El arma de doble filo de Nick Kyrgios, el rey del "alcohol y la fiesta" que se ha quedado sin puntos

Nick Kyrgios vive una de las peores temporadas de su carrera. El tenista australiano no termina de levantar cabeza en 2023, un año que se le ha atragantado a un jugador que hace no muchos meses estaba jugando toda una final de Grand Slam. Las lesiones en muñeca y rodilla le han lastrado, impidiéndole prácticamente jugar nada, lo que le ha llevado a una situación casi inédita en su carrera: dejarle sin puntos en su casillero ATP. ¿Podrá volver a empezar?

Hace no demasiado, Kyrgios era capaz de meterse entre los mejores quince jugadores del mundo. El australiano había confirmado que era una de las mejores raquetas por talento puro, pero su cabeza no le acompañaba: su facilidad para salirse de los partidos, perder el control y enfadarse por situaciones nimias pronto le convirtieron en el bad boy del tenis. Sus continuas salidas de tono le hicieron ser un personaje que opacaba el gran jugador que podía llegar a ser.

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Fue hace unos meses cuando confirmaba en el documental Break Point qué es lo que había detrás de todas estas situaciones: "Realmente pensé en suicidarme en Wimbledon 2019 (...). Jugué con manga larga para tapar mis heridas, tenía el brazo lleno de cicatrices y por eso me puse esa manga en el partido contra Nadal, para taparlo todo. Tenía pensamientos suicidas (...). Estaba bebiendo y abusando de las drogas, odiaba el tipo de persona que era", explicaba el australiano.

Después de esta dura confesión, que hizo a modo de catarsis para tratar de volver a empezar de cero en el tenis, los problemas físicos se cruzaron en su camino. La grave lesión de muñeca y posterior problema en su rodilla han provocado que Kyrgios tan solo haya jugado un partido esta temporada, el disputado ante Wu Yibing en la primera ronda de Sttutgart y que perdió sin discusión por 7-5 y 6-3. Ahora, sigue tratando de recuperarse para no despedir la temporada en blanco.

Pero la realidad es que esos problemas físicos le han hecho perder su ránking ATP o, dicho de otra manera, ha perdido todos los puntos y se ha quedado a cero. A sus 28 años, lo que puede suponer un duro golpe psicológico también puede ser enfocado de manera optimista... siempre que Kyrgios sea capaz de encontrar la vía para hacerlo. Y es que todo lo que sume el próximo año siempre será en positivo, al no defender nada, lo que le puede meter entre los mejores jugadores del mundo.

El problema está en saber hasta dónde está dispuesto a pelear Kyrgios. Hace no mucho, dejaba entrever la posibilidad más real que nunca de retirarse más pronto que tarde: "No hay ninguna oportunidad de verme jugar a los 33 años. Ninguna. Es una locura pensar en verme jugando a esa edad. Tengo 28 años, pero el alcohol y la fiesta hacen que me sienta como si tuviera 57", explicaba en una entrevista en Ultimate Tennis Show. Es decir, son sus últimos años en el deporte de elite.

Las lesiones sufridas este 2023 pueden convertirse en la catarsis que necesitaba Kyrgios para tratar de volver a brillar el próximo año. El australiano ha pasado de acariciar el título en Wimbledon y estar como número 13 del mundo a quedarse sin puntos ATP y perder su ránking. Ha anunciado que quiere competir antes de que acabe el año, aunque su objetivo está puesto en 2024: olvidar su annus horribilis y, por qué no, vivir su last dance particular que le permita volver a ser feliz.