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¿Tiene futuro el modelo de la banca española? El sector se lanza al trading por la caída del crédito
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BASEILEA III TAMBIÉN DESINCENTIVA EL NEGOCIO TRADICIONAL

¿Tiene futuro el modelo de la banca española? El sector se lanza al trading por la caída del crédito

Con la quiebra de Lehman hace justamente dos años y el hundimiento del negocio de la banca de inversión en todo el mundo, el modelo de

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¿Tiene futuro el modelo de la banca española? El sector se lanza al trading por la caída del crédito

Con la quiebra de Lehman hace justamente dos años y el hundimiento del negocio de la banca de inversión en todo el mundo, el modelo de la banca española emergió como el claro ganador de la crisis. Un modelo de banca minorista basado en la proximidad con el cliente, con los riesgos medidos, que no se había dedicado a comprar títulos que nadie sabía lo que tenían detrás (y que resultaron ser tóxicos), que no realizaba ingeniería financiera, que contaba con la "maravillosa" provisión genérica y que se dedicaba exclusivamente al negocio bancario más básico: captar depósitos y conceder créditos.

Dos años después, este modelo triunfador está claramente cuestionado. No se trata sólo del estallido de la burbuja inmobiliaria o del explosivo aumento de la morosidad por culpa de la enorme tasa de paro de nuestro país. Más allá, ese modelo se ha agotado porque no hay demanda de crédito con la crisis (ni liquidez para concederlo en muchas entidades) y porque la subida del coste de los depósitos -con tipos superiores al 4%- frente a un Euribor que sigue por debajo del 1,5% -que es el que se aplica a los créditos- se está llevando por delante el margen de intereses, es decir, el del negocio puramente bancario.

Los resultados semestrales del sector corroboran este desplome de los márgenes que, sumado a las fuertes provisiones por morosidad y por los ladrillos que se han 'comido' en pago de préstamos incobrables, ha puesto a numerosas entidades al borde de los números rojos. La respuesta del sector ha sido desviar la potencia de fuego hacia otras áreas, básicamente mercados y tesorería, aunque también seguros, fondos y planes de pensiones.

Algo que tampoco pilla por sopresa, puesto que ya Caja Madrid apostaba a principios de año por la banca corporativa para compensar las fuertes pérdidas (estimadas en 400 millones en 2010) del negocio retail. En todo caso, este giro estratégico se ha traducido en unos fortísimos resultados de operaciones financieras (ROF) que se han conseguido fundamentalmente con recompra de deuda propia a precios muy bajos y pescando en el río revuelto de la deuda pública española.

"Nos han cargado con el peso de la cuenta de resultados, como si fuera fácil ganar dinero en este negocio. Pero es el signo de los tiempos y no queda más remedio que asumirlo", se resigna el responsable de la sociedad de valores de un banco.

El trading, ¿excepcional o recurrente?

Este giro estratégico plantea dos cuestiones fundamentales. La primera es si el negocio de tranding será capaz de suplir la caída del tradicional todo el tiempo necesario hasta que la economía empiece a recuperar en serio. La respuesta oficial de las entidades más activas en esta operativa es afirmativa, y añaden que ya llevan varios años generando un importante volumen de ROF.

Sin embargo, los analistas no lo tienen tan claro. Marc Batllé, de Elcano, asegura que "el trading es un juego casi de suma cero y en todo caso, es un one off (extraordinario), no se puede considerar beneficio recurrente". A su juicio, es muy peligrosa la tentación de "jugar a la curva de tipos", es decir, de financiarse en el BCE al 1% para invertirlo en deuda pública al 4%. "Hay mucha gente jugando a este juego, pero, en cuanto suban los tipos, van a tener un problema muy serio", concluye.

En UBS, en cambio, se muestran más optimistas sobre este carry trade, puesto que piensan que, aunque el BCE puede empezar a subir tipos a mediados de 2011, lo hará de forma muy moderada. Al mismo tiempo, sus analistas no creen que la prima de riesgo de España vaya a reducirse de forma notable hasta 2012, pese a que se irá moderando poco a poco. Por tanto, pueden quedar un par de años por delante en los que este juego seguirá siendo muy rentable.

La segunda pregunta es si tiene sentido mantener un modelo de negocio que, incluso cuando la economía se recupere, no va a volver en muchísimo tiempo a las tasas de crecimiento anteriores a la crisis. Algo que se cuestiona todavía más con las nuevas normas de Basilea III.

S. McCoy argumentaba el lunes pasado en Cotizalia que el grueso del ajuste derivado de estos requisitos tendrá que hacerse mediante una reducción del activo. "Además, tal ajuste se hará de forma acelerada en aquellos elementos que incorporen mayor riesgo (como los créditos sin garantía al sector privado)  y de modo mucho más lento en aquellos que no consumen recursos y permiten obtener margen, caso de la deuda soberana".  Es decir, que el menor consumo de capital fomentará todavía más el trading de deuda sobre la concesión de crédito.

La única opción segura: subir las comisiones

Por tanto, el escenario es muy complicado para el modelo de banca española, con el crédito condenado durante mucho tiempo y una alternativa, el trading, que se presenta muy incierta. ¿Hay alguna vía intermedia para salir del paso, al menos a corto plazo? Sí: subir las comisiones.

Batllé establece un paralelismo entre el Banco Santander y el banco nortamericano con un modelo más parecido, Wells Fargo. Mientras en el banco de Emilio Botín casi el 70% de los ingresos vienen de la intermediación (tomar prestado dinero para prestarlo), en Wells Fargo el 60% se genera a través de comisiones. "Los bancos en EEUU están mucho mejor preparados, y además allí el ajuste de los precios inmobiliarios y de los demás activos ha sido mucho más drástico".

Este analista considera que "la única salida es cobrar más comisiones por todas las operaciones bancarias". En España estamos acostumbrados a no pagar nada -o muy poco- cuando tenemos la nómina o una hipoteca en la entidad. Pero con este panorama, tendremos que asumir que nos van a cobrar hasta por tener el dinero en el banco.

Con la quiebra de Lehman hace justamente dos años y el hundimiento del negocio de la banca de inversión en todo el mundo, el modelo de la banca española emergió como el claro ganador de la crisis. Un modelo de banca minorista basado en la proximidad con el cliente, con los riesgos medidos, que no se había dedicado a comprar títulos que nadie sabía lo que tenían detrás (y que resultaron ser tóxicos), que no realizaba ingeniería financiera, que contaba con la "maravillosa" provisión genérica y que se dedicaba exclusivamente al negocio bancario más básico: captar depósitos y conceder créditos.

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