El debut ¿imposible? de Rafa Nadal en Roland Garros: derrotar a Zverev y a su propio cuerpo

El revés ha llegado en el peor momento, y no se ha efectuado precisamente con una raqueta. Rafa Nadal debutará en Roland Garros ante Alexander Zverev, uno de los peores rivales posibles del sorteo. La simbiosis con la tierra de París le ha permitido cumplir allí sus mejores sueños, aunque ahora pueden tornarse en pesadilla. La eliminación en el primer partido es una hipótesis poco descabellada, pero nunca hay que descartar una proeza. Así ha sido y es la carrera de Rafa.

Las experiencias en Barcelona, Madrid y Roma eran el prólogo antes del capítulo más deseado. La espera para su regreso se prolongó hasta la temporada de tierra batida, donde se vieron destellos, pero no esa luz celestial que tanto se añoraba. El sueño de los aficionados era encontrar en Roland Garros su mejor versión, y todavía es posible, aunque suene a utopía.

Zverev es el vigente campeón del Masters 1.000 de Roma. En conversación con Relevo, Álex Corretja indicó que es uno de los favoritos en Roland Garros tras su reciente triunfo. Y que va a ser muy complicado ganarle. Todavía no se había producido el sorteo, claro. Rafa no está en su mejor momento, pero hay algo en su fisonomía que invita al entusiasmo. A creer cuando lo más sensato sería fundar un club de incrédulos.

El bagaje de las rondas previas es una de las bazas de Nadal para que su presencia en París no sea efímera. Tener enfrente a rivales de menor envergadura se antojaba fundamental para ganar la experiencia que ahora le falta, cuando ha dejado de ser imberbe, paradojas de la vida. Su adversario, sin embargo, es de talla mundial y hay que colocarlo como favorito, aunque Rafa siempre haya contado con esa vitola en Roland Garros, igual que su querido Madrid en la Copa de Europa.

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El afán por competir

París es la tierra del amor, el lugar en el que Rafa ha mantenido quizás el mayor idilio entre en un deportista y un torneo. Los romances tienen mucho de azar y de destino, de dolor y de disfrute, como dijo Mario Vargas Llosa. Ahora que Nadal ya ha conocido de sobra la cara dulce, no hay que descartar que le toque ver la más amarga. Porque el deporte siempre hay vencedores y vencidos.

Rafa, sin embargo, ya ha ganado, con independencia de lo que ocurre ante Zverev. La audacia se demuestra en acciones como la suya, porque podría haber optado por disfrutar de su familia en Mallorca. Pero ha elegido pelear hasta el final en la tierra de París; ha escogido dar golpes con la raqueta, aunque le puedan dar un revés en el corazón.

Un partido imprevisible

Nadal está a la misma distancia de ganar a Zverev en primera ronda que de ser superado sin ofrecer resistencia. Quizás por eso nadie en España haya sido ajeno a sus hazañas, porque lo imprevisible es lo que apasiona. Y con Rafa no hay nada predefinido.