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Más de un millón de empleos perdidos: paisaje tras 200 días de pandemia
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LA CRISIS ARRASA EN EL EMPLEO TEMPORAL

Más de un millón de empleos perdidos: paisaje tras 200 días de pandemia

La pandemia económica ha encontrado en el mercado laboral su principal víctima. En 200 días, se han perdido más de un millón de empleos. El futuro dependerá de los rebrotes

Foto: Una oficina del paro. (EFE)
Una oficina del paro. (EFE)
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Algunos datos pueden ayudar a entender los daños ocasionados por la pandemia económica. El primero, el más preocupante, se refiere a la pérdida de empleo. Es decir, aquellos trabajadores despedidos que no han podido ser atrapados por la red de protección social que ha diseñado el Estado en los últimos meses para preservar el empleo.

Y lo que dicen las cifras de Seguridad Social es que el número de cotizantes ha caído entre el 12 de marzo y el 30 de septiembre en 500.529 trabajadores. Ahora bien, sin la comparación se hace en términos desestacionalizados, lo que permite un análisis homogéneo, ya que elimina el efecto del calendario, el resultado son 582.153 ocupados menos desde el 29 de febrero pasado.

¿Es ese medio millón largo de trabajadores que han dejado de cotizar el coste de la crisis? No. La propia Seguridad Social recuerda que a 30 de septiembre 728.909 trabajadores estaban en ERTE, y hay muchas razones para pensar que sus probabilidades de ocupación son muy limitadas después de más de medio año en suspensión de empleo. Esos trabajadores, como se sabe, tienen suspendido su contrato de trabajo, pero siguen cotizando al sistema público de protección social. De ellos, el 83% son por fuerza mayor.

Eso quiere decir que si se suman los 500.529 trabajadores que han dejado de cotizar a la Seguridad Social desde la declaración del estado de alarma y los 605.861 que se encuentran en ERTE (contando solo los que están en fuerza mayor), la factura laboral de esta crisis, por el momento, son 1,1 millones de trabajadores en apenas 200 días de pandemia. Y ello sin contar los ocupados que antes trabajaban a tiempo completo y ahora lo hacen a tiempo parcial, lo que reduce su salario. O el impacto que tendrán los actuales rebrotes en el mercado laboral. Precisamente, cuando ya ha finalizado la temporada alta del empleo en muchas actividades ligadas al turismo o la hostelería.

Del total de empleo destruido hasta ahora, 14.816 son no asalariados, lo que quiere decir que el colectivo de autónomos, dado su peso en la estructura laboral, poco más del 17%, ha sido menos castigado por la pandemia en términos de afiliación a la Seguridad Social.

Por cuenta propia

En concreto, la variación anual media en los últimos doce meses apenas ha descendido un -0,08%. En sectores como la educación ha crecido un 4,3%, mientras que en sanidad el avance es del 2,8%, algo que sugiere que los nuevos empleos en esas actividades son por cuenta propia, lo que permite a las empresas no cotizar por su trabajadores. Es decir, se ha mercantilizado su relación laboral.

Las mujeres han sido claramente más perjudicadas, con una caída del empleo desde la declaración del estado de alarma equivalente al 3%, mientras que en el caso de los hombres el descenso ha sido del 2,2%. Igualmente, el empleo entre extranjeros ha retrocedido algo más que en los nacionales, un 3,4%. Sin duda, por su mayor peso en las actividades más castigadas por la pandemia.

Los paganos de la crisis, sin embargo, vuelven a ser los trabajadores temporales. Mientras que el empleo indefinido ha caído un 1%, en el caso de los temporales el descenso es del 7,3%, lo que da idea de la enorme dualidad del mercado de trabajo. Las empresas despiden primero a los más vulnerables y con menores costes de indemnización.

La hostelería

¿Y cuáles han sido esas actividades? Con diferencia, la más penalizada está siendo la hostelería, que ha perdido nada menos que un 16,7% de su fuerza laboral en poco más de medio año, lo que en términos absolutos supone una pérdida de empleo equivalente a 241.293 ocupados. Las actividades artísticas y de entretenimiento, igualmente, han perdido un 12% de sus puestos de trabajo en el último año, pero en este caso su peso en la ocupación total es mucho más limitado.

Eso explica que Baleares, con mucha diferencia, sea la región más castigada. En sólo 200 días ha perdido el 13% de la fuerza laboral que cotizaba a la Seguridad Social, mientras que en Canarias el decremento ha sido del 5,3%. En Cataluña, también muy expuesta a la hostelería y el turismo, el descenso ha sido del 3%; mientras que, en Madrid, menos vulnerable, la caída ha sido del 1,8%, ligeramente por debajo de la media. Sólo Castilla-La Mancha y Murcia, aunque de forma marginal, tienen hoy más cotizantes que hace un año.

placeholder La terraza de un bar. (EFE)
La terraza de un bar. (EFE)

Tanto la sanidad como la educación han creado empleo en los últimos doce meses, cerca del 3,5% en los dos casos, pero en septiembre, en medio de los rebrotes, llama la atención que los servicios sanitarios hayan destruido 1.979 puestos de trabajo, lo que puede deberse al fin de muchas sustituciones por el verano. En total, el número de empleados públicos dados de alta en la Seguridad Social, otros lo están en la mutualidad del Estado, es de 2,62 millones, lo que representa 45.297 más que hace un año.

Los despidos, lógicamente, tienen que ver con la situación de las empresas en las que trabajaban. Y lo que sostienen los datos del sistema público de protección social es que el número de empresas dadas de alta, es decir, operativas, ha caído 85.970 en el régimen general, que es, de largo, el más numeroso. Por lo tanto, se ha destruido un 5,8% del tejido empresarial en apenas seis meses y medio de pandemia. Una calamidad.

Algunos datos pueden ayudar a entender los daños ocasionados por la pandemia económica. El primero, el más preocupante, se refiere a la pérdida de empleo. Es decir, aquellos trabajadores despedidos que no han podido ser atrapados por la red de protección social que ha diseñado el Estado en los últimos meses para preservar el empleo.

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