Es noticia
Rafa Nadal sobrevive al drama (y a su cuerpo) y vence a De Miñaur en Madrid (7-6 y 6-3)
  1. Deportes
  2. Tenis
VICTORIA DE MUCHÍSIMO PESO

Rafa Nadal sobrevive al drama (y a su cuerpo) y vence a De Miñaur en Madrid (7-6 y 6-3)

El balear se llevó el primer set en un épico 'tie-break' tras haber estado con desventaja. Elimina así al australiano, su verdugo la semana pasada en el Conde de Godó en Barcelona

Foto: Nadal celebra el primer set. (EFE/Sergio Pérez)
Nadal celebra el primer set. (EFE/Sergio Pérez)

Hay epílogos felices y otros en los que se instaura el drama. Porque la carrera de Rafa Nadal, en este adiós en diferido, se ha convertido en una incógnita permanente. Es conocer si le acompañarán las fuerzas, no en si será capaz de vencer al adversario. No se trata en exclusiva de sobrevivir frente al rival, es una supervivencia ante su propio cuerpo. Y frente a De Miñaur en el Mutua Madrid Open logró ambas cosas, con una victoria de las que se añoraban (7-6 y 6-3).

El apoyo fue ensordecedor al español, en una pista sin asientos libres. Los aficionados acudieron a resolver el enigma: saber si sería el último partido de Nadal en Madrid. Los pronósticos auguraban una derrota ante De Miñaur, verdugo hace una semana en el Conde de Godó. Pero Rafa se cobró su venganza personal. Aunque en Barcelona estuviera mal, no había tocado fondo.

El break logrado en el primer saque de De Miñaur invitó a cambiar la perspectiva, a retrotraerse a épocas pasadas. Y pensar que Rafa no era la cenicienta del partido. La ventaja, sin embargo, fue efímera y la volteó el australiano. Era el momento perfecto para que aparecieran los fantasmas. Para que Nadal pensara que había llegado el momento de decir adiós a Madrid.

Si los encuentros de Nadal son ahora una batalla contra el adversario y contra su cuerpo, los rivales tienen también una doble tarea, vencer a Rafa y a su mente. Es imposible no atravesar momentos de bajón frente al balear. Su tenacidad lo convierte en un superhéroe también para los rivales, tentados de aplaudirlo más que de mostrarle oposición.

Un placentero segundo set

De Miñaur volteó la ventaja de Rafa en el primer set y lo tenía todo a favor para imponerse. Pero sobrevivir al drama también es erigirse como el Cid Campeador de la pista. Es ser buen jugador de póker e ir de farol, hacer que el adversario crea que todo está controlado, aunque con Nadal impere el escepticismo y no haya lugar para las certezas.

El día había empezado lluvioso en Madrid, y fue entonces cuando emergieron los nubarrones para De Miñaur. Porque Rafa forzó el tie-break y se lo llevó con suspense, con esa épica que siempre ha predominado en sus epopeyas; porque, aunque fuera un partido de tercera ronda, era un aliciente para él. Era confirmar que su cuerpo no sólo está para ganarle a un niño de 16 años.

El segundo set fue mucho más placentero, con una ventaja que esta vez no fue capaz de voltear De Miñaur. La cara era un poema de pura incomprensión. No se había percatado de que con Rafa no hay jaques que valgan, sino que se precisa un jaque mate en toda regla.

Foto: Nadal, en su debut en el Mutua Madrid Open. (EFE/Juanjo Martín)

Los aplausos finales

Los 13 años de diferencia entre ambos era un arma de doble filo. Por un lado, De Miñaur sabía que físicamente era superior. Por otro, que Rafa haría valer su bagaje en Madrid, como así ocurrió. Estará por debajo de su nivel óptimo de forma, pero aun así es un rival con el que nadie quiere enfrentarse. Pocas veces celebró una victoria como esta.

El triunfo lo confirmó el rugido de Rafa, acompañado de los aplausos de los presentes. Había en la previa aroma a funeral, rápidamente apartados por Nadal con su juego. Con una victoria de mérito con el que vuelve a demostrar que los imposibles son posibles.

Hay epílogos felices y otros en los que se instaura el drama. Porque la carrera de Rafa Nadal, en este adiós en diferido, se ha convertido en una incógnita permanente. Es conocer si le acompañarán las fuerzas, no en si será capaz de vencer al adversario. No se trata en exclusiva de sobrevivir frente al rival, es una supervivencia ante su propio cuerpo. Y frente a De Miñaur en el Mutua Madrid Open logró ambas cosas, con una victoria de las que se añoraban (7-6 y 6-3).

Rafa Nadal
El redactor recomienda