Peligra la salvación de Reyal Urbis por culpa de BBVA y Eurohypo

La salvación de Reyal Urbis se complica por momentos. Pese al acuerdo inicial alcanzado con sus 10 principales acreedores, que adelantó El Confidencial el 17 de diciembre, dos miembros de ese grupo se resisten todavía a firmar el pliego de condiciones: BBVA y Eurohypo. Según fuentes de las negociaciones, ambas entidades se oponen a la concesión de un nuevo crédito de 150 millones para que la inmobiliaria de Rafael Santamaría pueda seguir viva hasta que venda sus principales edificios.

Los otros ocho bancos miembros del comité director (steering committee) sí suscribieron este pliego de condiciones antes de la teórica fecha límite para hacerlo: el 31 de diciembre. Se trata de Santander, Banesto, Caja Madrid, Royal Bank, Popular, Barclays, Unicaja y Sabadell. Una vez vencido este plazo, no hay un nuevo deadline explícito y se continúa negociando, pero si no se llega a un acuerdo rápidamente con BBVA y Eurohypo, la empresa se verá abocada al concurso de acreedores. Un portavoz de BBVA declinó hacer comentarios.

Y ni siquiera la adhesión final de estas dos entidades díscolas garantizaría la salvación de la compañía, ya que se trata de una condición necesaria pero no suficiente. Una vez aceptado este documento por los principales acreedores -conocido como term sheet y que recoge los principales puntos del plan elaborado por Lazard para refinanciar la deuda de 5.000 millones de euros-, debe firmarlo también el resto de los 49 bancos y cajas que tienen créditos más pequeños con Reyal Urbis. Algo que nunca es sencillo porque existe la posibilidad de que alguno se descuelgue.

Tal como adelantó también El Confidencial en octubre, el plan de Lazard requiere a los bancos un préstamo adicional de 150 millones para asegurar la continuidad del negocio a la espera de que se puedan vender los principales edificios propiedad de la compañía sin tener que aceptar precios ridículos por ellos. Con ese dinero se liquidaría la deuda con los acreedores no financieros.

Además, el plan prevé un aplazamiento del pago de la deuda bancaria durante tres años. A cambio de estas concesiones, las entidades han impuesto una reducción al mínimo imprescindible de los gastos y las inversiones, la supresión de la actividad promotora y el nombramiento de un controller que dirija la gestión de la compañía durante esos tres años, con lo que Santamaría perdería sus funciones ejecutivas.

Santamaría, otro obstáculo

Esta exigencia ha sido otro de los principales obstáculos en las negociaciones, porque algunas entidades han llegado a pedir directamente la cabeza de Santamaría para acceder a la refinanciación, al considerar que la persona que ha llevado a la inmobiliaria al borde de la quiebra no puede seguir gestionándola. Parece que esta dualidad en la dirección de la empresa es una solución salomónica que ha satisfecho a ambas partes, aunque las fuentes consultadas no descartan que surjan nuevos problemas en este punto.

En todo caso, las condiciones que impone el plan de Lazard son muy duras de aceptar para la banca: además de no cobrar un euro durante tres años, tienen que poner todavía más dinero en una empresa de dudosa viabilidad si no se recupera el mercado inmobiliario español. No obstante, en una entidad aseguran que "a nadie le interesa un concurso y tener que provisionar toda esa deuda tal como está la situación de la banca", de ahí que confíen en que finalmente se llegue un acuerdo.

No obstante, los precedentes no son demasiado alentadores. En el reciente caso de Nozar, la situación era muy parecida, con el añadido de que los bancos acreedores estaban muy satisfechos con la gestión de la crisis realizada por Luis Nozaleda, a diferencia de lo que ocurre con Santamaría. Además, el préstamo adicional que solicitaba la compañía era de sólo 70 millones. Y aun así, la inmobiliaria acabó en concurso.