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Goirigolzarri mantendrá sus 52 millones de BBVA pese a presidir Bankia
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PROCEDENTES DE SU PLAN DE PENSIONES EN LA ENTIDAD BILBAINA

Goirigolzarri mantendrá sus 52 millones de BBVA pese a presidir Bankia

José Ignacio Goirigolzarri se convertirá en el próximo presidente de la nacionalizada Bankia una vez que los consejos de administración de la entidad bancaria y de

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Goirigolzarri mantendrá sus 52 millones de BBVA pese a presidir Bankia

José Ignacio Goirigolzarri se convertirá en el próximo presidente de la nacionalizada Bankia una vez que los consejos de administración de la entidad bancaria y de su matriz, Banco Financiero y de Ahorros (BFA), aprueben su nombramiento. Su vuelta a la actividad laboral no supondrá, sin embargo, la pérdida de los 52,5 millones del plan de pensiones que acumuló hasta su marcha de BBVA.

El banquero vasco dejó el segundo grupo financiero español en octubre de 2009 después de una disputa con Francisco González por la presidencia de BBVA, de la que finalmente salió perdedor. Ahora, su contrincante en aquella pelea no ha puesto ningún problema para que Goirigolzarri vuelva a la primera línea de fuego del poder bancario y que el ex consejero delegado mantenga su pensión mientras trabaja.

Esta ha sido una de las condiciones impuestas por el número dos de BBVA para ponerse al frente de Bankia. La solución ha sido relativamente fácil, ya que cuando la entidad con sede en Bilbao acordó su marcha se externalizó el cobro de sus 52,5 millones de euros. Por tanto, BBVA ya no tenía ningún tipo de influencia sobre la gestion de ese retiro, que a día de hoy asciende a cerca de 46 millones de euros. De hecho, la cláusula de no competitividad, que le impedía fichar por otro banco durante dos años, venció en octubre de 2011.

La salida de Goirigolzarri se escenificó mediante una dimisión voluntaria por la cual el directivo se prejubilaba anticipadamente a los 55 años de edad. Aunque el consejero delegado de BBVA había acumulado 52,5 millones en concepto de pensiones, el acuerdo de prejubilación se estructuró mediante el pago de unos tres millones de euros al año con carácter vitalicio.

Una pensión ligeramente inferior al sueldo de cuatro millones de euros que había percibido en el último ejercicio y que, en caso de fallecer, su mujer seguiría percibiendo en parte. Ahora, como presidente de Bankia, cobrará no más de 600.000 euros al aplicársele el real decreto del pasado mes de febrero que limita las retribuciones en los bancos con ayudas.

Fuentes oficiales de BBVA han comentado que no han recibido ningún tipo de solicitud de permiso del Gobierno sobre Goirigolzarri, pese a que es más que conocido la cercana relación de González con los primeros espadas del Ejecutivo de Mariano Rajoy. El presidente de BBVA fue el más reticente a salvar a Bankia mediante ayudas públicas y el único que se negó a comprar acciones en la Oferta Pública de Suscripción (OPS) del pasado verano.

Una carrera a la sombra de Uriarte

Goirigolzarri comenzó a trabajar en la entidad vasca a los 24 años, en el Departamento de Planificación Estratégico del antiguo Bilbao. Poco a poco se convirtió en hombre de confianza de Pedro Luis Uriarte, el consejero delegado que le ascendió a subdirector general en 1998.

Desde 1999, tras la fusión con Argentaria, se dedicó en exclusiva al negocio del banco en Latinoamérica y en su período de gestión se realizó la compra de la entidad mejicana Bancomer. Fuentes próximas a Goirigolzarri apuntan que allí fue donde aprendió a gestionar bancos en crisis, por lo que consideran que es un hombre totalmente preparado para dirigir una entidad en la situación límite de Bankia.

Un conocimiento que se combina con su experiencia como director general del área minorista de todos los bancos de BBVA, cargo que ocupó durante casi ocho años. Tras la salida de Uriarte por el escándalo de los planes de pensiones en paraísos fiscales (abril de 2002), el nuevo presidente de Bankia fue nombrado consejero delegado hasta su propia dimisión a finales de 2009.

José Ignacio Goirigolzarri se convertirá en el próximo presidente de la nacionalizada Bankia una vez que los consejos de administración de la entidad bancaria y de su matriz, Banco Financiero y de Ahorros (BFA), aprueben su nombramiento. Su vuelta a la actividad laboral no supondrá, sin embargo, la pérdida de los 52,5 millones del plan de pensiones que acumuló hasta su marcha de BBVA.