Draghi aconseja a España "reducir gasto público improductivo y bajar los impuestos"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reclamó ayer al Banco Central Europeo (BCE) que anunciara hoy medidas concretas para reabrir el grifo crediticio a las pequeñas y medianas empresas (pymes). Pero la institución monetaria no solo ha hecho oídos sordos a esta petición, sino que a través de su presidente, Mario Draghi, le ha devuelto el mensaje con una doble demanda. 

Como acostumbra, el banquero italiano ha sido muy claro a la hora de trasladar ese mensaje. A su juicio, y puestos a pedir cosas a otros, España tiene a su alcance dos medidas que pueden ayudar a reactivar el crecimiento. ¿Cuáles son? "Reducir el gasto público improductivo y bajar los impuestos", ha aconsejado. 

Para Mario Draghi, "la consolidación fiscal es inevitable, porque el crecimiento no puede estar basado en más deuda". Y en este sentido ha añadido que no hay que mirar la consolidación fiscal y el crecimiento como dos figuras antagónicas, sino que deben caminar juntos. 

Para defender la contribución del BCE a la recuperación económica europea, Draghi ha subrayado que la actual política monetaria y la reducida inflación constituyen una aportación relevante. Como remate, no ha perdido la oportunidad para afirmar que su programa de compra de deuda pública (OMT), lanzado en septiembre del año pasado, "es probablemente la medida más exitosa de las adoptadas recientemente". 

La hora de los políticos

Estos mensajes, combinados con la inacción de Draghi -no ha bajado de los tipos ni ha anunciado nuevas iniciativas anticrisis-, prolongan el juego psicológico que mantienen el BCE y las autoridades políticas a lo largo de la crisis. Mientras las segundas esperan que sea el primero el que adopte medidas que les ahorren ejecutar más ajustes, la institución monetaria reclama que los gobiernos emprendan las reformas estructurales necesarias. Hoy le tocaba mover al BCE. Pero no lo ha hecho. De este modo, pasa toda la presión de nuevo a las autoridades, con la vista puesta en el Consejo Europeo del 27 de junio de 2013.