Aviso de los mercados a Rajoy: se tiene que poner las pilas de inmediato

"Los mercados no dan segundas oportunidades, sólo una. Así que hay que aprovecharla". Estas palabras de un gestor de un fondo internacional resumen el aviso que el derrumbe de Italia supone para Mariano Rajoy cuando, salvo sorpresa, se convierta en Presidente del Gobierno el 20 de noviembre. "Se tiene que poner las pilas de inmediato porque no se le va a consentir que tarde meses en emprender los ajustes", añade.

Este aviso coincide con las palabras del expresidente José María Aznar el martes, cuando dijo que “España no tiene tiempo para cien días de cortesía, para luna de miel; tenemos que tomar decisiones nada más llegar porque el mundo entero, Europa por supuesto, están pendientes de las decisiones que tomemos”.

El candidato popular parece haber tomado nota de estas advertencias, según declaró anoche en una entrevista televisiva. Sin embargo, eludió hablar de un compromiso claro, dentro de la ambigüedad que le caracteriza: "Yo creo que hay que tomar medidas pronto, pero tampoco es cuestión de decir 100 días, 90, 80… Sí que es muy importante mandar un mensaje que genere confianza tanto dentro de España como fuera de España, donde tenemos muchas dificultades con nuestra financiación".

"El mercado concedió a Berlusconi una oportunidad y no fue capaz de aprovecharla. Y por eso le ha pasado lo que estamos viendo. Si Rajoy no quiere que le ocurra lo mismo, tiene que tomar medidas contundentes desde el primer día. Si empieza a aplazarlo o toma medidas tímidas, no se lo perdonarán", añade otro analista español.

JP Morgan envió ayer una nota a clientes en la que coincide con esta premura y añade que refinanciar los  300.000 millones de vencimientos de deuda púlbica y privada previstos en 2012 a los costes actuales hará imposible alcanzar los objetivos de déficit y de crecimiento. "Es mejor se impopular antes de que el mercado te obligue. Si el nuevo Gobierno no toma decisiones rápidamente, otros las tomarán por él, como vimos en mayo de 2010 o con Italia esta semana".

A su juicio, las reformas inaplazables son finalizar la reestructuración del sistema financiero, limpiar los balances de la banca de activos tóxicos (y cree que la opción del 'banco malo' es interesante y no demsaiado costosa), reformar el mercado laboral, reducir los empleados públicos, cambiar el sistema de pensiones , ajustar el mercado inmobiliario a la realidad, luchar contra el fraude fiscal y la corrupción, y también 'meter mano' a la sanidad y la energía.

Por supuesto, lo que aterrorizaría a los mercados es que Rajoy defendiera un mensaje como el de Rubalcaba en el debate: pedir dos años más de plazo para cumplir los objetivos de déficit prometidos a la UE. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, dijo ayer que sería bueno tener un mayor margen de maniobra presupuestario, aunque admitió que los compromisos hay que cumplirlos. Salgado defendía hasta hace un mes -al igual que el presidente Zapatero- que la reducción del déficit era la prioridad absoluta de toda su política.

España, peor que Italia

"En España están encantados con que toda la atención se centre en Italia, pero no deberían relajarse. Si el mercado ataca a una economía mucho más grande, diversificada y potente que la española, puede cebarse con España en cualquier momento si no toma las medidas adecuadas", explica un banco de inversión norteamericano que prefiere el anonimato.

En efecto, aunque el crecimiento de la economía italiana está estancado, tiene un ligero superávit primario (saldo presupuestario descontando el servicio de la deuda) y la Comisión Europea estima que alcanzará el 4,1% del PIB en 2013. Por el contrario, el déficit primario español se situaba en el 7,4% en 2010 y se espera que se reduzca al 2,1% en 2013.

Esto implica una capacidad mucho mayor de hacer frente a sus obligaciones, pese a que su deuda es mucho mayor: 1,9 billones de euros, el 120% del PIB. La española está por debajo de 700.000 millones, en el 70% del PIB aproximadamente. Por otro lado, Italia es uno de los países con más riqueza acumulada por sus ciudadanos, en torno a 8 billones, por lo que el impuesto sobre el patrimonio es la gran solución para sus problemas que propone la mayoría de analistas.