El Día del Trabajo en la cola del paro

Perezosamente, la gente sin empleo empieza a llegar a la oficina del INEM poco tiempo antes de las nueve de la mañana. Ya no se madruga para percibir una prestación que muchos consideran insuficiente para salir adelante. En una rutina desesperanzada, una pequeña tangana se forma ante la puerta por la desorganización de los asistentes a la hora de formar la archinombrada 'cola del paro'. Quizás sea la simbología lo que echa para atrás a los parados en el momento de establecerse de a uno antes de que se abran las puertas. Hasta que estas lo hacen.

En desorden, se entra en una oficina que ha conocido momentos mejores y peores. El último: 2.300 parados menos pero 184.600 empleos destruidos más. Una tasa de paro que crece en un 0,2% desde el último trimestre para situarse en el 25,93 frente a la trágica tasa juvenil, que supera el 55%. Las opiniones políticas en la puerta de la oficina son bastante unitarias. No se habla de colores, sino de llegar a fin de mes. “Mal” es la palabra más repetida sobre la labor del Gobierno respecto al desempleo. “Cada uno defiende su propio pecunio”, expresaba una desempleada en el vídeo.

Ni siquiera mencionando el Día del Trabajador algunos de los parados de la oficina del INEM de Moncloa en Madrid encuentran consuelo en los sindicatos. El caso de los ERE les ha hecho mucho daño y todos creen que “van a lo suyo” y que ya se preocupan poco por el obrero. “Sindicatos van por un lado, Gobierno por otro y trabajadores por otro, por desgracia”, comentaba un parado. La disparidad se encuentra sobre si salir o no a la calle este 1 de mayo. Mientras muchos piden unidad, solidaridad y apoyo, otros se muestran descreídos respecto a acudir a la calle a protestar. Ya son 6 años desde que se inició la crisis y se reventó la burbuja inmobiliaria, milagro económico español. Período suficiente para mirar más cómo llegar a fin de mes que a qué manifestación acudir.