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La Sirena “se congela” al no poder hacer frente a los créditos bancarios
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LA EMPRESA DE 3i PIDE REFINANCIAR UNOS 100 MILLONES POR LA CAÍDA DEL CONSUMO

La Sirena “se congela” al no poder hacer frente a los créditos bancarios

La caída del consumo sigue causando estragos en las empresas de distribución. La última en sufrir las consecuencias es La Sirena, la cadena de tiendas de

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La Sirena “se congela” al no poder hacer frente a los créditos bancarios

La caída del consumo sigue causando estragos en las empresas de distribución. La última en sufrir las consecuencias es La Sirena, la cadena de tiendas de congelados propiedad de la firma de capital riesgo 3i. La sociedad británica, que compró el grupo catalán en 2006 por 150 millones, ha pedido a la banca refinanciar unos 100 millones de euros de un préstamo con amortizaciones parciales que no puede afrontar.

Fuentes próximas a La Sirena han confirmado las negociaciones con Rabobank, Natixix y BNP Paribas para alargar el vencimiento de la deuda, cuyo pago final debe realizarse entre 2014 y 2016, según los últimos datos oficiales de la compañía. 3i ha contratado los servicios de 360 Corporate y Akerton Partners para alcanzar un acuerdo con los acreedores, representados en las negociaciones por el propio Rabobank y por Rothschild.

Las conversaciones estén encaminadas a que el banco holandés y los franceses flexibilicen las exigencias firmadas en 2009, fecha en la que La Sirena ya pidió la primera refinanciación de la deuda. Además, 3i pretende que Rabobank, Natixis y BNP Paribas aporten capital nuevo a la sociedad para que pueda seguir funcionando, ya que tiene un patrimonio neto negativo y un fondo de maniobra también en números rojos.

Fuentes financieras apuntan a que no va ser fácil llegar a un acuerdo, planteado para finales de julio. Refinanciar una empresa española de consumo está casi prohibido por los comités de riesgo de la banca internacional, por supuesto totalmente reacia a conceder más dinero nuevo. Pero la otra opción es que las tres entidades financieras se queden con una compañía de retail, como le pasó a Société Générale, Bankia y Lloyds cuando se convirtió en el propietario de Dinosol por impago de Permira, otro private equity.

3i, que también le ha prestado otros 70 millones de euros a su participada, ya pidió el 30 de abril de 2009 un cambio en las condiciones del crédito sindicado original de 122 millones. La Sirena reconoció en ese momento que incumplía sus obligaciones con Rabobank, Natixis y BNP Paribas en relación a una serie de ratios financieros vinculados a la deuda. Tres meses después, la banca le concedió una dispensa provisional y le puso unos deberes que la cadena de congelados cumplió a rajatabla durante los doce meses siguientes.

Además, obligó a 3i a inyectar 5 millones más, al tiempo que  los administradores se comprometieron con las entidades financieras a constituir una garantía sobre la marca. Es decir, hipotecaron hasta el nombre. El 30 de julio de 2010 se firmó loa novación del préstamo cuyas condiciones incluían la revisión del cumplimiento de los ratos financieros hasta abril de 2013, el incremento de los márgenes del crédito bancario hasta el Euribor + 350 puntos básicos, el pago de comisiones de renovación y de amortiación y la renuncia a pignorar la marca.

La Sirena cumplió esas obligaciones hasta 2011, pero el endurecimiento de la crisis del consumo –por primera vez en 20 años ha caído el consumo de kilos por habitante- han puesto a la compañía contra la pared. Según los últimos datos oficiales, la sociedad tenía un patrimonio negativo de 54 millones de euros y un fondo de maniobra negativo de 16,63 millones.

La caída del consumo sigue causando estragos en las empresas de distribución. La última en sufrir las consecuencias es La Sirena, la cadena de tiendas de congelados propiedad de la firma de capital riesgo 3i. La sociedad británica, que compró el grupo catalán en 2006 por 150 millones, ha pedido a la banca refinanciar unos 100 millones de euros de un préstamo con amortizaciones parciales que no puede afrontar.