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ACS recurre a un truco contable para esquivar a Deloitte por su inversión en Iberdrola
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MODIFICA LOS CONTRATOS DE DERIVADOS

ACS recurre a un truco contable para esquivar a Deloitte por su inversión en Iberdrola

ACS ha vuelto a regatear a Deloitte, su auditor, al que hasta el pasado año había conseguido convencer para no provisionar sus enormes minusvalías por su

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ACS recurre a un truco contable para esquivar a Deloitte por su inversión en Iberdrola

ACS ha vuelto a regatear a Deloitte, su auditor, al que hasta el pasado año había conseguido convencer para no provisionar sus enormes minusvalías por su inversión en Iberdrola. Ahora, con vistas al cierre del año, la constructora ha modificado dos pequeños detalles de los contratos de derivados a través de los cuales mantiene su participación en la eléctrica que, sin embargo, tienen mucha trascendencia para abrillantar su balance.

La constructora ha decidido que el contrato equity swap suscrito con Natixis por 1.434,2 millones de euros y que tiene como subyacente un total de 277.971.800 acciones de Iberdrola, un 5% del capital, sea liquidable en acciones o en dinero a opción de ACS. Hasta el último cambio, el realizado el 27 de julio cuando eliminó los margin call que le obligaban a poner más garantías cuando las acciones de la eléctrica caígan, la liquidación de la posición solo era en acciones. El vencimiento de este derivado es en marzo de 2015.

Por su parte, en relación con el contrato de prepaid forward (venta futura) convenido por Residencial Monte Carmelo S.A., filial del Grupo ACS, con Société Générale por el 8,25% del grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán (492.545.762 acciones), se ha suscrito una modificación para que el derivado solo sea liquidable en acciones. Antes cabía la posibilidad de que también fuera en dinero constante y sonante.

Estas alteraciones no tienen ningún efecto para estos dos bancos franceses, los cuales tienen cubierto su riesgo con otros derivados. En el caso de Société Générale, la entidad ya vendió parte de las acciones que le prestó ACS para minimizar su posición. Pero en cambio tiene consecuencias muy positivas para el holding que dirige Florentino Pérez.

Según distintas fuentes financieras, estas variaciones le permiten no tener que consolidar la deuda vinculada a esos dos vehículos y que ascienden a cerca de 3.500 millones de euros. Esa cantidad es vital para la constructora, ya que le permite maquillar sus ratios financieros medidos por la relación entre su apalancamiento y el beneficio operativo. Con el fin de mejorarlos, ACS lleva dos años vendiendo activos –puertos, servicios, autopistas y energías renovables- para reducir su abultada deuda de 10.000 millones.

Todo ello con el permiso de Deloitte, que hasta la fecha ha colaborado de forma esencial para que la compañía participada por los March y los Albertos no tuviera que hacer frente a unas multimillonarias dotaciones que se hubieran llevado por delante al grupo.

ACS ha vuelto a regatear a Deloitte, su auditor, al que hasta el pasado año había conseguido convencer para no provisionar sus enormes minusvalías por su inversión en Iberdrola. Ahora, con vistas al cierre del año, la constructora ha modificado dos pequeños detalles de los contratos de derivados a través de los cuales mantiene su participación en la eléctrica que, sin embargo, tienen mucha trascendencia para abrillantar su balance.

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