En plena ola de inflación, hay un país que está deseando que sigan subiendo los precios
Japón lleva años tratando de lograr que su IPC alcance el 2%, pero no consigue siquiera que llegue al 1%, lo que genera una situación muy complicada para su economía
El IPC está al borde de los dos dígitos en España, acumulando el 9,8% en los últimos doce meses. En la Unión Europea el alza de los precios se situó en 2021 en el 6,2%, mientras en Estados Unidos se fue hasta el 7,9%. Sin embargo, en medio de esta tensión inflacionista que recorre el mundo, hay un país que desea que sigan subiendo los precios para mejorar su economía.
En Japón, sin embargo, las cosas son muy diferentes. Su IPC no llega al 1%, a pesar de que llevan años implantando medidas para conseguir que, al menos, alcance el 2%. Pero, ¿por qué lo que en España y la gran mayoría de países del mundo se considera un problema en este país asiático es casi una necesidad?
Ulrike Schaede, profesora de la Escuela GPS de Política y Estrategia Global de la Universidad de California, explica a la BBC que "los modelos económicos básicos afirman que un nivel modesto de inflación es lo que alimenta el crecimiento de una economía. Los economistas que piensan de esa forma argumentan que la deflación de Japón es la razón de su lento crecimiento".
El problema de la falta de consumo
Los expertos coinciden en que para que una economía crezca es necesaria una inflación moderada. Pero en Japón la situación se complica por la falta de consumo: los ciudadanos se han acostumbrado a que los precios no suban o incluso bajen, lo que les hace retraerse. Por eso, las empresas no se atreven a subir los precios y el IPC apenas se mueve o, si lo hace, es en negativo.
Los japoneses se han acostumbrado a que los precios no suban o incluso bajen
Hiroyuki Ito, responsable del Departamento de Economía de la Universidad Estatal de Portland, señala que "si crees que los precios de las cosas que necesitas van a bajar como consecuencia de la deflación, lo que harás es posponer la compra y esperar. Los consumidores tienen incentivos para posponer los gastos y las empresas pierden oportunidades de reajustar los precios para mejorar el margen. Como resultado, se vuelve difícil alcanzar la tasa de crecimiento potencial".
Pero hay muchos factores que condicionan esta situación: Japón sufre un fuerte aumento del envejecimiento de la población, al mismo tiempo que echa en falta la mano de obra extranjera. Eso hace que cada vez sea más difícil garantizar las pensiones del futuro y, por tanto, los japoneses tratan de ahorrar para cuando llegue ese momento, gastando cada vez menos y provocando que los precios no puedan subir.
El IPC está al borde de los dos dígitos en España, acumulando el 9,8% en los últimos doce meses. En la Unión Europea el alza de los precios se situó en 2021 en el 6,2%, mientras en Estados Unidos se fue hasta el 7,9%. Sin embargo, en medio de esta tensión inflacionista que recorre el mundo, hay un país que desea que sigan subiendo los precios para mejorar su economía.