¿Otra fuga de talentos? Los ingenieros civiles huyen de la India

La India ha dejado de ser El Dorado de la ingeniería civil. Hasta hace no mucho, el país ocupaba un lugar privilegiado en el panorama mundial dentro de la tecnología y la ingeniería. De hecho, muchos de los trabajadores que contribuyeron a la innovación y al desarrollo económico de Estados Unidos eran inmigrantes cualificados procedentes de países como India y China, que pasado un tiempo volvieron a sus lugares de origen en busca de más oportunidades.

Ahora las cosas son diferentes para uno de los segmentos de la ingeniería india. Sólo hay que darse un paseo por lugares como Pune para comprobar que lo que adorna el paisaje son puentes derrumbados, vías férreas desvencijadas, baches en las carreteras y una red eléctrica tan poco fiable que muchos edificios cuentan con sus propios generadores para asegurar el suministro de luz. La ingeniería civil ha caído en picado como consecuencia de la escasez de licenciados que trabajan en este sector, tal y como recoge The New York Times. ¿La causa? Han huido masivamente a otros segmentos en busca de salarios más elevados.

Las políticas del gobierno indio de fomentar las carreras técnicas dentro del sistema educativo y ayudar a los estudiantes para que accedan a importantes becas y programas de estudio en lugares como Estados Unidos o Europa no han caído en saco roto, como tampoco el prestigio de sus universidades e institutos tecnológicos -que se encuentran entre los mejores del mundo- ni sus brillantes mentes ingenieras. Pero no han servido de mucho. No si lo que se encuentran al licenciarse son salarios ínfimos. Lo más fácil para ellos es recurrir entonces a otras ramas de la ingeniería.

El Gobierno invierte en infraestructuras

El problema no es la falta de inversiones por parte del Gobierno indio, pues éste se ha puesto manos a la obra y quiere destinar 500 millones de dólares a infraestructura en 2012. Sólo para los próximos cinco años, la partida prevista por el Ejecutivo del país es de un millón de dólares. El inconveniente son los bajos salarios.

Entre otras cosas, el sector privado es muy reacio a pagar más. Normalmente no invierten en formación de jóvenes ingenieros. Aunque la industria privada ha aumentado ligeramente sus salarios en los últimos años, un sueldo medio de un ingeniero técnico oscila en los 420 dólares.

Por ello, muchos de los que se licencian en ingeniería civil no ejercen como tales. En vez de eso, buscan otros empleos mejor remunerados. Ésta es una de las razones de que, en 2008, el Banco Mundial estimara que la India necesitaría el triple de ingenieros civiles para satisfacer las necesidades de infraestructura.

La ingeniería civil no genera puestos de trabajo bien remunerados, pero la industria tecnológica sí lo hace. El 'trasvase' de ingenieros a este sector es abrumador, incluso ya en la universidad. De hecho, en 1990, eran 13.500 los estudiantes que se decantaron por la ingeniería civil, mientras que los departamentos de tecnología e informática contaban con plazas para 12.100. En cambio, en 2007, debido al fuerte desarrollo experimentado por la industria del software, estos programas fueron solicitados por 193.500 estudiantes, frente a los 22.700 de ingeniería civil, que se estancaron notablemente.

El caso de Vishal Mandvekar, ingeniero civil de 26 años, es sólo un ejemplo. Ahora trabaja como ingeniero informático diseñando software para un fabricante de automóviles japonés y percibe un salario de 765 dólares al mes. Es más del triple de lo que ganaba cuando supervisaba una construcción de edificios en 2006.

La escasez de ingenieros civiles no sería tan importante si no fuera porque tiene peligrosas consecuencias. El pasado año, el derrumbamiento de un puente en obras del metro de Nueva Delhi se saldó con cinco trabajadores muertos y más de 14 heridos. Su responsable tuvo que dimitr tras un informe del Gobierno que culpaba culpó a fallos en el sistema.