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Iberia deja en tierra las presiones diplomáticas y cierra la ruta a Berlín
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NI ALEMANIA SE SALVA DEL PLAN DE REESTRUCTURACIÓN PACTADO CON IAG

Iberia deja en tierra las presiones diplomáticas y cierra la ruta a Berlín

“Los vuelos están llenos de gente, pero no de dinero”. Así justifican en Iberia la decisión de eliminar, a principios del próximo enero, el trayecto que

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Iberia deja en tierra las presiones diplomáticas y cierra la ruta a Berlín

“Los vuelos están llenos de gente, pero no de dinero”. Así justifican en Iberia la decisión de eliminar, a principios del próximo enero, el trayecto que une Madrid con la capital política más importante de Europa. Y hay que subrayar que es la capital política, pero no la económica, y que ahí está parte del problema. Las grandes empresas están en otros puntos de la República Federal, no en Berlín (“pobre, pero sexy”, como recuerda siempre su alcalde, Klaus Wowereit) y esto explica que se mantengan sólo los vuelos directos con Múnich (sede, por ejemplo, de Siemens y de muchas empresas de alta tecnología) que seguirán siendo operados por Iberia, y con Frankfurt y Düsseldorf, estos dos últimos en manos desde el pasado domingo 28 de octubre de Iberia Express.

Los criterios de rentabilidad de Iberia son claros, sobre todo después de que la compañía de bandera cierre el ejercicio con cerca de 300 millones de euros en pérdidas. IAG, la sociedad matriz fruto de la fusión con British Airways, ha decidido frenar la sangría caiga quien caiga y aquí y ahora, en lo que concierne a Alemania, sólo interesan los pasajeros de clase preferente y todos aquellos que utilizan Madrid como punto de escala para otros vuelos, sobre todo transatlánticos.

El viajero normal que quiere visitar la gran capital germana y regresa luego a casa, el que busca la tarifa más competitiva, no es económico. Y menos ahora que el precio del barril de gasolina ronda los 103 dólares y los carburantes son un 30% más caros que el año pasado. La crisis, dice la compañía, se está notando y no sólo entre los clientes españoles. Desde el mes de marzo se aprecia también una reducción de la demanda en el sector de los hombres de negocios alemanes que viajan a España.

Para los españoles que viven en Berlín la desaparición de los vuelos directos de Iberia es un pequeño desastre. Había tres diarios y partían de Tegel, un aeropuerto muy próximo al centro, muy bien comunicado y muy cómodo por su pequeño tamaño. Existe, naturalmente, la alternativa de EasyJet -que vuela dos veces al día desde el alejado y algo cutre aeropuerto de Schönefeld, que fue el del Berlín oriental comunista- y de Air Berlin, compañía cuyo futuro es también bastante incierto. Fuentes diplomáticas del máximo nivel han intentado convencer a los directivos de Iberia para que reconsideren su decisión. No ha habido manera y esta ha sido la respuesta: “Nosotros no somos una empresa pública y no podemos ir a ningún fondo de rescate. Si no ganamos dinero, el futuro está muy negro. Es una pena en el caso de Berlín, pero es así”.

“La peor  aerolínea de Europa”

El plan estratégico que prepara Iberia bajo la supervisión de IAG tiene que suponer un cambio de rumbo para una compañía obligada a soltar lastre si quiere remontar el vuelo. El cierre de la ruta a Berlín lo lamentarán muchos españoles que trabajan y residen en la ciudad alemana, pero tal vez no tanto por los propios vecinos oriundos de la capital. Unos y otros -sobre todo si viajan a menudo- conocen las ventajas y, sobre todo, los inconvenientes y puntos negros de la compañía: la impuntualidad y el trato cada vez menos amable son constantes.

Pero los alemanes son mucho más consecuentes en el capítulo quejas. De hecho, según la página web Airlines Bewertungen (“Valoración de líneas aéreas”) Iberia es considerada, con diferencia, la peor línea aérea europea. Sus usuarios dejan colgadas en esta web sus experiencias en los vuelos realizados, señalando trayecto y día, y muchas de sus opiniones son demoledoras: “personal nada amable”, “espacio demasiado estrecho para las piernas”, “el piloto no saluda ni da información sobre el vuelo”, “no hay bebidas gratis, y si se pide un vaso de agua la azafata se olvida de él y se queda sentada leyendo ”, “nunca más”, “sinvergüenzas”, “peor que Iberia es imposible”, “espero que ese servicio miserable reciba algún día el castigo que merece” ,“las reclamaciones sólo reciben una respuesta estándar por mail y sin disculpas”…

Otra valoración -ésta desapasionada- es la que ha realizado en los años 2007 y 2009 la fundación  alemana Warentest, que es toda una institución, muy respetada, responsable de hacer análisis objetivos e imparciales de cualquier mercancía o producto. En su último estudio comparativo de once compañías aéreas, varias de ellas de bajo coste, Iberia no sale nada bien parada. En una escala de 0,5 (lo mejor) a 5,5, (lo peor), Iberia consigue un 2 en nivel de precio (3,7 en 2007), un 3 en información y reserva de vuelos (3,2 en 2007), y un “muy claro” nivel de falta de cumplimiento en las condiciones generales de servicio de las compañías de vuelo.

Este mismo año, con fecha del 10 de agosto,  Warentest Stiftung ha publicado un informe según el cual Iberia ignora los derechos de los viajeros. Una pareja alemana  que pretendía volar  a finales de 2010 desde Berlín a La Palma sufrió un retraso de cinco horas a la salida de la capital alemana y llegó con siete horas de retraso a La Palma. Según la normativa comunitaria, un retraso de estas características y a esa distancia supone una indemnización de 400 euros por persona. Pues bien, la pareja tuvo que esperar 18 meses hasta que Iberia accedió a pagar la suma de 800 euros, y ello después de bastantes tiras y aflojas entre la compañía aérea, el organismo comunitario EU claim y un bufete de abogados berlinés especializado en este tipo de reclamaciones.

“Los vuelos están llenos de gente, pero no de dinero”. Así justifican en Iberia la decisión de eliminar, a principios del próximo enero, el trayecto que une Madrid con la capital política más importante de Europa. Y hay que subrayar que es la capital política, pero no la económica, y que ahí está parte del problema. Las grandes empresas están en otros puntos de la República Federal, no en Berlín (“pobre, pero sexy”, como recuerda siempre su alcalde, Klaus Wowereit) y esto explica que se mantengan sólo los vuelos directos con Múnich (sede, por ejemplo, de Siemens y de muchas empresas de alta tecnología) que seguirán siendo operados por Iberia, y con Frankfurt y Düsseldorf, estos dos últimos en manos desde el pasado domingo 28 de octubre de Iberia Express.

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