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La granularidad del progreso: una mirada al mundo en 40.000 píxels
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TOUR MUNDIAL SOBRE EL DESARROLLO ECONÓMICO

La granularidad del progreso: una mirada al mundo en 40.000 píxels

En McKinsey Global Institute ha analizado, con la intensidad lumínica capturada por satélites, una base de datos que permite ver el mundo con una granularidad 230 veces mayor que la que ofrece el conjunto de datos a nivel de país

Foto: Vista aérea de São Paulo. A la izquierda, la favela de Paraisópolis, a la derecha, la torre Penthouse del barrio rico de Morumbí. (Reuters/Amanda Perobelli)
Vista aérea de São Paulo. A la izquierda, la favela de Paraisópolis, a la derecha, la torre Penthouse del barrio rico de Morumbí. (Reuters/Amanda Perobelli)
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Cuando analizamos el progreso de la humanidad, la granularidad de los datos importa. Lo que observamos cuando nos acercamos más y más a la realidad local puede ser muy distinto a la visión del mundo que pueden ofrecernos los datos por país.

Con esa premisa, en McKinsey Global Institute hemos usado la intensidad lumínica capturada por satélites y otras técnicas estadísticas para construir y analizar una base de datos que nos permite ver el mundo con una granularidad 230 veces mayor que la que ofrece el conjunto de datos a nivel de país. De este modo, hemos pasado de tener 178 países a más de 40.000 microrregiones. En nuestra publicación, Pixels of progress: A granular look at human development around the world (Progreso en pixels: Una mirada granular al desarrollo humano en el mundo), ilustramos por qué esta granularidad es relevante, y presentamos un tour mundial sobre el desarrollo económico y en esperanza de vida microrregional entre los años 2000 y 2019.

Foto: Foto: Reuters/Charles Platiau.

Lo primero que constatamos es que las diferencias dentro de un mismo país pueden ser más pronunciadas que entre países. Mapusa, en Goa (India), y Oporto (Portugal) tienen el mismo PIB per cápita, alrededor de 33.000 dólares (ajustado por diferencias en el nivel de precios), mientras que el PIB per cápita nacional de Portugal es más de cinco veces el de India. Lima, en Perú, y Manchester, en el Reino Unido, tienen la misma esperanza de vida, mientras que el Reino Unido tiene casi siete años más de esperanza de vida que Perú.

En líneas generales, queda patente que el mundo ha experimentado amplios progresos en esperanza de vida y PIB per cápita. En 2019, alrededor de 3.500 millones de personas, es decir, el 46% de la población mundial, vivían en microrregiones con niveles de vida equivalentes al 21% superior en 2000, con un PIB per cápita superior a 8.300 dólares y una esperanza de vida superior a 72,5 años. En el otro extremo, el menos próspero del mundo, con un PIB per cápita inferior a 2.400 dólares y una esperanza de vida inferior a 65,6 años, en el año 2000 había más de mil millones de personas (19% de la población mundial), pero 20 años después ese número había descendido a poco más de 400 millones (5%), a pesar del aumento general de población.

Este avance se produjo en todas las regiones del mundo. Y, además, en las microrregiones menos prósperas, el crecimiento en salud y renta no solo fue rápido, sino que redujo la brecha entre esas microrregiones y las más prósperas.

La difusión mundial del progreso

Los límites y nombres que se muestran en este mapa no implican aprobación o aceptación oficial por parte de McKinsey & Company.

¿Qué observamos si nos enfocamos en España? En comparación con el mundo, en el año 2000 todo el país ya estaba por encima de los umbrales de esperanza de vida y PIB per cápita de 72,5 y 8,300 dólares, respectivamente. Madrid y Álava estaban incluso por encima 45.000 dólares y 79,5 años, umbrales solo superados simultáneamente por el 1% de la población mundial. En los 20 años siguientes, Barcelona, Vizcaya, Burgos, Navarra y Tarragona también los superaron.

Sin embargo, a pesar de los avances, las microrregiones españolas generalmente retrocedieron en comparación con otros lugares de Europa. En 2000, un 57% de población española vivía con un PIB per cápita superior a la media europea, pero en 2019, solo el 45% de los españoles, que vivían principalmente en Madrid y las microrregiones del noreste, se encontraban en esa categoría.

Analizamos con más detalle el crecimiento del PIB per cápita en las provincias españolas, podemos explicar este descenso. Por un lado, el PIB per cápita creció a un ritmo relativamente lento a nivel nacional, una media del 0,85 por ciento entre 2000 y 2019, mientras que el de Europa lo hizo a una media del 1,4 por ciento. Dentro de España, el rango de crecimiento fue amplio, con algunas provincias creciendo por encima de la media europea, por ejemplo, Lugo, al 1,9 por ciento anual, y otras incluso decreciendo, como la isla de Fuerteventura, que registró un crecimiento anual negativo del PIB per cápita del 1,2 por ciento.

Destacan dos cosas más. En primer lugar, las provincias que tenían un PIB per cápita más bajo en 2000 tendieron a crecer ligeramente más rápido, acercándose lentamente a las más ricas. En segundo lugar, muchos de estos lugares que tuvieron un crecimiento per cápita más rápido perdieron población. Las provincias del noroeste, en Galicia y Castilla y León, por ejemplo, experimentaron algunas de las tasas de crecimiento del PIB per cápita más rápidas, combinadas con las mayores pérdidas de población.

En cuanto a esperanza de vida, los españoles, en la totalidad del territorio, viven más años que la mayoría del resto de europeos. La esperanza de vida en las provincias españolas oscilaba entre los 81 y los 86 años en 2019, superando la esperanza de vida media europea de 80 años. De hecho, las dos regiones de toda Europa con mayor esperanza de vida están en España y son Madrid y Navarra. Si ajustamos por renta, llegamos a conclusiones aún más sorprendentes. Segovia tiene una esperanza de vida de alrededor de 85 años. Las regiones alemanas con un PIB per cápita comparable suelen tener entre 3 y 5 años menos de esperanza de vida. Algunos condados americanos, hasta 10. Entre 2000 y 2019, las provincias españolas aumentaron su esperanza de vida, y al igual que con el PIB per cápita, las provincias que tenían una esperanza de vida más baja en 2000 redujeron la diferencia con las que tenían una mayor esperanza de vida en 2019.

Foto: Foto: iStock.

Estos ejemplos ilustran hasta qué punto el progreso económico y la mejora de la salud en ocasiones solo son visibles a nivel granular. La variación dentro de un mismo país puede ser considerable, y la óptica por países que se suele aplicar, aunque útil, generalmente oculta importantes detalles locales.

No cabe duda de que el covid-19 y algunas turbulencias económicas globales han frenado e incluso revertido algunos de los avances logrados durante las dos décadas que las precedieron en todo el mundo. Restablecer y acelerar el impulso de este progreso es importante, y comprender cómo evoluciona el desarrollo a nivel granular puede ayudarnos tanto a aprender de aquellos lugares que son más exitosos como a garantizar que los ingredientes del progreso llegan donde más se necesitan.

Cuando analizamos el progreso de la humanidad, la granularidad de los datos importa. Lo que observamos cuando nos acercamos más y más a la realidad local puede ser muy distinto a la visión del mundo que pueden ofrecernos los datos por país.

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