Guindos apadrina la candidatura de Belén Romana para dirigir el 'banco malo'

Es el puesto clave a repartir. En los próximos días, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) deberá decidir quién es el máximo responsable para dirigir los destinos de SAREB, el acrónimo con el que se ha bautizado al 'banco malo'. Y aunque existe un proceso de selección abierto, el Ministerio de Economía ha considerado oportuno hacer ver las bondades que reúne para el cargo la economista Belén Romana, candidata apadrinada por el propio Luis de Guindos para haber ocupado la presidencia de la CNMV y la dirección del Fondo de Rescate Europeo (MEDE), según fuentes próximas a la institución.

Con esta nueva candidatura, Belén Romana es la tercera vez que opta a un alto cargo en la Administración siempre bajo el amparo de Economía, que tiene en gran consideración la figura profesional de esta economista, que en la actualidad es secretaria general del Círculo de Empresarios y consejera de cotizadas como Banesto y Acerinox. Igual que Luis de Guindos, la aspirante a ocupar la dirección general de SAREB es técnico comercial y economista del Estado y formó parte del equipo económico del primer Gobierno del Partido Popular, donde fue directoral general de Política Económica y directora general del Tesoro.

Precisamente, su pasado en común con el actual ministro, sustituyó a Guindos cuando fue promocionado a secretario de Estado de Economía bajo las órdenes de Rodrigo Rato, han convertido a Romana en candidata para ocupar algún alto cargo con el actual Gobierno. Sin embargo, ninguna de las oportunidades en las que Luis de Guindos ha tratado de impulsar su candidatura ha terminado concretándose, en unas ocasiones por los conflictos de interés existentes y por otros por la falta de peso político del ministro dentro del Gobierno, que ha terminado decantándose por otras personas más afines al propio Partido Popular. 

La primera oportunidad tuvo lugar antes del verano, cuando se contempló que España asignara un responsable para la cúpula del Fondo Europeo de Rescate (MEDE) en compensación por la pérdida del puesto de José Manuel González Páramo en el órgano ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE). En esa ocasión, Guindos propuso que fuera Romana quien optara al puesto, aunque el hecho de que nuestro país fuera a ser el primer beneficiario de esos fondos terminó echando por tierra esa opción tras el rechazo del resto de socios europeos, que se decantaron para el cargo por el alemán Klaus Regling.

El segundo intento por hacer un hueco a Romana en la Administración tuvo lugar a la vuelta del verano. El ministro de Economía presentó su nombre como aspirante a presidir la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), donde ya había sido consejera, como en el Banco de España, por sus anteriores responsabilidades en el Gobierno de José María Aznar. Sin embargo, el padrinazgo de Guindos no fue suficiente y fue otra mujer, en este caso Elvira Rodríguez, diputada del PP y exministra de Medioambiente y exsecretaria de Estado de Hacienda, quien terminó accediendo al puesto por decisión del propio Mariano Rajoy.

Tras estos dos intento fallidos, Guindos vuelve a la carga con Romana. En realidad, la opción de dirigir el 'banco malo' se presenta como el último chance por parte del ministro para asignar a una persona de su confianza en un alto cargo de responsabilidad dentro del área económica. Precisamente el FROB, organismo público dependiente de Economía y sobre el que cuelga el nuevo SAREB, es una de las pocas parcelas donde el ministro ha tenido plena capacidad decisoria en su configuración, tanto para la designación de Antonio Carrascosa como máximo responsable como para el resto del equipo.

De momento, el FROB ha encomendado a la firma de cazatalentos Spencer Stuart la gestión del proceso de selección del núcleo duro del SAREB, que estará compuesto por un consejero delegado y seis directores generales responsables de área. Una estructura reducida que debe estar resuelta para finales de noviembre y que se irá dotando posteriormente de más profesionales, hasta más de un centenar, para gestionar los más de 60.000 millones de euros en activos adjudicados que las entidades nacionalizadas pretenden trasladar al 'banco malo'. Está en juego la gestión de la mayor inmobiliaria de todos los tiempos.