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El legado de MAFO: un Banco de España sin crédito y el sector financiero patas arriba
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SU SUSTITUTO DEBE AFRONTAR LOS RETOS DECISIVOS DE LA REFORMA

El legado de MAFO: un Banco de España sin crédito y el sector financiero patas arriba

Miguel Ángel Fernández Ordóñez va a abandonar el Banco de España el 10 de junio dejando a la institución en sus niveles más bajos de crecibilidad

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El legado de MAFO: un Banco de España sin crédito y el sector financiero patas arriba

Miguel Ángel Fernández Ordóñez va a abandonar el Banco de España el 10 de junio dejando a la institución en sus niveles más bajos de crecibilidad y en un momento crítico para la reforma financiera, cuando todas las entidades deben acometer sus planes de saneamiento y cuando se considera que habrá una nueva ronda de provisiones y que será inevitable apelar al dinero europeo para recapitalizar al sector. Y todo esto, en medio de un triple enfrentamiento del supervisor con la banca, el Gobierno y sus propios inspectores. Unos retos a los que tendrá que hacer frente el nuevo gobernador, que tendrá que ser elegido como muy tarde en el Consejo de Ministros del 8 de junio.

El papel del Banco de España en los últimos seis años bajo en mandato de MAFO ha sido criticadísimo por su incapacidad para frenar la orgía de crédito e inversión inmobiliaria del sector y, una vez que estalló la burbuja, para diagnosticar los males y ponerles remedio a tiempo, en lugar de dar "patadas adelante" que nos han conducido a la situación actual. Los 23.500 millones de dinero público para Bankia son el certificado de su fracaso, y hasta el ministro Luis de Guindos ha asegurado públicamente que el supervisor ha perdido su crédito, después de ningunearle con la contratación de dos consultoras internacionales para examinar las cuentas del sector.

Tiene una tarea muy ardua a partir de ahora. El 11 de junio, el día siguiente a la dimisión de MAFO, es el último para que las entidades presenten sus planes de cumplimiento del segundo Real Decreto de saneamiento del sector, con un impacto conjunto de unos 25.000 millones. Muy pocas entidades serán capaces de cumplir estos requisitos sin ampliar capital, y es de esperar que la mayoría de las medianas y pequeñas necesiten dinero público para conseguirlo.

Pero estos planes seguramente se quedarán en papel mojado cuando, cuatro días después, Roland Berger y Oliver Wyman, entreguen los resultados de sus test de estrés. Todo el mundo en el sector da por hecho que estas pruebas implicarán unas provisiones adicionales muy importantes, que pueden situarse en torno a 60.000 millones si se aplican, como parece, los criterios de saneamiento adoptados por Bankia.

Sin solución de continuidad, las cinco mayores entidades del país -Santander, BBVA, La Caixa, Bankia y Popular- deberán cumplir el estándar de la EBA de un core capital del 9% antes del 30 de junio. Y, tal como adelanta hoy El Confidencial, un mes después se presentará la valoración que van a realizar las cuatro grandes auditoras y que debe identificar definitivamente las necesidades del sector para, tal como todo indica, dar entrada al dinero del fondo de rescate europeo o del FMI, ante la insuficiencia de los resursos privados del sector y del Estado para cubrirlas.

Apagar los fuegos de MAFO

Y además de afrontar todos estos retos, lo mayores sin duda de la historia financiera española pese a las sucesivas reformas que hemos vivido en esta crisis, el nuevo inquilino de Cibeles tendrá que apaciguar el triple enfrentamiento que le deja MAFO en herencia. El de la institución con el Gobierno se resolverá de suyo puesto que será el Ejecutivo de Mariano Rajoy el que lo nombre. Más complicado será limar asperezas con un sector al que se le van a pedir enormes sacrificios, inyecciones masivas de dinero público, nuevas fusiones y más reducciones de oficinas y de empleados.

Pero la batalla más difícil de reconducir se antoja la que enfrenta a la dirección política del supervisor con sus inspectores, hartos de ser ninguneados por el gobernador y de que no se hayan tenido en cuenta sus advertencias sobre la situación del sector y sus consejos para reconducirla. De ahí que, en medios próximos al Banco de España, se considere muy importante que o bien el gobernador o bien el subgobernador conozcan bien la casa.

Las quinielas para el nuevo gobernador

En este sentido, circulan numerosas quinielas sobre el sustituto de MAFO, aunque los nombres más repetidos son Luis María Linde, el candidato de De Guindos, y Fernando Becker, actual director de recursos corporativos de Iberdrola, ex consejero de Economía de Castilla y León con Aznar y compañero de colegio de Rajoy, de ahí que oficiosamente sea el candidato del presidente. El primero conoce la casa -fue director general del Departamento de Internacional entre 1987 y 2000- pero tiene en contra su edad, ya que tendría que abandonar su puesto dentro de tres años con la normativa actual. El segundo precisamente adolece de desconocimiento de la supervisión bancaria.

Otro nombre que suena con fuerza es Ángel López Roa, miembro de la comisión ejecutiva y presidente de la comisión de auditoría del Banco de España, aunque también de avanzada edad. Tampoco se puede descartar a Pedro Pablo Villasante, ex director general de supervisión y actualmente en la AEB. El que parece descartado es José Manuel González Páramo, aunque el fin de su mandato como consejero del BCE coincide con el de MAFO. Sus relaciones con Rajoy no son demasiado buenas desde el episodio de crisis de deuda de agosto del año porque no le facilitó la famosa carta enviada por Trichet a Zapatero con el ajuste que tenía que hacer, según fuentes del sector.

De Guindos ha anunciado que pretende alcanzar un consenso con el PSOE sobre este nombramiento -considera un "tremendo error" el nombramiento unilateral de MAFO-, para lo cual ofrecería a Rubalcaba la elección del subgobernador. Según las fuentes, le ha presentado una terna con Soledad Núñez (ex directora general del Tesoro), Javier Vallés (ex director de la oficina económica de Zapatero)y José Manuel Campa (ex secretario de Estado de Economía). Los tres tienen en contra haber sido 'cómplices' de la fracasada reforma financiera del PSOE y que ahora tendrían que ordenar al sector lo contrario de lo que dijeron entonces.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez va a abandonar el Banco de España el 10 de junio dejando a la institución en sus niveles más bajos de crecibilidad y en un momento crítico para la reforma financiera, cuando todas las entidades deben acometer sus planes de saneamiento y cuando se considera que habrá una nueva ronda de provisiones y que será inevitable apelar al dinero europeo para recapitalizar al sector. Y todo esto, en medio de un triple enfrentamiento del supervisor con la banca, el Gobierno y sus propios inspectores. Unos retos a los que tendrá que hacer frente el nuevo gobernador, que tendrá que ser elegido como muy tarde en el Consejo de Ministros del 8 de junio.

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