El Gobierno compensará a los pensionistas por la inflación con una 'paguilla' de 1.900 millones

El repunte de la inflación del año 2021, que será la más alta en más de una década, obligará a la Seguridad Social a compensar a los pensionistas con una 'paguilla' extraordinaria que cubra la desviación de los precios respecto a la inflación prevista en los Presupuestos Generales del Estado de 2021. Las pensiones se subieron un 0,9% al inicio del año, sin embargo, la inflación apunta a una subida promedio en el conjunto del año del entorno del 2,25%. El Ejecutivo se comprometió a compensar la desviación de la inflación, de modo que está obligado a abonar esta 'paguilla' extraordinaria que, según sus estimaciones, ascenderá a 1.900 millones de euros y de la que se beneficiarán más de ocho millones de pensionistas. En concreto, la Seguridad Social abonará el equivalente al 1,4% de la pensión anual a cada pensionista. Por ejemplo, un jubilado medio, cuya pensión es de 1.300 euros, recibirá una prestación de casi 240 euros.

Se trata de una paga única que abonará la Seguridad Social en diciembre o enero y su cuantía final dependerá de la inflación promedio del año hasta el mes de noviembre. De esta forma, cubrirá la pérdida de poder adquisitivo que hayan sufrido los pensionistas como consecuencia de la aceleración de los precios a partir de la pasada primavera. Supondrá, al mismo tiempo, un fuerte esfuerzo presupuestario para la Seguridad Social. Sirva como comparativa que esta cuantía será similar a todo el dinero destinado en 2021 al pago del ingreso mínimo vital, la gran política contra la pobreza aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez.

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El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha presentado este jueves el proyecto de los Presupuestos de su departamento, que es el que se lleva mayor porcentaje del nuevo gasto como consecuencia de la subida de las pensiones en casi 8.000 millones de euros y el nuevo impulso al ingreso mínimo vital para cubrir a familias con hijos.

El mayor esfuerzo presupuestario es el destinado a la revalorización de las pensiones, ya que el Gobierno utilizará la inflación del año 2021, la más alta en más de una década, para realizar dos revalorizaciones, la de 2021 y la de 2022. El motivo es que este año será el último en el que se aplique el sistema de las revalorizaciones 'ad hoc' en los Presupuestos Generales del Estado que aplicaban subidas sobre la inflación prevista y que se compensaban posteriormente en caso de que los precios experimentasen un alza mayor al previsto, como va a ocurrir este año con la 'paguilla' de 1.900 millones.

En 2022 entrará en vigor el nuevo sistema de revalorización que se está tramitando en el Congreso y que aplica como subida la inflación promedio del año anterior. Esto es, para la revalorización del próximo año volverá a utilizarse el IPC de 2021. Esto permitirá a los pensionistas ganar poder adquisitivo al utilizar el año del pico de la inflación para indexar la revalorización de dos años.

Hacia el fin del déficit

El ministerio ha proyectado que el déficit de la Seguridad Social se reducirá hasta el 0,5% del PIB en 2022. Hay dos motivos que explican esta mejoría. El primero, el incremento de los ingresos por cotizaciones sociales, que crecerán un 7% el próximo año gracias a la creación de empleo y la subida de los salarios esperadas para el próximo ejercicio. El segundo, la continuación del proceso de separación de las fuentes de financiación para pasar los llamados 'gastos impropios' de la Seguridad Social al Ministerio de Hacienda.

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En total, Hacienda realizará una transferencia histórica a la Seguridad Social de 36.300 millones de euros para financiar estos gastos impropios y las pensiones no contributivas. Los gastos impropios asumidos por el Estado ascenderán en 2022 a 18.400 millones, una cifra que coincide con el déficit que tenía la Seguridad Social antes de la pandemia. Este proceso de separación de fuentes culminará en 2023 y permitirá reequilibrar el saldo presupuestario de la Seguridad Social eliminando todo su déficit. Además, Hacienda transferirá en 2022 otros 17.800 millones de euros para financiar prestaciones no contributivas, como son el ingreso mínimo vital, los complementos a mínimos o las pensiones no contributivas, y financiará el déficit restante con un préstamo de 7.000 millones de euros que se sumará a los más de 90.000 millones que tiene de deuda la Seguridad Social.

De esta forma, la Seguridad Social llegará en equilibrio presupuestario al inicio del proceso de jubilación de la generación del 'baby boom'. Sin embargo, todo ese déficit no ha desaparecido, sino que ahora figura en la cuenta del estado y obligará a realizar importantes ajustes en los próximos años, ya sea con subida de impuestos o con recortes del gasto.