El deportista a seguir | "Soy muy bueno": aquí está la próxima estrella americana del tenis

Uno de los principios fundamentales del deportista es no engañarse a sí mismo. Para poder llegar a lo más alto, no solo es fundamental contar con calidad, sacrificio y mucho esfuerzo, sino también con una cabeza privilegiada que te permita ver tus defectos. Una vez sabido dónde se falla de manera habitual, es más fácil ponerle remedio para tratar de corregir el problema y, así, mejorar. Pero no todos los jóvenes son capaces de hacer esa autocrítica necesaria.

Por esa razón, muchos deportistas que lo tenían todo para llegar a la élite terminan quedándose en la estacada. A pesar de sus tremendas condiciones para el triunfo, la cabeza no acompaña y, con el tiempo, el físico deja de hacerlo si uno no es capaz de ver los problemas que debe de resolver por el camino. Y esa es la vía que está tratando de explorar el protagonista de esta semana, un tenista que, de momento, no se ha equivocado en las decisiones que ha tomado.

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Rubén Rodríguez

Solo tiene 19 años, pero Alex Michelsen tiene un gran potencial para convertirse en uno de los jugadores a tener en cuenta de la próxima década. Hace no demasiado tiempo, a pesar de ser un apasionado del mundo de la raqueta, dudaba de si estaba tomando la decisión correcta. Lo que sucedió en el pasado Abierto de Australia le confirmó que no se equivocaba lo más mínimo y que había abierto la puerta correcta hacia el éxito. Y sigue subiendo como la espuma.

Desde muy pequeño, Michelsen se declaró un loco del tenis, deporte al que jugaba cada vez que podía. Una vez ya creció y se dio cuenta de que era su gran pasión, este joven nacido en Aliso Viejo (California, Estados Unidos) decidió apostar por esta especialidad en los diferentes escalafones educativos norteamericanos, donde se fue formando, hasta aterrizar en la Universidad de Georgia. Pero el pasado año dio un paso al frente y algo cambió.

Todo sucedió en julio. Nada más ganar el Challenger de Chicago, derrotando en la final al japonés Yuta Shimizu por 7-5 y 6-2, decidió participar en el ATP 250 de Newport, donde alcanzó la gran final, cayendo ante el francés Adrián Mannarino (2-6 y 4-6). Pero, en aquel torneo, a pesar de su juventud, fue capaz de ganar a jugadores de primer nivel como Maxime Cressy, Mackenzie McDonald o John Isner. Casi nada. ¿Estaba preparado para retos mayores?

Michelsen decidió apostar y ganó, pero tenía un miedo: ¿y si estaba confiando en sí mismo por encima de sus posibilidades reales? Por su cabeza pasaba dejar el tenis universitario para aterrizar en la ATP, pero no se quería engañar. Después de mucho pensarlo, evaluarse y analizar los resultados obtenidos, decidió probar y hacerse profesional. Tras dos buenos torneos en Brisbane y Auckland, llegó el Open de Australia... alcanzando tercera ronda para caer ante Alexander Zverev.

Fue precisamente ahí donde se dio cuenta de que tenía calidad como para jugar entre los mejores. "Aunque no a este nivel, llevo mucho tiempo jugando torneos. Creo que he jugado en muchas partes, pero después de ganar las dos primeras rondas en Australia, me dije: 'Cuidado, soy profesional y soy bastante bueno'. Creo que ese fue mi gran momento. Ahí me di cuenta de que podía llegar lejos", decía en una entrevista . Y no le falta razón a un jugador que sigue quemando etapas muy rápido.

Michelsen ya puede presumir de estar entre los mejores 75 jugadores del mundo y sabe que tiene un prometedor futuro por delante. Arthur Fils es el único jugador que, a su misma edad, es capaz de superarle en el ránking de la ATP, lo que da muestra del gran nivel deportivo que tiene. Tenía dudas de si tendría nivel para estar entre los mejores y, en sus primeros meses, no ha defraudado lo más mínimo. Alex Michelsen no tardará en convertirse en la próxima gran estrella del tenis americano.