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La morosidad no es sólo cosa del ladrillo: la empresa en general no puede pagar al banco
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LAS TASAS SE DISPARAN EN LAS PRINCIPALES ENTIDADES

La morosidad no es sólo cosa del ladrillo: la empresa en general no puede pagar al banco

La morosidad bancaria en España sigue subiendo de forma imparable (en agosto marcó un récord histórico en el 10,5% del crédito), pero ya no es sólo

Foto: La morosidad no es sólo cosa del ladrillo: la empresa en general no puede pagar al banco
La morosidad no es sólo cosa del ladrillo: la empresa en general no puede pagar al banco

La morosidad bancaria en España sigue subiendo de forma imparable (en agosto marcó un récord histórico en el 10,5% del crédito), pero ya no es sólo cosa del sector inmobiliario como hasta ahora. Según alertan las principales entidades del país, los impagos han saltado al resto de sectores de la economía, donde las empresas están asfixiadas tras cuatro años de crisis y ya no pueden devolver los créditos. Sobre todo si éstos han incrementado hasta la estratosfera sus intereses para que las entidades puedan mantener sus márgenes.

"Las empresas que dependen de la demanda interna son las más afectadas, muchos empresarios no tienen más remedio que tirar la toalla. Si la política monetaria sigue sin funcionar en nuestro país esto va a ir a peor, porque no pueden aguantar tipos del 8% durante mucho tiempo", es el resumen de la situación que hace Jacobo González-Robatto, director general corporativo y financiero del Banco Popular.

En esta entidad, la morosidad se ha disparado en un año desde el 5,85% hasta el 7,81%. Dentro de esta mora, la de los promotores inmobiliarios alcanza el 27%, pero la del resto de empresas se encuentra ya en el 8%. Los particulares todavía no pasan del 5%: ya se sabe que el ciudadano español lo último que deja de pagar es la hipoteca. Aunque si hablamos de subidas de la morosidad, la palma se la lleva Bankia, con una escalada desde el 7,6% hasta un nivel récord del 13,3% en el último año.

En CaixaBank, con una tasa de mora global del 8,42%, las empresas no promotoras registran una morosidad del 6% y la entidad señala que "el sector ex-promotor muestra un deterioro gradual". Pero quizá el caso más llamativo sea Bankinter, el banco con la menor exposición inmobiliaria del sistema y la menor tasa de mora. Pues bien, su morosidad se ha disparado un 40% hasta el 4,02% (todavía muy baja pero en claro crecimiento) por culpa del crédito a empresas no inmobiliarias, puesto que las hipotecas minoristas -el otro gran componente del balance de Bankinter- mantienen la mora en el 1,98%.

Distintas asociaciones empresariales llevan tiempo quejándose de que los bancos no les dan crédito y que, cuando se lo dan, es a unos tipos desorbitados. El consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz,  ha asegurado esta semana que sí se está dando crédito a las empresas e incluso reprende a estos empresarios: "Si has perdido dinero y has destruido capital, baja tu solvencia y con ella tu capacidad de tener crédito. No vale quejarse de que la banca no da crédito, tienes que hacer lo mismo que nos exigen a nosotros, es decir, ampliar capital".

Más márgenes... y más mora

La subida de los tipos del crédito empresarial es la forma más sencilla de ampliar los márgenes de las entidades financieras. Mientras las hipotecas tienen un diferencial fijado para toda la vida del préstamo, que suele ser muy larga -lo cual no deja margen de maniobra a los bancos para aumentar sus ingresos-, el crédito empresarial es a corto plazo y se revisa cada poco tiempo, con lo que las entidades aprovechan para ampliar los diferenciales en cada revisión. Así lo reconocen bancos con gran exposición empresarial como el Sabadell, entidad en la que la morosidad global ha subido del 5,72% al 8,46% en el último año.

El argumento en general en la banca es que tienen que trasladar a los préstamos el elevado coste de la liquidez -que se ha disparado por la escalada de la prima de riesgo de España-. Sin embargo, esta política provoca la paradoja de que la subida de los diferenciales mejora los márgenes pero a la vez aumenta la morosidad porque muchas empresas no pueden hacer frente a esos costes financieros durante mucho tiempo.

Una morosidad del 15%

La solución para rebajar estos tipos puede estar en el rescate de España. Los banqueros se muestran unánimemente a favor de que el Gobierno solicite cuanto antes la línea de crédito que permita que el BCE compre deuda pública: algunos como Francisco González, presidente de BBVA, lo han pedido abiertamente, mientras que Sáenz y Robatto creen que cualquier medida que contribuya a rebajar significativamente la prima de riesgo sería muy beneficiosa para la economía del país.

Con rescate o sin rescate, nadie espera que esta tendencia remita a corto plazo. Sáenz sitúa el máximo de la morosidad en el primer trimestre de 2014, en niveles en torno al 7,4% para Santander (cuya morosidad actual en España es del 6,38%). Para el conjunto del sistema financiero, el broker BPI estima que la tasa de mora puede llegar al 14% ó 15%, un nivel nunca visto en la historia y que hará bajar las tasas de cobertura que han subido notablemente este año gracias a las fuertes provisiones para el ladrillo que obligan a dotar los Reales Decretos 'de Guindos' de saneamiento del sector.

La morosidad bancaria en España sigue subiendo de forma imparable (en agosto marcó un récord histórico en el 10,5% del crédito), pero ya no es sólo cosa del sector inmobiliario como hasta ahora. Según alertan las principales entidades del país, los impagos han saltado al resto de sectores de la economía, donde las empresas están asfixiadas tras cuatro años de crisis y ya no pueden devolver los créditos. Sobre todo si éstos han incrementado hasta la estratosfera sus intereses para que las entidades puedan mantener sus márgenes.

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