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“El sicario”, “el puñetazo de Tyson”… los apodos de Morgan Stanley para sus 'tóxicos'
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UNA SERIE DE E-MAILS REVELAN LO QUE PENSABAN LOS EMPLEADOS DE SUS ACTIVOS

“El sicario”, “el puñetazo de Tyson”… los apodos de Morgan Stanley para sus 'tóxicos'

Las operaciones que desencadenaron la crisis financiera siguen siendo una maraña difícil de desentrañar, pero hay casos concretos que han llegado a los tribunales y están

Foto: “El sicario”, “el puñetazo de Tyson”…  los apodos de Morgan Stanley para sus 'tóxicos'
“El sicario”, “el puñetazo de Tyson”… los apodos de Morgan Stanley para sus 'tóxicos'

Las operaciones que desencadenaron la crisis financiera siguen siendo una maraña difícil de desentrañar, pero hay casos concretos que han llegado a los tribunales y están permitiendo conocer detalles de lo que ocurría en las oficinas de Wall Street hace seis años.

La Corte Suprema de Nueva York conoce estos días una demanda de un banco taiwanés contra Morgan Stanley que ha destapado cientos de páginas de documentos internos del banco de inversión estadounidense, según informa The New York Times. Los archivos han permitido arrojar algo más de luz sobre lo que sabían los banqueros acerca de la burbuja inmobiliaria y lo que hacían con esa información.

En una serie de correos electrónicos fechados el 16 de marzo de 2007, algunos empleados de Morgan Stanley conversan acerca de uno de los paquetes de activos tóxicos y se animan a discutir posibles nombres para su ‘basura’ financiera. Entre las sugerencias de los empleados se encuentran apodos como “El Sicario”, “El Puñetazo de Tyson”, “Holocausto Nuclear” o “El Colapso Subprime”.

Cuando acabaron las bromas, “El Sicario” fue vendido a un banco chino y parte acabó en la entidad taiwanesa que ahora busca justicia en los tribunales. El juicio gira en torno a un CDO (Collaterized Debt Obligation) llamado finalmente Stack 2006-1, un ejemplo de los activos respaldados por títulos hipotecarios que están en el corazón de la crisis financiera.

Los documentos que se han hecho públicos dan a entender que los empleados del banco de todos los niveles eran conscientes de la complicadísima situación del mercado inmobiliario estadounidense, y de que estaban vendiendo inversiones ‘basura’ a compradores ingenuos. Por su parte, Morgan Stanley considera que los compradores eran clientes cualificados que tenían herramientas para saber lo que ocurría en el mercado.

La firma americana se refirió también al jocoso intercambio de correos electrónicos en un comunicado que afirma: “Si bien los correos contienen lenguaje inapropiado y muestran un humor bastante pobre, el empleado que redactó la mayoría de ellos solo era responsable de documentar las transacciones. La valoración de las inversiones no formaba parte de su trabajo ni estaba al alcance de sus capacidades”.

Las operaciones que desencadenaron la crisis financiera siguen siendo una maraña difícil de desentrañar, pero hay casos concretos que han llegado a los tribunales y están permitiendo conocer detalles de lo que ocurría en las oficinas de Wall Street hace seis años.