El FROB salvó a los promotores que ahora sienta en el banquillo por saquear Banco de Valencia

El Banco de Valencia, controlado por el FROB antes de su venta a La Caixa, refinanció de forma generalizada préstamos a promotores antes de tener que traspasarlos a Sareb el 31 de diciembre. Y no sólo eso, sino que su administrador provisional, José Antonio Iturriaga, lo hizo en mejores condiciones de las que se firmaron inicialmente cuando el banco estaba controlado por Bankia, según varias fuentes conocedoras de la situación. Posteriormente, el mismo FROB que nombró a Iturriaga se ha querellado contra algunos de estos promotores por ser culpables del 'saqueo' de la entidad que la acabó llevando a la insolvencia.

La refinanciación generalizada de los créditos de promotores  era casi indiferente para la entidad, puesto que debía traspasar al 'banco malo' tanto los créditos (sanos o morosos) como los activos que se habría adjudicado como garantía en caso de haber ejecutado dichos préstamos. Por tanto, los favorecidos por esta política han sido los propios empresarios del ladrillo, que de esta forma han recibido el oxígeno necesario para seguir vivos durante un tiempo adicional; si no se les hubiera refinanciado, la mayoría habría entrado en concurso de acreedores.

Otras fuentes cercanas a la entidad aseguran que no se trata de una práctica generalizada y que la decisión de refinanciar se tomaba en un comité de riesgos con criterios profesionales, en muchos casos a cambio de garantías adicionales. Pero las primeras fuentes citadas explican que Iturriaga citaba en su despacho personalmente a los promotores, con el fin de "estrechar los lazos del Banco de Valencia con el empresariado local", en vísperas de su traspaso a La Caixa, que se quedó con la entidad en noviembre en una subasta exprés por un euro y con ayudas públicas por valor de 9.850 millones.

Se da la circunstancia de que muchos de los empresarios refinanciados son los mismos a los que el propio FROB acusa de ser los responsables del 'saqueo' del Banco de Valencia, que finalmente condujo a la insolvencia de la entidad. Entre ellos, aparecen los implicados en la operación Reva (Regadíos y Energía de Valencia) sobre más de 9 millones de metros cuadrados en Ribarroja, que pretendía ser uno de los mayores pelotazos inmobiliarios de la burbuja, en el que se implicó hasta Lehman Brothers y que acabó siendo el paradigma de su estallido: Juan Bautista Soler, Salvador Vila, Javier Soler y José Soler Crespo, que montaron la sociedad Nou Litoral junto con el Banco de Valencia para comprar los derechos de Reva a precio de oro a la inmobiliaria quebrada Llanera.

El FROB se ha querellado contra los dos primeros, así como contra el notario Carlos Pascual, propietario de la sociedad Faverch, que posee una de las parcelas de este proyecto y cuyo crédito también fue refinanciado por Iturriaga. Otros empresarios contra los que se ha querellado el fondo de rescate bancario son el expresidente y la exvicepresidenta de Metrovacesa Joaquín Rivero y María Victoria Soler, así como Rafael Ruiz-Jarabo, Fernando Polanco, Teresa Villalba, Ramón Salvador Águeda, Vicente Fons, José Parra, Dimas de Andrés,  Francisco de Andrés, Salvador Pons, Isabel Pons, Tito José Pajares San Román, José Antonio San Román Rosado y Eugenio Calabuig, presidente de Aguas de Valencia.Estas actuaciones se dirigen también contra el exconsejero delegado de la entidad valenciana Domingo Parra (el principal culpable del hundimiento del banco, según el FROB), su mujer María José Aznar, el expresidente de Bancaja José Luis Olivas, el exconsejero delegado de su filial Bancaja Hábitat, José Cortina, y el sustituto de Olivas en la presidencia del Banco de Valencia, Aurelio Izquierdo. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, ha asegurado que Banco de Valencia es el resumen de “todas las cosas mal hechas”.

La Caixa rechaza la continuidad de Iturriaga

El propio Iturriaga ha tratado de 'vender' esa buena relación con los empresarios valencianos para que La Caixa lo mantuviera al frente del Banco de Valencia una vez que tomase su control, pero la entidad que preside Isidre Fainé no ha querido saber nada de él, al contrario de lo que hizo con los copresidentes de Banca Cívica, Enrique Goñi y Antonio Pulido, a los que nombró consejeros aunque luego ambos renunciaron a sus asientos en la entidad catalana.

Las refinanciaciones masivas no son sólo un problema del Banco de Valencia, sino de toda la banca española. Esta práctica es conocida en el sector como la 'patada a seguir', y recientemente JP Morgan la denominaba 'delay and pray' (retrasar y rezar). Es decir, cuando un cliente no puede pagar un préstamo, se le da más tiempo con la esperanza de que en el futuro las cosas le vayan mejor y logre saldar la deuda. Ahora bien, en muchos casos esas esperanzas no tienen ningún fundamento, como evidencia el caso de Reyal Urbis. Se trata de créditos con un enorme riesgo de impago y que tienen unos niveles de cobertura muy bajos en general. Por ello, algunos analistas consideran que se trata de la próxima bomba de relojería del sector y, en consecuencia, Bruselas quiere desactivarla antes de que estalle con la imposición de nuevas provisiones para estos préstamos refinanciados.