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España pierde la batalla de la unión bancaria y no despeja el fantasma del rescate
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NO CONSIGUE SALVAR LOS DEPÓSITOS NI LA RECAPITALIZACIÓN DIRECTA

España pierde la batalla de la unión bancaria y no despeja el fantasma del rescate

España ha salido claramente derrotada del acuerdo europeo sobre los rescates bancarios alcanzado esta madrugada por el Ecofin en Luxemburgo, como era de esperar dado que

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España pierde la batalla de la unión bancaria y no despeja el fantasma del rescate

España ha salido claramente derrotada del acuerdo europeo sobre los rescates bancarios alcanzado esta madrugada por el Ecofin en Luxemburgo, como era de esperar dado que nuestras pretensiones chocaban frontalmente con la postura alemana. Así, no ha conseguido salvar los depósitos de más de 100.000 euros -tan sólo ha limitado sus pérdidas potenciales- ni tampoco convertir la recapitalización directa en la fórmula estándar para futuros rescates, sino que la UE seguirá prestando el dinero a los Estados y computará como deuda pública. Estos varapalos hacen que el Gobierno no pueda despejar el fantasma de una mayor apelación al rescate europeo para el otoño.

La nueva directiva que aprobará el Consejo Europeo establece que los accionistas, acreedores y depositantes tendrán que asumir fuertes quitas en caso de insolvencia de una entidad, y sólo después de esas pérdidas podrá inyectarse dinero público. Estas pérdidas conjuntas deberán alcanzar el 13% del pasivo de la entidad, aunque España y los países que la apoyaban (Francia y Reino Unido) han conseguido una flexibilidad para que, en ciertos casos tasados, esa factura se reduzca al 8% y puedan eximir a los depositantes de pagar el 5% restante. En todo caso, los depósitos de menos de 100.000 euros estarán salvaguardados y los de más de esa cifra se dividirán en dos grupos: los de pymes y particulares irán por detrás de la deuda senior (los bonos normales) a la hora de asumir pérdidas, mientras que los demás irán a la vez (pari passu).

En el caso de que nuestro país quiera proteger a los depositantes de pagar ese 5%, ese dinero tendrá que salir de un fondo de resolución dotado por los propios bancos con un importe equivalente al 0,8% de los depósitos. Este fondo es nacional y no sustituye al Fondo de Garantía de Depósitos (aunque se pueden juntar ambos), que tendrá que mantener otro 0,5% de los depósitos del sistema. Del famoso proyecto de un FGD unificado europeo no se dice ni una palabra.

Sólo después de que los accionistas, acreedores y depositantes asuman sus pérdidas y de que entre el nuevo fondo de resolución se contempla el rescate con dinero público (excepcionalmente se podrá hacer sin que todos los anteriores pierdan todo su dinero, sino sólo una parte). Y en ese caso, nada de recapitalización directa como pretendía el Gobierno español: el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) prestará el dinero al Estado y computará como deuda pública, es decir, exactamente igual que el rescate bancario español del verano pasado. Sólo en condiciones muy excepcionales se podrá proceder a una inyección directa de fondos europeos en entidades insolventes

Como había informado El Confidencial, para el Ejecutivo de Mariano Rajoy la recapitalización directa era la opción preferida a tener que utilizar una parte mayor de los 100.000 millones del rescate, si los nuevos test de estrés detectan un nuevo déficit de capital en el sistema o si se vuelven a cerrar los mercados, para evitar las nuevas condiciones que nos impondría la troika. Es más, nuestro país pretendía que esta recapitalización directa fuera retroactiva, para poder incluir en ella los 41.000 millones dispuestos hasta la fecha. 

Con esta derrota en el Ecofin, ela posibilidad de tener que solicitar más fondos europeos vuelve a abrirse. Los bancos tendrán que calcular el impacto de la retirada de las cláusulas suelo el próximo mes y en septiembre evaluarán el de las nuevas normas de provisiones de los créditos refinanciados. Como también ha venido informando este diario, la troika (en especial el BCE) quiere que aflore toda la "morosidad oculta" de la banca española y que se incrementen las provisiones, lo cual significará mayores necesidades de capital.

Por lo que pueda pasar, De Guindos ha empezado a ponerse la venda antes de la herida. La semana pasada Luis de Guindos quitó importancia a la recapitalización directa, de la que dijo que "es muy importante para Irlanda, pero mucho menos para España. Su relevancia no se refiere a la situación de los bancos, sino a la señal global que lanza de compromiso con la unión bancaria". Y no sólo eso, sino que añadió que el FROB tiene recursos más que suficientes(10.000 millones) para hacer frente a una eventual necesidad de nuevas inyecciones de dinero público en las entidades; inyecciones que cifró como mucho en 2.000 millones. Y si los nuevos test de estrés encuentran unas necesidades superiores a esa cifra, tampoco sería necesario pedirlos al MEDE pese a sus "ventajosas comisiones", por la gran capacidad de acceso a los mercados de que goza el Tesoro en comparación con la de hace un año.

España ha salido claramente derrotada del acuerdo europeo sobre los rescates bancarios alcanzado esta madrugada por el Ecofin en Luxemburgo, como era de esperar dado que nuestras pretensiones chocaban frontalmente con la postura alemana. Así, no ha conseguido salvar los depósitos de más de 100.000 euros -tan sólo ha limitado sus pérdidas potenciales- ni tampoco convertir la recapitalización directa en la fórmula estándar para futuros rescates, sino que la UE seguirá prestando el dinero a los Estados y computará como deuda pública. Estos varapalos hacen que el Gobierno no pueda despejar el fantasma de una mayor apelación al rescate europeo para el otoño.

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