Es noticia
El arma inesperada de Rafa Nadal en su regreso y el 'problema' que hizo sonreír a toda la grada
  1. Deportes
  2. Tenis
SUMA DOS PARTIDOS BRILLANTES

El arma inesperada de Rafa Nadal en su regreso y el 'problema' que hizo sonreír a toda la grada

El tenista español firmó un partido muy solvente ante Kubler, en el que demostró que ha mejorado enormemente con un golpe que le permite ahorrar energías sobre la pista

Foto: Rafa Nadal vuelve a sonreír en pista. (EFE/EPA/Zain Mohammed)
Rafa Nadal vuelve a sonreír en pista. (EFE/EPA/Zain Mohammed)

Rafa Nadal tiene motivos para estar feliz. Hace solo unos meses, cuando convocó una rueda de prensa para anunciar que había decidido retirarse a finales de 2024, confesaba que se tomaría todo lo que quedaba de año como descanso en busca de recuperarse de una lesión que no sabía si le permitiría regresar a las pistas. Ahora, un buen puñado de semanas más tarde, nada hace indicar que estuvo tanto tiempo lejos de las pistas. Es un ganador y lo ha vuelto a demostrar.

De hecho, Nadal ya ha vencido por el simple de hecho de poder volver a jugar y decir adiós al tenis de la manera que más le gusta. Pero, además, lo ha hecho como solo son capaces de hacerlo los campeones: a lo grande. No es habitual que un jugador, por muy bueno que sea, vuelva a las pistas tras un año de ausencia y lo haga como si nada. Los ejemplos de Dominic Thiem o Andy Murray así lo confirman. Pero Nadal es diferente y, en Brisbane, incluso se permite soñar en grande.

Foto: Nadal jugó un enorme partido ante Kubler. (EFE/EPA/Jono Searle)

Nadal necesita partidos para coger ritmo y confianza y, por eso, no se puede permitir a sí mismo soñar con cotas más altas. Pero, en lo más profundo de su ser, sabe que tiene juego para llegar muy lejos en Brisbane. De hecho, lo demostrado en el partido ante Jason Kubler confirma la realidad: Nadal tiene juego y físico suficientes para pelear por todo, a pesar de que aún le falta por asimilar algunos automatismos y coger algo más de fondo. Pero, entre medias, un arma inesperada ha aparecido.

En sus dos primeros partidos en Brisbane, Nadal ha confirmado estar muy rápido de pies y especialmente brillante con el drive. Con su revés ha mostrado solvencia, aunque sí ha dejado algunas dudas, en especial cuando los realiza en estático. Pero entre su enorme catálogo de golpes, uno que habitualmente no destaca por ser su fuerte, ha aparecido en el horizonte como una de las grandes bazas en este comienzo de temporada. Y es que su saque está siendo fundamental.

En su vuelta a la competición, Nadal ha entendido que su servicio tiene que ser básico. Si quiere ahorrarse esfuerzos en pista, no malgastar energías en puntos largos y aprovechar al máximo su estado de forma, es consciente de que necesita ganar sus juegos al saque de manera rápida. Así, no solo cierra la oportunidad del break rival, sino que le permite solo pensar en romper al resto, momento en el que pone toda la intensidad en pista para buscar ventaja en el marcador.

Es cierto que los porcentajes de saque están en su media (67 por ciento de primeros ante Thiem y 65 ante Kubler), pero sí ha mejorado descaradamente en cómo los resuelve. Ante el austriaco, ganó el 90 por ciento de los puntos con primer saque y el 86 con el segundo, mientras que ante el australiano se hizo con el 80 y el 77 por ciento, respectivamente. Con 3 y 4 aces en ambos partidos, la mejora del servicio es evidente... con un segundo golpe contundente.

Y es que, cuando no consigue el saque directo, Nadal sí logra cerrar el punto rápidamente. ¿Cómo? El efecto y la potencia de su saque le están permitiendo entrar rápidamente en pista y añadir un golpe ganador a continuación para desarmar a su rival. De hecho, no permite a su contrincante entrar en rallies ni en intercambios largos de bola, pues sella por la vía rápida cada punto de manera contundente. Un arma que ha perfeccionado en este tiempo de incomparecencia.

La anécdota de Nadal tras el primer set

El partido fue un verdadero paseo para Nadal, si bien bajó algo físicamente en la segunda manga. La alta humedad de Brisbane y el cansancio acumulado se dejaron ver ligeramente en el español y, fruto de ello, se le podía ver cómo, con el paso de los minutos, el sudor iba impregnando su ropa. Esto provocó que, tras el primer set, acudiera a los vestuarios para cambiarse la equipación, lo que le costó un warning que se tomó con una sonrisa, al igual que toda la grada.

Los jugadores tienen cinco minutos para cambiarse entre set y set, tiempo que Nadal superó por unos segundos. Por ello, cuando regresó a la pista, al juez de silla no le quedó más remedio que amonestarle. Al término del partido, el español confesaba qué había pasado: "Me lo he tenido que cambiar absolutamente todo. Pensaba que estaba en tiempo por lo que me decía el chico que estaba conmigo, pero se ve que no. Bueno, sé que soy lento", explicaba, provocando la risa de toda la grada.

De hecho, ese puede ser uno de los elementos que Nadal deberá de tener en cuenta para el Open de Australia, pues la humedad puede ser un factor que juegue en su contra ahora que físicamente no está tan fino después de la inactividad. Por esa razón, toma aún mucha más importancia su solvencia con el saque y su capacidad para acabar antes los juegos en los que sirve. Este viernes, Jordan Thompson será su próximo rival. Veremos de nuevo de lo que es capaz Nadal.

Rafa Nadal tiene motivos para estar feliz. Hace solo unos meses, cuando convocó una rueda de prensa para anunciar que había decidido retirarse a finales de 2024, confesaba que se tomaría todo lo que quedaba de año como descanso en busca de recuperarse de una lesión que no sabía si le permitiría regresar a las pistas. Ahora, un buen puñado de semanas más tarde, nada hace indicar que estuvo tanto tiempo lejos de las pistas. Es un ganador y lo ha vuelto a demostrar.

Tenis Rafa Nadal
El redactor recomienda