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El paro vuelve a 2008: tres buenas noticias, una 'trampa' y un punto débil a la vista
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LOS EFECTOS DE LA REFORMA LABORAL

El paro vuelve a 2008: tres buenas noticias, una 'trampa' y un punto débil a la vista

El fin de los ERTE no evita otro récord de afiliaciones, mientras los indefinidos baten máximos por la conversión de temporales a fijos discontinuos. La creación de empleo se ralentiza

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/J. J. Guillén)
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/J. J. Guillén)
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Otro buen dato de paro. El desempleo en España baja de los tres millones por primera vez desde 2008, tras acumular 13 meses consecutivos de descensos. El Gobierno se ha lanzado a celebrar las cifras, que presentan tres motivos para el optimismo. Sin embargo, también hay algunos matices que arrojan dudas de cara a los próximos meses.

Se mantiene el empleo tras los ERTE

Una de las dudas que se plantearon cuando se diseñaron los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) con motivo de la pandemia era qué ocurriría cuando este mecanismo expirase. Numerosas voces advirtieron de que el Gobierno estaba sosteniendo artificialmente el empleo a través de esta figura, a la que llegaron a estar acogidos más de cuatro millones de trabajadores. El tiempo ha demostrado que no es así.

Lejos de salir del mercado laboral, los trabajadores en ERTE se han ido incorporando a una situación convencional a medida que los abandonaban. A finales de mayo, solo había 27.380 personas bajo el paraguas de este dispositivo, frente a las más de 90.000 de finales de marzo. La desaparición de los expedientes de regulación temporal de empleo de la pandemia, que a partir del 1 de abril quedaron incorporados a las nuevas figuras previstas en la reforma laboral, no se ha notado: la afiliación ha seguido creciendo hasta batir récords y el paro, bajando.

Récord de afiliación desestacionalizada

Cada vez que el paro baja en España, se ponen encima de la mesa dos matices que quitan fuerza a las buenas cifras de empleo. Por un lado, se apunta a que al dato de afiliaciones a la Seguridad Social es mucho más fiable, ya que elimina el efecto de las personas que deciden abandonar el mercado laboral, como ocurrió durante la crisis de 2008, primero, y lo peor de la pandemia, después, o está ocurriendo, por motivos diferentes, con la llamada Gran Renuncia. Por otro lado, se habla de la importancia del factor estacional, que explica la reducción del paro en aquellos meses en que se crea más empleo con motivo de la temporada turística.

Los buenos datos de mayo podrían explicarse por estas dos causas, especialmente si se tiene en cuenta que, desde el inicio de la serie histórica, el paro solo ha subido en dos ocasiones durante el quinto mes del año. Sin embargo, los matices palidecen ante una cifra muy relevante: el récord de la afiliación desestacionalizada, que nunca hasta ahora había superado los 20 millones. La subida de mayo, con 33.000 cotizantes más, confirma la buena evolución del mercado laboral al eliminar las distorsiones provocadas por la oscilación de la población activa y la época del año.

Récord de indefinidos

A menudo, el crecimiento del empleo en España se producía a costa de la calidad del mismo, como ocurrió durante el ciclo expansivo que siguió a la Gran Recesión. La reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy aumentó la temporalidad, un problema estructural del mercado laboral de nuestro país. Sin embargo, esta se ha ido reduciendo desde el inicio de la pandemia, y en los cinco primeros meses del año se desploma entre los jóvenes: ha caído 27 puntos entre los menores de 20 años.

La nueva reforma laboral ha generado un récord de contratos indefinidos por segundo mes consecutivo. Si en abril se registraron casi 699.000 contratos de este tipo, en mayo la cifra llegó a 730.000, cinco veces más que la media histórica. Así, durante los dos primeros meses de pleno vigor de la norma se ha formalizado 1,4 millones de contratos indefinidos, una cifra que asciende a 2,5 millones en lo que llevamos de año.

El 79% de los trabajadores ya se encuentra en esta situación, ocho puntos más que la media del periodo 2015-2021, según presume el Ministerio de Seguridad Social. Sin embargo, el dato esconde un reverso no tan optimista.

La 'trampa' de los fijos discontinuos

La mayoría de los contratos indefinidos tras la reforma laboral se explica por la conversión de temporales a fijos discontinuos, una figura que permite dar de alta y de baja a los trabajadores por la naturaleza intermitente de la actividad que realizan. Esto explica que la proporción de indefinidos respecto al total haya bajado cuatro puntos respecto al récord de abril, cuando se produjo el grueso de las conversaciones auspiciadas por la norma. La oposición ha denunciado esta 'trampa', que, según el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, genera una "precariedad indefinida".

Aunque, de momento, solo representan el 5% de la masa laboral, los contratos fijos discontinuos se han multiplicado por 13 desde mayo del año pasado, mientras que los fijos convencionales solo lo han hecho por tres. Además, una cuarta parte de los nuevos indefinidos tiene contratos a tiempo parcial, que han aumentado al triple de velocidad que aquellos a tiempo completo.

Foto: Unas terrazas en Madrid. (EFE/Kiko Huesca)

La letra pequeña de la reducción de la temporalidad deja un dato preocupante: en mayo se han registrado 1,64 millones de contratos para crear 33.000 empleos netos. Todo cambia, pero se sigue pareciendo a lo de siempre.

Se ralentiza el ritmo de creación de empleo

La otra noticia negativa es que la creación de empleo, pese a mantenerse, ya no presenta la velocidad de crucero que siguió al fin del estado de alarma. Pese a que desde mayo de 2021 se acumulan 13 meses consecutivos de reducción del paro y aumento de las afiliaciones, el impacto de ómicron, primero, y de la guerra en Ucrania, después, arroja datos cada vez más modestos. La tendencia pierde fuelle, a las puertas de una temporada turística que, si finalmente es parecida a las de antes de la pandemia, podría servir para reactivarla.

Lejos quedan las cifras del segundo semestre del año pasado, cuando las afiliaciones aumentaban a un ritmo de 100.000 al mes. Ahora, hace falta un trimestre entero para lograr esos guarismos, lo que dificulta la siempre lejana convergencia del mercado laboral español con el europeo. Los 955.000 puestos de trabajo creados durante el último año no evitan que nuestro país siga encabezando la tasa de paro de los Veintisiete. Un dato: pese a que el número de desempleados vuelve a niveles de 2008, en ese momento la tasa de paro rondaba el 10%, tres puntos menos que en la actualidad.

Otro buen dato de paro. El desempleo en España baja de los tres millones por primera vez desde 2008, tras acumular 13 meses consecutivos de descensos. El Gobierno se ha lanzado a celebrar las cifras, que presentan tres motivos para el optimismo. Sin embargo, también hay algunos matices que arrojan dudas de cara a los próximos meses.

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