Es noticia
Bill Clinton decepciona en Sevilla
  1. Economía
LOS EMPRESARIOS ANDALUCES ESPERABAN RECETAS CONCRETAS

Bill Clinton decepciona en Sevilla

“Yo esperaba mucho, mucho más. Ha estado bien, pero a mí  no me ha aportado nada. ¡Y me he venido a Sevilla perdiéndome el partido del

Foto: Bill Clinton decepciona en Sevilla
Bill Clinton decepciona en Sevilla

“Yo esperaba mucho, mucho más. Ha estado bien, pero a mí  no me ha aportado nada. ¡Y me he venido a Sevilla perdiéndome el partido del Unicaja de la Euroliga!”. El testimonio, recogido por El Confidencial apenas diez minutos después de terminar la conferencia de Bill Clinton en Sevilla, es del presidente de una de las empresas que más factura en Málaga. 53 minutos de intervención más una propina de 10 minutos de preguntas cuidadosamente seleccionadas no fueron del agrado de la mayoría de los 700 empresarios invitados por la Escuela Andaluza de Economía, dependiente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA).

“Clinton ha estado confuso, ha intentado incluir demasiados conceptos”, comentaban tras la charla un grupo de dirigentes sevillanos. Un directivo de una caja andaluza admitía a este diario que el político norteamericano había aportado “cosas interesantes, pero con un discurso desordenado, sobre todo cuando ponía ejemplos”. Al arquitecto Jaime Montaner, ex consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía, le pareció estupendo el parlamento Clintoniano. “Ha elaborado un discurso valiente. La energía es clave para resolver las grandes injusticias y desigualdades”.

José Rodríguez de la Borbolla, jefe del Gobierno andaluz en la década de los ochenta, charla con el periodista a pocos metros de su antecesor, Rafael Escuredo y la socialista Amparo Rubiales. “Su conferencia”, explicó a El Confidencial, “ha sido un claro exponente de que en el mundo necesitamos gente como él: líderes. El planeta adolece de liderazgos. ¿Por qué no crear un Consejo Mundial de Ancianos para que los dirigentes de ahora recurran a ellos para que  den pistas para resolver los grandes problemas?”.

El director de la Escuela Andaluza de Economía, Manuel Ángel Martín, piensa que se equivocan los empresarios que vienen a estos actos esperando que el presidente número 42 de Estados Unidos les pueda aportar una receta mágica para escapar de la crisis. “Él no puede bajar al terreno, al día al día. Ni al caso español, ni mucho menos al andaluz”. Con todo, Clinton, que empezó su exposición con 30 minutos de retraso, se mostró algo incrédulo cuando se interrogó cómo era posible que España siendo un líder en energías renovables esté como está. “Me sabe muy mal lo ocurrido aquí. Antes de la crisis su país estaba haciendo un gran esfuerzo en materia energética. En España el 25% de la energía procede de fuentes renovables, tres veces más que el porcentaje de Estados Unidos. ¿Por qué no os ha protegido más?”.

William Jefferson Clinton (su segundo nombre fue recalcado con insistencia en la presentación de Santiago Herrero, presidente de la CEA) inició su discurso expresando un inesperado mea culpa. “Pido perdón porque la crisis empezó en Estados Unidos”, resaltó. ¿Ha pasado ya la peor?, se preguntó. En Estados Unidos, estadísticamente, ya no está en recesión. Pero la crisis persiste. “En el mundo laboral y empresarial sigue aumentando el paro y los bancos no prestan dinero”, destacó tras insinuar que España saldría del crecimiento negativo “en los próximos seis o nueve meses”.

Clinton conoce los “problemas en creación de empleo de España”: (“Su tasa de desempleo no es sostenible”) y que al país le conviene echar las luces largas, sin miradas cortoplacistas. “Hay que pensar en el largo plazo para que la economía mejore”. Por si alguien del auditorio se lo estaba pensando se dejó seducir laboralmente: “Si me contratan como asesor financiero examinaría un sistema de financiación que fuera rentable para cada edificio de negocios y hospital fuese sostenible desde el punto de vista ecológico”.

Sin miedo a la globalización

No tiene ninguna duda Clinton que España ha hecho “muchas cosas bien”, sin olvidar la disciplina y el “compromiso con el futuro energético y limpio porque el futuro de sus nietos depende de cómo funcionar bien y encontrar un modo de hacerlo mejor”. Y animó a los asistentes: “No tengan miedo de la globalización. Cuando un gato se sienta encima de la chimenea, ese gato jamás luego se sentará en un sitio frío. Hay que aprender las lecciones de esta crisis. Soy muy optimista de cara el futuro. Estoy convencido que el siglo XXI será el más emocionante y próspero de la Humanidad”.

Esas fueron las últimas palabras de su conferencia. Luego Clinton se declaró “conservador desde el punto de vista fiscal”. Recordó que en sus ocho años al frente de la Casa Blanca (1993-2001) abogó por encontrar “un equilibrio presupuestario” y lo consiguió: dejó superávit. Ahora en época de crisis se declara claramente partidario de aumentar el gasto y alertó del “nerviosismo” de los países de la Unión Europa por “intentar volver al 3% de crecimiento del PIB”. “El déficit”, apostilló,  “será menor que lo que creen. Europa y Estados Unidos volverán a buscar un presupuesto equilibrado. Si España sigue en la recesión, la Unión Europea debería tener un poco más de margen para que pudiera estimular más la economía y luego volver a la disciplina fiscal”.

Clinton, muy agradecido por estar de nuevo en Andalucía, recordó que en España cuenta con “muy buenos amigos”. “Disfruté trabajando con Felipe González y José María Aznar. Yo no estaba contra ninguno de los dos, soy amigo de ambos”.  Sin embargo, como ya anunció ayer este diario, ni González ni Aznar escucharon las palabras del amigo Bill. Y Clinton ni siquiera una vez mencionó a José Luis Rodríguez Zapatero.

“Yo esperaba mucho, mucho más. Ha estado bien, pero a mí  no me ha aportado nada. ¡Y me he venido a Sevilla perdiéndome el partido del Unicaja de la Euroliga!”. El testimonio, recogido por El Confidencial apenas diez minutos después de terminar la conferencia de Bill Clinton en Sevilla, es del presidente de una de las empresas que más factura en Málaga. 53 minutos de intervención más una propina de 10 minutos de preguntas cuidadosamente seleccionadas no fueron del agrado de la mayoría de los 700 empresarios invitados por la Escuela Andaluza de Economía, dependiente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA).

Bill Clinton