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Vaya semanita: el Ibex se paseó por el abismo... y acabó con subidas
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FORTÍSIMA VOLATILIDAD Y ESCENAS DE PÁNICO

Vaya semanita: el Ibex se paseó por el abismo... y acabó con subidas

Después de la semana más histérica desde 2008 (la pasada), la bolsa española no ha logrado tranquilizarse en la actual. Ni mucho menos. Es más, hemos

Después de la semana más histérica desde 2008 (la pasada), la bolsa española no ha logrado tranquilizarse en la actual. Ni mucho menos. Es más, hemos vivido una volatilidad enorme, con oscilaciones de más del 6% entre máximo y mínimo algunos días, gran nerviosismo e incluso momentos de pánico. En el lado positivo, soportes tan importantes como los 9.000 puntos del Ibex han resistido e incluso el saldo semanal ha sido positivo: +0.99%. En el negativo, la huida masiva del dinero de los activos de riesgo y, en especial, de los países periféricos de la zona euro.

El lunes fue una sesión histérica después de que el viernes anterior el Ibex sufriera su mayor caída desde octubre de 2008, pero que acabó con una caída mínima del 0,31%. El martes los alcistas retomaron el mando y lograron un rebote del 3,68% gracias a una relajación de los mercados de deuda y de divisas. Pero poco duró la alegría, porque el miércoles volvieron los descensos (del 2,61%) tras la sorprendente prohibición de las posiciones cortas (bajistas) más agresivas en Alemania, descensos que se prolongaron el jueves cuando el Ibex llegó a hundirse el 4% en medio del pánico de los inversores internacionales. No obstante, la recuperación del euro desde mínimos de cuatro años permitió recortar los descensos al cierre hastra el 1,13%. Finalmente, el viernes volvió a probar los 9.00 puntos, que aguantaron y dieron paso a un rebote final del 1,48%.

Lo peor es que los expertos no esperan que se tranquilicen los ánimos a corto plazo. "El mercado está muy nervioso y cualquier noticia, o incluso un rumor, es capaz de provocar grandes movimientos al alza o a la baja. Hasta que no se recupere la confianza no se van a normalizar las cosas, y eso es muy complicado porque cada vez hay más temores e incertidumbres", opina un operador de un broker nacional.

Se refiere a que ya no sólo se trata de la desconfianza en la capacidad de los países periféricos, los famosos PIIGS, de reducir sus déficit y hacer frente a su deuda. Ahora también tenemos encima de la mesa una descoordinación evidente en el seno de la UE porque Alemania adopta medidas por su cuenta y exige a los demás países compromisos que no pueden aceptar (como prohibir el déficit en sus constituciones); dudas sobre la viabilidad del euro sin una unificación fiscal, que han desatado rumores de intervención por parte del BCE; una economía norteamericana que empieza a acusar el impacto de la crisis europea y que amenaza con volver a la recesión e incluso entrar en deflación; y, por si esto fuera poco, una ralentización excesiva en China que también puede golpear también a la economía mundial.

El dinero huye del riesgo

Con este panorama, los inversores internacionales han hecho lo más lógico: olvidarse de todos los activos de riesgo y refugiarse en los que se perciben como más seguros. De ahí que el Bund alemán se encuentre en máximos históricos de precio (mínimos históricos de rentabilidad, en torno al 2,6%), que el oro ande por los 1.200 dólares o que el franco suizo se haya disparado. Y que el VIX (índice de volatilidad de Wall Street) se haya disparado a la estratosfera, que el dinero salga a espuertas de los fondos de bolsa o que el CDS (seguro contra el riesgo de impago) de España haya superado de nuevo los 200 puntos básicos; el máximo histórico se encuentra en 274, marcado el 6 de mayo.

El pesimismo se impone entre los analistas, que mayoritariamente auguran caídas adicionales respecto a los niveles actuales en las próximas semanas. Algunos, como Nouriel Roubini -el gurú de la crisis-, cifran esta caída hasta en un 20%. Aunque también hay otros nombres prestigiosos que afirman que nos encontramos en una oportunidad de oro para entrar ahora en el mercado con los precios por los suelos. Pero claro, eso exige echarle mucho valor.

El análisis técnico nos dice que se ha establecido una banda de cotización en los principales índices muy amplia, lo que da margen para ver fuertes vaivenes sin que eso signifique una señal alcista o bajista. Sólo cuando se supere el techo de esta banda (en torno a los 10.400 puntos en el Ibex) podremos confiar en una reanudación fiable de las alzas. Pero si se pierde el suelo (los 9.000 del Ibex y, como confirmación de finitiva, los 8.800), se abrirá la caja de los truenos y podríamos bajar sin problemas hasta los 8.000. Como mínimo.

Después de la semana más histérica desde 2008 (la pasada), la bolsa española no ha logrado tranquilizarse en la actual. Ni mucho menos. Es más, hemos vivido una volatilidad enorme, con oscilaciones de más del 6% entre máximo y mínimo algunos días, gran nerviosismo e incluso momentos de pánico. En el lado positivo, soportes tan importantes como los 9.000 puntos del Ibex han resistido e incluso el saldo semanal ha sido positivo: +0.99%. En el negativo, la huida masiva del dinero de los activos de riesgo y, en especial, de los países periféricos de la zona euro.

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