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Díaz Ferrán cierra el año de su ruina
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SE QUEDÓ SIN AIR COMET, MARSANAS... Y LA CEOE

Díaz Ferrán cierra el año de su ruina

Gerardo Díaz Ferrán terminó el año 2009 dando explicaciones por el cierre de Air Comet. Justo un año después abandonaba arrasado la presidencia de la CEOE,

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Díaz Ferrán cierra el año de su ruina

Gerardo Díaz Ferrán terminó el año 2009 dando explicaciones por el cierre de Air Comet. Justo un año después abandonaba arrasado la presidencia de la CEOE, tras doce meses horribilis en los que ha visto esfumarse, según él mismo admite, “los sueños de una vida”. Y puede que lo peor esté por venir. La ruina del imperio Marsans podría abrir la puerta a un largo rosario de visitas a los tribunales. Díaz Ferrán ya declaró como imputado a mediados de diciembre en relación con la operación Mar Blau, un presunto caso de corrupción entre los funcionarios de puertos de Baleares. La concesión a una de sus empresas estaría siendo investigada. Es la guinda a un año para olvidar.

 

El cierre de la compañía aérea, en la que Díaz Ferrán no pagaba las nóminas desde hacía meses, fue sólo el principio del fin. Días después se filtraba que el presidente de la CEOE y su socio, Gonzalo Pascual, no habían logrado devolver un crédito de 26 millones de euros a Caja Madrid, entidad de la que el propio Díaz Ferrán era consejero y que le había abierto expediente por impago. En marzo, el mes en que Air Comet presentaba el concurso de acreedores, el Ministerio de Economía disolvía Seguros Mercurio, la aseguradora del Grupo Marsans. El departamento de Elena Salgado justificaba la medida por la grave situación patrimonial y de liquidez de la sociedad.

Según los problemas empresariales de Díaz Ferrán crecían, sus apoyos en la CEOE se debilitaban. Inicialmente, el presidente recibió el amparo solidario de la mayoría de sus compañeros. En época de crisis, quién mejor que un empresario que lo está pasando mal para representar al colectivo. Más de una Junta Directiva se saldó con cálidos aplausos al presidente. Además, muchos entendían que Díaz Ferrán estaba sufriendo el castigo del Gobierno por no firmar la reforma laboral que tanto ansiaba Zapatero y que el presidente de CEOE terminó por rechazar en una acalorada cena a finales de julio de 2009. Díaz Ferrán no era tímido en dar pábulo a esa especie. Así lo hizo en la Junta de la patronal en la que explico el cierre de Seguros Mercurio.

Sin embargo, según pasaba el tiempo, los aplausos se iban haciendo más tímidos. Así hasta acabar en un silencio atronador. Había una parte oscura de en la gestión empresarial del presidente. ¿Es un buen ejemplo de empresario alguien que deja pasar ocho meses sin pagar las nóminas, como sucedió en el caso de Air Comet?¿Acaso no podía haber hecho algo antes en aras a la responsabilidad que todo empresario debe asumir para con sus trabajadores? Estos aprovechaban cualquier ocasión para responder a esta pregunta. La sede de CEOE se convirtió en escenario habitual de sus reivindicaciones. Y más de uno dentro de la casa empezó a darse cuenta del daño que estaba haciendo a la imagen de los empresarios. Su salida era cuestión de tiempo.

En todo caso, la agonía fue larga y plagada de sobresaltos. Un hito en el descenso a los infiernos del grupo fue la decisión de la asociación internacional de aerolíneas (IATA) de retirar en abril la licencia a viajes Marsans, a la que exigía un aval de 20 millones de euros por sus retrasos en los pagos. Una agencia que no puede vender billetes de avión sólo tiene un camino: bajar la persiana. Tras negociar la venta de su conglomerado de empresas con compradores imposibles -recuérdese el episodio de Batallajuanola-, Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual declaraban en junio el concurso voluntario de acreedores y la venta de su imperio empresarial a Ángel Cabo, experto en desguazar empresas en crisis. Se limitaba a asumir los pasivos y ponía en marcha una liquidación en toda regla.

Durante todo el proceso, Díaz Ferrán buscaba ganar tiempo. Vivía al día y en su propia burbuja. No pensaba ni a dos días vista. Quizás pensó que vender sus empresas le daría respiro en CEOE. Pero en la casa nadie se creyó la jugada. Los movimientos de los nuevos dueños se achacan al propio Díaz Ferrán. Y las prácticas de éste que van saliendo a la luz son cuando menos poco presentables. Por ejemplo, tanto él como Pascual se dieron de alta en Marsans dos meses antes de la quiebra para cobrar sueldos por valor de 340.000 euros...Y un finiquito de más de 20.000 euros. A finales de octubre, el presidente de los empresarios cedía a la presión y convocaba elecciones a la presidencia de la patronal. “El nuevo presidente tiene que haber pagado nóminas”, había dicho horas antes Arturo Fernández,  presidente de los empresarios madrileños. Es su concuñado. Ese era entonces el nivel de sus apoyos.

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Gerardo Díaz Ferrán terminó el año 2009 dando explicaciones por el cierre de Air Comet. Justo un año después abandonaba arrasado la presidencia de la CEOE, tras doce meses horribilis en los que ha visto esfumarse, según él mismo admite, “los sueños de una vida”. Y puede que lo peor esté por venir. La ruina del imperio Marsans podría abrir la puerta a un largo rosario de visitas a los tribunales. Díaz Ferrán ya declaró como imputado a mediados de diciembre en relación con la operación Mar Blau, un presunto caso de corrupción entre los funcionarios de puertos de Baleares. La concesión a una de sus empresas estaría siendo investigada. Es la guinda a un año para olvidar.

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