas a la inflación en un país donde no existe el salario mínimo. Por último, los salarios que se prometen, dicen los representantes de los trabajadores, son inferiores al acuerdo firmado por patronal y sindicatos en la industria del motor.

Tesla aduce que sus condiciones laborales individualizadas son las mismas para todos sin tener que firmar un convenio colectivo

Las cosas no son muy distintas en Alemania, donde el poderoso IG Metall, durante décadas el mayor sindicato de Europa, ha llevado las movilizaciones a la gigafactoría de Berlín-Brandemburgo, el primer centro de producción de Tesla en Europa, además de su fábrica más moderna con 10.000 trabajadores. Allí, 1.500 empleados se han solidarizado con sus compañeros de los países nórdicos. Lo que denuncian también, como ha revelado la prensa alemana, es la existencia de fallos en la política de seguridad laboral de los trabajadores, además de incumplimientos en las horas de descanso exigidas por ley. Eso ha llevado a que un tercio de los trabajadores haya tenido que acogerse a una baja laboral.

En el caso de EEUU, y tras haber llegado a un acuerdo con los tres grandes productores de Detroit (General Motors, Ford y Stellantis), el sindicato United Auto Workers ha anunciado que lanzará una iniciativa para que el resto de fabricantes, 13, acepte la sindicalización de sus relaciones laborales, algo que en ocasiones han rechazado los propios trabajadores, y no la empresa. Entre las empresas a las que se les ha hecho llegar la propuesta está Tesla. Esos fabricantes de automóviles emplean a casi 150.000 trabajadores en sus plantas de ensamblaje en EEUU.

Mejores condiciones salariales

Los acuerdos sindicales con las tres históricas compañías incluyeron un incremento del 25% en el salario base, menos tiempos de trabajo o mejores condiciones salariales para los empleados con un contrato temporal hasta convertirlos en fijos de plantilla. Tesla es el único fabricante de automóviles importante de los EEUU que no está representado por un sindicato.

Lo que está en juego va mucho más allá que una mera reivindicación laboral, en realidad es un pulso sobre el modelo social europeo. En Dinamarca, por ejemplo, el derecho a la negociación colectiva existe desde 1938. Esto explica que trabajadores de otras ramas, como los del servicio de limpieza, portuarios y empleados de Correos se hayan solidarizado con los mecánicos en huelga de Tesla. Los trabajadores portuarios noruegos también han dicho que se negarían a descargar los Tesla con destino a Suecia. Y eso que la disputa afecta a apenas 130 mecánicos de los talleres de Tesla en Suecia, muchos de los cuales siguen trabajando con normalidad.

Frente a la defensa del actual modelo de relaciones laborales, Elon Musk dijo hace unos días en Nueva York durante un evento: "No estoy de acuerdo con la idea de los sindicatos. Simplemente, no me gusta nada que se cree una especie de situación entre señores y campesinos". Frente a la posición de Musk, hasta Financial Times, una de las biblias del liberalismo económico, ha pedido al dueño de Tesla que respete la cultura laboral existente en los países en los que vende coches, entre otras razones, sostiene, porque el modelo nórdico ha tenido buenos resultados. IF Metall, el sindicato sueco, es, de hecho, uno de los más flexibles de Europa en su rama, ha colaborado en la automatización de las plantas sin provocar conflictos laborales e incluso ha defendido los ajustes laborales.

Tesla, la compañía de automóviles de Elon Musk, ha encontrado un rival inesperado en Europa, y no es otro fabricante. Es algo más ideológico y, probablemente, más difícil de vencer porque no tiene nada que ver con la tecnología. Ya tuvo sus primeros encontronazos con los sindicatos en EEUU, en particular con el poderoso United Auto Worker (UAW), pero ahora son las centrales obreras de Alemania, Noruega, Suecia y Dinamarca quienes están decididas a parar los pies al modelo de relaciones laborales de Elon Musk.

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